la mala educación: crónica de una educación precarizada Eduardo Fuentes Aravena
L
a educación es un acto liberador, de lo contrario no sería educación; afirma Freire en 1965. Alfabetizar no puede ser concebido como el mero acto mecánico de entregar contenidos a otros, negando al otro. (Maturana, 1988). El Ministerio de Educación, a través de su ministro vigente Raúl Figueroa determinó : “el cierre de colegios, jardines infantiles y universidades el 15 de marzo, afectando con esta medida a cerca de 4.900.000 escolares. De los cuales el 12,6% corresponden a preescolares, el 22,5% pertenecen a educación primaria, el 31,1% a educación secundaria y 25,3% a universitarios y 9,5% sin clasificar.”1 El mismo ministro indicó el 25 de marzo, la disposición a que los colegios, liceos, universidades y jardines infantiles de todo el país, abran sus puertas y reanuden sus clases el 27 de abril. Ha sostenido, también que esta decisión, no es tomada directamente, sino qué es evaluado por una mesa de expertos y que en general, como van las cosas; lo ve poco probable o que será progresivo, entre tantas otras discursidades, que uno como ciudadano, no sabe si esta viendo una mala película o leyendo teatro del absurdo. El gobierno anuncia que nadie salga el fin de semana santa, es en-
fático en “no arriesgar a los demás saliendo de las zonas de cuarentena y del cordón sanitario”, manifiestan su preocupación por el peack más alto a fines de abril y comienzos de mayo. En tanto, los dueños de las grandes empresas salen del cordón sanitario sin dificultad y continúa la determinación sobre cuarentena total exclusiva para algunas comunas, que no son aquellas donde se ubican los “barrios empresariales” y donde vive la gente más pobre del país. En los mismos momentos que ocurre lo anterior, el ministro Figueroa insiste en volver a clases a fines de abril. ¿Por quién se preocupa el gobierno?, ¿Importa más la economía que la población?, El gerente general de la Cámara de Comercio de Santiago Carlos Soublette, sin dudar cree que sí importa más la economía y lo deja muy claro: “no podemos matar toda la actividad económica por salvar las vidas”, en la misma línea el Director de Inversiones de Larraín Vial enfatiza: “No podemos seguir parando la economía y debemos tomar riesgos y eso significa que va a morir gente”.¿ Estamos frente a un gobierno que solo beneficia a los más ricos o se nos presenta el peor de los capítulos del experimento neoliberal sufrido en Chile y que esta vez devastará a los trabajadores, sus familias y estudiantes?