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9. La educación como una herramienta para combatir la violencia en Colombia

Daniel Andrés Hernández Rojas

Licenciatura en Informática Código: 0701204 danielandreshr@ufps.edu.co

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Nací en el municipio de Villa del Rosario, Departamento Norte de Santander el 7 de mayo de 1992.Estudié la primaria en la escuela Santa Bárbara y me gradué de bachiller académico en la institución educativa Colegio Luis Gabriel Castro de Villa del Rosario en el año 2010. Durante el 2014 -2016 estudié Tecnología Análisis de Programación de Sistemas en la Institución Empresarial del Norte de Villa del Rosario. En el 2016-2019 trabajé en la alcaldía de Villa del Rosario en la oficina de Asuntos Comunitarios. Para el año 2020 laboré en el hospital Jorge Cristo Sahium de Villa del Rosario como facturador y cajero. Actualmente, Villa del rosario es mi lugar de residencia. Me considero una persona muy trabajadora.

9. La educación como una herramienta para combatir la violencia en Colombia.

Colombia desde hace mas de 50 años, ha presentado problemáticas de conflicto armado, lo que ha originado eventos de violencia sobre las poblaciones, viéndose mas afectadas las personas pertenecientes a zonas rurales del país. En dichos lugares, que han sido en su mayoría abandonados por el estado y convirtiéndose en zonas vulnerables donde se evidencias graves problemas de pobreza, hambre, falta de acceso a salud y educación, desigualdad, lo que se traduce en una mala calidad de vida, sumado a los fenómenos violentos a los cuales se ven expuestos diariamente. Es por esto por lo que estas poblaciones se han tenido que desplazarse forzosamente de sus tierras hacia las grandes ciudades en busca de mejores condiciones de seguridad y de vida. Sin embargo, en las ciudades también se presentan grandes índices de violencia, dadas por bandas criminales que habitan en las mismas y que perturban la tranquilidad de sus habitantes. Esto supone que estos escenarios de violencia están dados tanto en las zonas urbanas como rurales, que, si bien son más agresivos en las áreas rural, no dejan de ser preocupantes puesto que no hace preguntarnos acerca de cuales son las causas de que se den estas problemáticas, y si es la educación un elemento fundamental para combatir esta problemática en el país? Como puede desde la educación ser una herramienta para eliminar la violencia. Miedo a perder la vida por parte de estos desplazados ha impedido que retornen a sus tierras, lo cual también ha generado que la producción agraria se haya visto afectada. Pese a los esfuerzos del estado en años anteriores por incentivar el regreso de estas comunidades campesinas, el factor violencia ha sido un impedimento fundamental para que la ruralidad retome su normalidad. Esto, además, solo ha incrementado los problemas sociales y económicos de los colombianos y la cual hoy en día sigue presentándose en el día a día. De algún modo podría decirse que las causas que han dado origen a esta problemática de la violencia esta ligada o viene producto de las malas decisiones del gobierno, el abandono, y la incapacidad del

