![](https://assets.isu.pub/document-structure/200602211411-c21c2b458a0852ed54224425615cb401/v1/801d0e6aa46f438dce5ad85a8affc483.jpg?width=720&quality=85%2C50)
7 minute read
Nosotros nos quedamos y ellos se van
from Panteón - E-Revista
POR: GABRIELA VILLAR
El proceso de duelo es complejo y diferente para cada persona. A nivel físico puede producir cefa- leas, dolor de estomago, nauseas, dolor en las ex- tremidades, entre otros. A nivel emocional puede desencadenar patologías como depresión y ansie- dad. Para entenderlo con precisión es necesario entender las etapas y los mejores consejos que se pueden seguir para superar cualquier pérdida.
Advertisement
“El proceso de duelo definitivamente es muy complicado de tratar. Aunque nosotros los psicólogos sabemos a ciencia cierta que el duelo está muy relacionado al proceso de liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, estrechamente ligadas incluso con depresiones clínicas, a la hora
de tratarlo debemos esforzarnos al máximo por aprender lo que en la universidad no se enseña, el amor y el tacto para acompañar a los que quedan cuando un ser importante se va”. Son palabras de Yurani Paola Canchón, psicóloga con magíster en educación de la universidad La Sabana.
Se habla de luto ante cualquier tipo de pérdida significativa, no solo la muerte. Existe el duelo por la terminación de una relación de pareja, la separación de los padres, pérdidas de embarazos. Las primeras etapas del duelo son las más complicadas, sobre todo cuando la elaboración de este se hace incom
pleta, que es lo que desafortunadamente pasa más seguido.
Las personas tienden a pensar que eludir la elaboración del duelo disimulando la tristeza e ignorando el dolor les ayuda. Frente a estos procesos de negación emocional, es cuando se llegan a evidenciar mayores problemáticas, como patologías de salud mental, entre ellas la depresión y ansiedad que pueden llegar a darse con el tiempo.
Yurani se desempeña como psicóloga desde hace 12 años en la institución educativa IED Bicentenario. En su oficina entran y salen todo tipo de casos; ella dice que la puerta siempre está abierta para toda la comunidad, desde estudiantes hasta padres de familia y empleados que colaboren dentro de la institución. Normalmente se encarga de acompañar a los estudiantes que presenten dificultades cognitivas y psicosociales, aunque no se niega a atender cualquier solicitud.
Asegura que desde la universidad se ha preparado para recibir casos “sin dejarse afectar directamente”, pero recuerda en específico y con mucho detalle la pérdida de una de sus estudiantes.
“He tenido la oportunidad de acompañar muchísimos procesos de duelo, desafortunadamente. Nuestra población es muy grande; estamos hablando aproximadamente de 1.600 estudiantes. He tratado casos de duelos personales, incluso colectivos; recientemente sufrimos el fallecimiento de una de nuestras estudiantes, que pertenecía a un curso superior, un grupo de altísima cohesión social, que viene desde su básica primaria y algunos desde preescolar.”
“Fue un fallecimiento abrupto, producto de un accidente de trán
sito; esto movilizó no solamente a orientación escolar, sino a la institución en pleno. Rodeamos a la familia y al hermano menor que también era estudiante.”
Para Paola, la parte más difícil en ese proceso fue la necesidad de sobrellevar el duelo de los demás alumnos. Con tristeza reconoce que, aunque estas situaciones hacen parte de su quehacer como psicóloga, no pudo involucrarse como lo deseó, por evitar rayar en la falta de profesionalismo; aun así, se encargó de realizar, sin extralimitarse, homenajes dentro y fuera de la institución, teniendo como punto central lo que significó para los estudiantes, profesores y demás trabajadores la estudiante fallecida. Pese a esto, reconoce que los niveles de afectación a los que se enfrentó resultaron positivos. Como profesional, fue algo que le aportó la empatía que necesitaba.
Las pérdidas son situaciones que requieren un manejo extremadamente cuidadoso. Es diferente cuando quien experimenta la pérdida es un padre a cuando es un hijo, cuando el fallecimiento se da por una enfermedad, por un acci-
Tomada de: jcomp - www.freepik.es
dente o por un suicidio. Son factores que afectan e impactan unos en mayor medida que otras.
Paola trabaja desde hace 12 años en instituciones educativas. Con base en su experiencia se atreve a asegurar que la población más vulnerable ante las pérdidas son los niños y adolescentes; son una población a la que se le dificulta en mayor medida el entendimiento de las emociones, al no encontrar los mecanismos para comunicar realmente cómo se sienten.
