La niña del Día de Finados El día de finados Allá por el siglo XIX, en el atrio de la catedral de la ciudad de Guatemala, un ambiente frío le daba la bienvenida a los aires del mes de noviembre y el ansia de disfrutar el delicioso fiambre se hacía presente. Sucedió algo que se repite año con año desde esa época. Se aparece una dama vestida de negro, de aspecto frágil y delicada figura. Quien cruza su mirada con la de ella, puede percibir en sus ojos una profunda angustia. Se le ve antes del último toque para la misa de las seis de la tarde, en la puerta principal de San Sebastián. Hay quienes aseguran que se le ve también para la tradición visita de sagrarios en Semana Santa. 46 |
Es un misterio para todos el descubrir algo que revele la identidad de esta dama, hasta que llega el día en que ella decide tener un acercamiento con esa persona que ha seguido sus pasos para pedirle un favor. A cambio, ella entrega siempre una cadena de oro y un papel con la dirección de su domicilio para retribuir el favor que le han hecho. Cuenta algunos que quienes han llegado a la casa de esta niña, se han vuelto locos por la mala jugada que les ha hecho el destino, al revelarles que el alma de esta ilusión de mujer descansa en paz desde hace mucho tiempo en alguna tumba del Cementerio General, y que es precisamente el Día de Todos los Santos y Fieles Difuntos cuando se celebra el aniversario de su muerte.