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3. PARADIGMAS A DERRIBAR

Primer paradigma: “El desayuno es la comida más importante del día”.

Las mujeres que rondan mi edad crecimos escuchando esta frase: “El desayuno es la comida más importante del día”.

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Fue la firma de cereales Kellogg, en el marco de una brutal campaña publicitaria acuñó esta frase que se volvió “ley” para todos, en el año 1971. A partir de esto, primero en Estados Unidos, y luego en los países que lo copiamos, los cereales pasaron a ser “el desayuno ideal”, de las mesas que podían permitirse ese lujo, tradición que hasta hoy perdura, lamentablemente.

También yo como madre, caí en eso de darles a mis hijos cereales antes de ir al colegio. Por suerte, en mi casa, ya está superado eso.

Nuestros antepasados salían a cazar y a recolectar de madrugada, en ayunas. Nadie decía: “venga, vamos a desayunar primero y luego vamos a cazar”. Esos sí que iban a ganarse el pan del día.

Si no traían nada, no comían. Con todas esas adversidades llegamos hasta hoy en día, repletos de alimentos a nuestro alcance, 24/7, en un abrir y cerrar de ojos y luchando con nuestros excesos.

Como raza humana venimos sobreviviendo de épocas de escasez extrema y llegamos hasta 2023, cada vez más “satisfechos” e infelices con la comida.

Si bien es cierto que el des-ayuno es romper el ayuno, en ningún lugar está escrito que debe ser inmediatamente al levantarnos, y menos a nuestra edad. Yo particularmente, des-ayuno al mediodía ingiriendo la comida del almuerzo.

Lo que nos queda claro del desayuno es que:

Es la comida que sigue al ayuno más largo. De noche, mientras dormimos, estamos ayunando.

Segundo paradigma:

“Hay que comer varias veces al día para gestionar la ansiedad y evitar un atracón”

"Hay que comer cinco veces al día para reducir la ansiedad por la comida."

¿Por qué no mejor aprender a gestionar la ansiedad?

Si comemos varias v eces al día no dejamos en paz a nuestro sistema digestivo, no le damos tiempo de utilizar nuestra “grasa” como energía.

Tendemos a comer más de lo que necesita nuestro cuerpo, y esto se va acumulando en el depósito de grasa. Entonces, si comemos desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir nuestro organismo utilizará únicamente la comida como fuente de energía, en vez de usar sus reservas.

¿Cómo gestionar esto?

Al sentarte a comer, come nutritivo y saciáte; disfruta de lo que comes. Come, siempre, proteínas, la que más te guste, tienes que saciarte con nutrientes.

Esto te mantendrá sin antojos por lo menos por cuatro o cinco horas.

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