La tejedora y el colibrí
Las tejedoras de Huehuetenango Bajo la belleza de la verde vegetación iluminada por la luz del sol y el azul claro del cielo, entro de un imponente y majestuoso paisaje, se da paso a la historia de una joven inocente y sencilla que se dedicaba a entramar hilos y otras tareas propias del hogar. Se encontraba aún bajo la tutela de sus padres y no soñaba con más de imaginar a los hijos con los que algún día sería bendecida. Un día, un joven de apariencia normal, pero con podres sobrenaturales, que quedó admirado y contemplando la belleza de esta esbelta patoja. El muchacho utilizaría todo su ingenio y sabiduría, que algún día le heredaron sus ancestros, para enamorar a esta
joven, convirtiéndose en una pequeña ave de hermoso plumaje, un colibrí, que terminó posándose sobre el tejido y convirtiéndose en parte del mismo. Esta leyenda mítica, manifiesta la vida cotidiana de las tejedoras de las azules montañas de Huehuetenango. El colibrí se convirtió, desde entonces, en distintivo del traje tradicional maya de aquella región. El verde de la vegetación deslumbraba con su brillo aquella tarde. El sol prolongaba su estancia sobre la tierra, como si quisiera quedarse cada vez más tiempo. Era uno de los días de mayo, en que amanece temprano y anochece tarde. Las gotitas que la lluvia había dejado una horas antes ayudaba al maravillo juego de esmeraldas de las hojas de los árboles y las hojas de la | 59