mismo por suplir la necesidad de la población rural colombiana en cuanto a salud, educación, y demás garantías básicas e indispensables, las cuales son un derecho de la población y un deber del estado su cumplimiento. Estas carencias y desigualdades han sido los principales motivos que incentivaron un descontento generalizado hace más de medio siglo y que tuvo como consecuencia el surgimiento de grupos al margen de la ley, quienes protestaron ante un estado desligado y desentendido con las necesidades y derechos de las poblaciones. A su vez, como parte de estos hechos violentos y la conformación de estas guerrillas en el país, conllevaron a otros problemas como el surgimiento del narcotráfico, unido con el desplazamiento de los campesinos para tomar posesión de las tierras para el cultivo de coca, como una manera para financiar su actuar delictivo y defender sus intereses por parte de estas organizaciones ilegales. Esto ha sido una dinámica que está interrelacionada, y que solo ha dejado en evidencia la poca capacidad del estado y sus gobernantes para generar acciones efectivas que combatan desde su raíz, las variables que originan estos fenómenos que afectan a todos los colombianos en general. La educación es vista como uno de los ejes indispensables para que se dé el desarrollo a nivel no solo económico, sino social en Colombia, es por ello por lo que además de ser un derecho fundamental que debe ser cubierto por el estado para su población, también es una medida para construir las bases sólidas sobre las cuales se cimienta la sociedad. Tal como lo plantea el autor: “La educación es el elemento esencial para lograr una superación satisfactoria de los conflictos e instaurar bases sólidas para construir una cultura política alejada de formas de resolución ancladas en la violencia, el autoritarismo y la intolerancia” (Herrera et al, 2001) Es mediante la educación que se trasciende en el conocimiento y se transmite de generación en generación, entre ellos también la formación en valores, derechos humanos, la tolerancia y la paz. Es por esto, que las instituciones educativas son consideradas un segundo hogar para el alumno, donde se realiza una formación y orientación de su ser y se implementan las bases para las buenas relaciones con sus semejantes. En el diario vivir participamos y observamos variedad de situaciones que generan conflicto en diferentes entornos como lo son el hogar, el trabajo, las instituciones educativas y con otros actores de la sociedad. Según lo menciona el autor, “La palabra conflicto proviene de confluir, encontrarse, de nuestros encuentros, de nuestras relaciones con los otros surge el conflicto; es el antagonismo entre ideas, intereses, necesidades, creencias o valores” (Reyes y García, 2015). Podría decirse que el conflicto es un aspecto inherente en las relaciones humanas. Siempre que haya intereses encontrados, diferentes ideales y perspectivas de ver el mundo, existirá el conflicto entre los sujetos del constructo social. La forma en que se perciben estas vivencias y que generan conflictos hacen parte de la subjetividad de cada persona y a la manera en que desde su individualidad entiende, interpreta y percibe la realidad, es decir, que para quien un hecho o situación es relevante para otra persona puede no serlo. Generalmente, esta incompatibilidad está relacionada con actos violentos, Sin embargo, la forma de afrontarlo y sobre llevarlo es donde radica el problema, puesto que no es camisa de fuerza que el conflicto conlleve a violencia o guerras; desde este punto de vista el conflicto se deriva de la falta de tolerancia y respeto por parte de los involucrados.

Ya que el conflicto no corresponde simplemente a un hecho estático, es por si mismo un evento dinámico donde intervienen las necesidades de las partes interesadas, el cual debe ser asumido y gestionado de manera eficiente para no generar otros factores que lo acrecienten como

la mala comunicación, miedos, la falta de seguridad y confianza entre otros. Es decir, cuando no se da una solución o transformación adecuada del conflicto, es mas propenso a que termine en violencia, la cual puede presentarse de forma verbal o física. Del mismo modo, en Colombia debido a los hechos históricos sobre los cuales se han visto influenciadas los grupos sociales en cuanto a su formación y comportamiento, se ha creado una cultura de la violencia, que ya se enmarca en la cotidianidad de la convivencia social, llevando a normalizar actos de agresión y violencia dentro de las interacciones entre ciudadanos. “Las situaciones de violencia en niños y adolescentes de nuestras escuelas son cada vez más recurrentes, de ahí la importancia por comenzar a buscar alternativas que permitan instruir a la comunidad escolar sobre una cultura de la prevención de las violencias escolares, que logre trasformar los conflictos y los espacios donde los miembros de esa comunidad viven y se relacionan” (Reyes y García, 2015) De acuerdo con lo anterior, he de mencionarse que las instituciones educativas son espacios donde ocurren acciones de formación a los ciudadanos, y es en estos mismos, donde producto de la interacción cotidiana surgen diferentes dinámicas y desde donde debe contribuirse desde la educación a afrontar situaciones de conflicto que se presente dentro de las escuelas y fuera de ellas. Esto sin duda, contribuye a la sociedad a que disminuyan los índices de violencia que se encuentran arraigadas en la cultura nacional. Dentro de la constitución política de Colombia de 1991, la educación está constituida como un derecho, al igual que establece la paz como un debe y un derecho para la ciudadanía. Del mismo modo que la ley General de Educación, también consagra la paz como uno de los objetivos a alcanzar por los establecimientos educativos en todos los niveles como lo son: preescolar, básica y media. Sin embargo, esto en la practica no se ha visto reflejado por falta de políticas públicas en educación por falta de medidas efectivas en el plan Decenal de Educación en Colombia. Si bien podemos considerar a la educación como un eje fundamental en la transformación del conflicto y la disminución de la violencia en nuestra sociedad, debemos tener en cuenta que “Una educación para la paz debe partir de un reconocimiento explícito de la importancia de formar personas conscientes de su rol y responsabilidad con el mundo, lo que implica el desarrollo de una ciudadanía participativa en la construcción de la convivencia social” (Sanchez,2010).

