investigación aplicada Características, descripción y manejo
Los herbicidas: un problema o una solución El mal uso de los herbicidas ha pasado este verano factura a muchos agricultores olivareros cordobeses y jienenses, debido al mal manejo técnico del mismo, pero la consecuencia última es que están sufriendo graves perjuicios en sus explotaciones de olivar. Por José Antonio Carbonero, Ingeniero Técnico Agrícola Cooperativa Olivarera Ntra. Sra. de Luna
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n primer lugar, cabe recordar que un herbicida es un producto químico o no, utilizado para inhibir o interrumpir el desarrollo de plantas indeseadas actuando sobre su desarrollo vital, lo que se denomina malas hierbas, en terrenos que han sido o van a ser cultivados. En el mercado hay una importante variedad de tipos de herbicidas que varía en función de las necesidades que tengamos de cara a la utilización de los mismos. Para elegir un herbicida hemos de tener en cuenta varios factores muy importantes que nos determinarán la adecuada utilización de estos, por una parte, el estado del cultivo y las características físicas del suelo, y por otra, la formulación del herbicida, el estado y tipo de maleza que queramos eliminar o controlar. Si profundizamos en la anterior idea, lo primero que debemos hacer es detectar la mala hierba que deseamos controlar, y en segundo lugar, es clave conocer fehacientemente la información que contienen las etiquetas de los herbicidas que usamos donde se aglutinan varios conceptos. Por ejemplo, imaginen que nos encontramos en la etiqueta del herbicida residual “amplio espectro en el control de malas hierbas anuales y bianuales, dicotiledóneas y gramíneas, en pre-emergencia y post-emergencia temprana”, aclaremos que nos dice este galimatías: Respecto a las malas hierbas y sus características principales por todos son conocidas: fácil dispersión,
persistencia y gran capacidad de competencia. Los perjuicios causados al cultivo desgraciadamente también son variados: pérdida de la cantidad y valor de la producción, interferencia en la recolección e incremento de los costes de producción por ende. Por tanto, si en primera instancia nos fijamos en el ciclo de vida de una planta, desde su germinación hasta su muerte, distinguimos tres tipos de malas hierbas: anuales (ciclo inferior a un año, pueden ser de invierno o de verano), bienales (ciclo completo entre uno y dos años) y plurianuales o perennes (ciclo superior a dos años). Por otra parte, atendiendo a su reproducción, las plantas perennes pueden ser simples realizándose ésta sólo vía semilla, o bien mediante órganos reproductivos, a través de semilla o de órganos de reserva (tipo raíces, estolones, rizomas, bulbos o tubérculos). De manera que nos encontramos malas hierbas anuales como por ejemplo el vallico (Lolium rigidum), la malva (Malva silvestris), el jaramago (Diplotaxis euricoides), las margaritas (Anthemis arvensis), el pinito (Conyza sp). O bien malas hierbas vivaces, como son la grama (Cynodon dactylon), la corregüela (Convolvulus arvensis) o la castañuela (Cyperus sp). Respecto a la semilla, las malas hierbas se clasifican en dos grupos: monocotiledóneas y dicotiledóneas. Las primeras, monocotiledóneas o de hoja estrecha (una sola
Debemos manejar con sumo cuidado los herbicidas que usemos, buscar lo que se denomina “perfiles medioambientalmente favorables” 60
Olimerca
/ 4º TRIMESTRE 2019