Para los niños el sentimiento abrupto de pérdida causa tanto impacto que ni siquiera en los primeros días y meses hay comprensión y dimensión total de la pérdida. El reto con los adolescentes va hacia la óptima gestión de las emociones. En su práctica, ha podido entender que los adolescentes sí reconocen plenamente lo que sienten, pero
no saben gestionarlo adecuadamente; eso desencadena posteriormente conductas de tipo auto lesivo que se ven promovidas por las dinámicas familiares erróneas y los círculos de ayuda, en muchos casos, inexistentes.
Hablar sobre el proceso de duelo, el cómo se siente y cómo se vive es un tema particularmente amplio. Hay infinidad de autores que lo han abordado de diferentes maneras, en específico Elisabeth Kübler Ross, quién en su libro “Sobre la muerte y el morir’’ (1969) planteó cinco etapas por las que un ser humano atraviesa antes de llegar a la aceptación de la pérdida (ver recuadro).
Existen duelos con una expectativa de superación mayor, no más fáciles que otros. Para el ser humano que experimenta su duelo es crucial entender sus necesidades emocionales.
Si bien los libros se han aproximado al entendimiento de los ciclos mencionados, esto no se puede ver como una tangente, la exploración de una de las etapas no transcurre como en una línea de tiempo, por el contrario, se puede asociar con
![](https://assets.isu.pub/document-structure/200602211411-c21c2b458a0852ed54224425615cb401/v1/d25f61b14346b672f598c9024621da08.jpg?width=720&quality=85%2C50)
Quinta Etapa
ACEPTACIÓN
Primera Etapa
NEGACIÓN
Segunda Etapa T e r c e r a E t a p a
INDIFERENCIA O IRA NEGOCIACIÓN
DOLOR
Cuarta Etapa
DEPRESIÓN
un círculo, es probable que, aunque se haya superado la etapa de negación, en meses posteriores a la pérdida se regresa a la primera etapa de negación.
Sebastián Argüello, psicólogo de la universidad Javeriana con magister en neuropsicologia y educacion, está en completo desacuerdo con Kübler. Para él es una cuestión más similar a los planteamientos de Freud, quien propone que el duelo es un sentimiento supremamente subjetivo. No podemos pensar que todos iniciamos con la etapa de negación, luego nos vamos a la ira, la negociación, la depresión y finalmente la aceptación, sino que el duelo está estrechamente relacionado con la subjetividad de cada individuo, determinada por el entorno, la educación y el acompañamiento que el afectado reciba.
Para Sebastián, la resiliencia es una de las cosas más importantes para el tratamiento del duelo; entonces la persona podrá leer la situación de duelo o lo que le causó dolor de una forma diferente, ya no desde una postura de víctima, sino desde una postura de aprendizaje; equivale inclusive a una posibilidad de crecimiento personal. ¿Cuál es el verdadero consejo para realizar un óptimo proceso y evitar el decaimiento en estados de depresión clínica? A ciencia cierta, las aproximaciones podrían funcionar con mayor efectividad dependiendo de la pérdida, la personalidad del afectado y las personas de las que se rodee .
Entender la psicología como un aspecto positivo es fundamental para que estos procesos puedan apoyarse preferiblemente desde una ayuda profesional idónea. Muchas veces se cree que las familias y amigos son el único aporte valioso; precisamente ante las particularidades del ser humano y lo que le afecta a nivel fisiológico, hormonal, emocional y cerebral, si es necesario un apoyo terapéutico con un profesional especializado. adecuado, con un manejo adecuado, ayuda en procesos fuertes de resiliencia. Es necesario usar la tristeza únicamente como un mecanismo de ayuda para la superación y no para la reiteración del suceso.
Por otro lado, es necesario no experimentar la tristeza como una emoción negativa; los conocidos cercanos a la persona sin conocimiento en salud mental tratan de proteger al afectado con el consejo erróneo de suprimir la tristeza, y estimulan la adquisición de hábitos que pueden desencadenar en dependencia y en actitudes destructivas. Muchas veces no se entiende que esa tristeza en un contexto
Frente al duelo es fundamental entender que cada persona lo vive a su tiempo y a su manera. Es necesario rodearse de personas idóneas para hacerlo y entender que no hay dos duelos iguales. El sentimiento de pérdida es para el ser humano un reto de adaptación, no solamente a nivel emocional sino físico.
Tomada de: rawpixel.com - www.freepik.es
![](https://assets.isu.pub/document-structure/200602211411-c21c2b458a0852ed54224425615cb401/v1/e72941160d71e99d93abd49226015f5e.jpg?width=720&quality=85%2C50)
Finalmente, las personas ajenas al suceso deben entender que son acompañantes. A veces deben ser acompañantes silenciosos, limitarse únicamente a escuchar; otras veces a ser acompañantes con palabras de fortaleza y ánimo. No hay que desesperar tratando entender qué siente el otro; es necesaria la sensibilidad y el absoluto respeto por ese ejercicio íntimo que es adaptarse a una pérdida.