Ahora, la educación no puede considerarse aisladamente, puesto que no es la única solución para contrarrestar la guerra, los conflictos ni la violencia en el país, sin embargo, si es una herramienta importante para brincar una orientación a la consecución de la paz y de mejores condiciones de vida para la población. La esperanza de la transformación de la realidad colombiana esta puesta en los niñas, niños y jóvenes en donde desde la escuela se propone realizar una reconstrucción de la cultura, basados en respeto por la vida, valores y principios para una sana convivencia. Desde este aspecto, el autor De Paz Abril (2007) expone que a partir de esto se: “permita a los jóvenes ciudadanos comprender e interpretar la realidad, y realizar una lectura crítica del mundo, que haga posible una educación hacia el compromiso y la acción y a favor de la justicia social y la equidad” Desde esta perspectiva la educación es un elemento fundamental para que las personas puedan mejorar y alcanzar la paz, la justicia social y la libertad. No solo constituye una manera de desarrollar el conocimiento y las capacidades humanas sino también un camino hacia la disminución de la pobreza, la desigualdad, y la mejora de la calidad de vida de la sociedad. Es por

ello por lo que la educación juega un papel importante en la conformación de un mundo mas igualitario, tolerante y solidario. Este enfoque mas humanista de la educación se hace necesario en un entorno donde exista la desigualdad e injusticias y que propenden hacia el camino de la violencia. Es importante que, desde la ética y el respeto por la diversidad cultural de una región o país, se aporte al conocimiento, a desarrollo del mismo y a la evolución hacia una cultura de paz. En este caso cabe mencionar que, “se entiende la cultura de paz como aquella que se caracteriza por actitudes, formas de conducta y de vida, y valores basados en el respeto a la vida, los derechos humanos, la promoción y la práctica de la no violencia, por medio de la educación, el diálogo, la cooperación, la igualdad de derechos y de oportunidades, la libertad, la justicia, la aceptación de las diferencias y la solidaridad” (Asamblea General de Naciones Unidas, 1999). Es así como, “la educación para la paz constituye un proceso de aprendizaje en el cual el ser humano es agente de transformación, se centra en la persona al creer que tiene potencial y posee las capacidades que le permiten participar de forma autónoma, no violenta, decidida y activa en el desarrollo humano e incidir en la sociedad para promover y construir la paz” (Cerdas,2015) Del mismo modo, como se mencionó anteriormente, la violencia en Colombia ha estado influenciada por diversos factores sociales, económicos, políticos y culturales, entre ellos la falta de igualdad y de la incapacidad del estado por garantizar las necesidades básicas de la población. A través de la educación, las personas pueden ampliar sus horizontes, acceder a mejores condiciones de vida y adquirir capacidades como el pensamiento crítico, el fortalecimiento de relaciones humanas en pro de disminuir las brechas de desigualdad, la pobreza y por ende de la inconformidad que resulte en actos de violencia. En conclusión, para que se dé la erradicación de la violencia en el país, deben confluir e integrarse diversos actores y factores dentro de la sociedad desde el estado, sector privado y comunidad en general, los cuales deben orientar los esfuerzos hacia un mismo fin: la búsqueda de la paz. La educación como herramienta para lograrlo, ejerce un papel importante, pues es desde la academia donde se desarrollan habilidades, se fomenta la integración y la transformación y gestión positiva del conflicto, que contribuya a la construcción de sociedades más justas y tolerantes. Para esto, también es importante que desde el gobierno Nacional se creen acciones reales que sean puestas en marcha y que no simplemente se queden plasmadas en el papel, para que así se las problemáticas sociales de las regiones, brindando garantías de igualdad, acceso a servicios públicos básicos, acceso a salud, educación, empleo y demás necesidades básicas que por derecho corresponden como ciudadanos. De este modo, las comunidades tendrán vida de calidad y mayores oportunidades, disminuyendo las brechas sociales y por ende, promoviendo espacios de paz y dialogo, donde prevalezca la armonía entre los individuos de la sociedad.

Referencias Bibliográficas

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Cerdas, E. (2015). Desafíos de la educación para la paz hacia la construcción de una cultura de paz. Revista Electrónica Educare, 19(2), 135-154. Recuperado de http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S140942582015000200009&lng=en&tlng=es

De Paz Abril, D. (2007). Escuelas y Educación para la Ciudadanía Global. Barcelona: Intermón

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Sánchez, M (2010). La educación para la paz en Colombiauna responsabilidad del Estado Social de Derecho. Revista Via Iuris, ISSN 1909-5759, ISSN-e 2500-803X, Nº. 9, 2010, págs. 141160.Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3432200

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