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PACO UREÑA DEFIENDE EN MURCIA EL ‘TÍTULO’ DE TRIUNFADOR DE LAS DOS ÚLTIMAS FERIAS
# Paco Ojados
Plaza de toros de Murcia.
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Cayó bien, diría que magníficamente, la confección de la Feria Taurina de Murcia de este año, a tenor de la reacción de los asistentes a la presentación de los carteles en los bajos de la plaza de toros, el pasado 17 de junio. Fueron muchos los que rompieron en una espontánea ovación cuando el empresario Ángel Bernal desgranaba las combinaciones de toros y toreros y su encaje en la feria y anunció el cartel del día grande del mes de septiembre en Murcia, el del martes de Romería. Lo cierto es que las tres corridas de toros tienen interés y anuncian a máximas figuras del toreo, incluyendo los dos diestros murcianos de más relevancia en la actualidad.
Me gustaría centrarme en el cartel del martes, 13 de septiembre, por lo rematado y por lo que supone para el torero más perjudicado por la pandemia de coronavirus, que nos ha tenido dos años enteros con las puertas del coso de La Condomina cerradas para la celebración de festejos taurinos: me refiero a Paco Ureña.
El cartel lo tiene todo para disfrutar de una gran tarde de toros. Una ganadería en buen momento, de las que piden las élites del escalafón de matadores. Abre plaza una gran figura en su temporada más comprometida, como Morante de la Puebla, que celebra sus veinticinco años de alternativa, tomando como guía de su camino a su admirado José Gómez ‘Joselito El Gallo’, quien recibiera el sobrenombre de ‘rey de los toreros’. El de la Puebla del Río es el torero que se ha echado estas dos últimas temporadas a las espaldas, sin rehuir de ninguna responsabilidad que como figura del toreo tenga que asumir. Lo ha hecho anunciándose en cualquier plaza, junto a cualquier compañero y frente a toros de encastes diversos -sirva solo como botón de muestra la corrida de Miura en Linares, en el 75 aniversario de la muerte del monstruo de Córdo-
Paco Ureña y El Juli, saliendo a hombros de la Condomina en la Feria de Septiembre de 2018.
ba-. Cierra la corrida el torero de moda, el que en las últimas temporadas se ha erigido en el que manda en las taquillas y en las ferias de todo el universo taurino, arrollando como un ciclón, como es el peruano Andrés Roca Rey. Entre ellos, entre esas máximas figuras, me quiero detener en el torero que completa la terna, en Paco Ureña. El de Lorca ha hecho méritos para estar en el reducido grupo de los elegidos y recorrer todas las ferias. De hecho, creo que cabe poner en valor que de todos los toreros que vienen a la Feria de Murcia, el que mejor justifica su presencia por méritos propios, habiéndoselo ganado en el ruedo del coso de la Ronda de Garay, es el de Lorca. Los hechos son tozudos y, como decía un anuncio de televisión de hace unos años de un producto de limpieza: “El algodón no engaña”. Ureña es el triunfador de la última temporada completa celebrada en España y el gran protagonista de las dos últimas ferias celebradas en La Condomina, la de 2018 y la de 2019, en las que fue declarado triunfador de la Feria de Murcia los dos años de manera consecutiva. Por desgracia para todos no pudimos comprobar si era capaz de repetir por tercer año consecutivo ni en 2020 ni el año pasado, al quedar suspendida la feria por las restricciones de aforo impuestas por las administraciones debido a la pandemia.
En 2018 Ureña cortó cuatro orejas la tarde del lunes 10 de septiembre, en una actuación deslumbrante, que no solo le valió el principal trofeo por parte del jurado de los premios de la Feria Taurina de Murcia. También fue reconocido con los premios correspondientes a la faena más artística y al del mejor toreo de capote. Un año después, el de la gran temporada de Paco Ureña, el de Lorca volvió a proclamarse triunfador de la Feria, haciéndose acreedor también al trofeo al valor. En esa ocasión, el lorquino se llevaría en el esportón tres orejas, dando réplica el lunes 16 de septiembre, a una de las mejores de Morante de La Puebla de esa temporada.
Como digo, Paco Ureña es por méritos propios, y por lo hecho en La Condomina, torero indispensable en esta feria, pero también por lo realizado en 2019 en una temporada para enmarcar.
El torero más perjudicado por la pandemia
No se entiende muy bien el trato que está recibiendo Paco Ureña de las principales empresas del sector en este 2022. Después de ser el principal protagonista de la temporada 2019, con una salida apoteósica y multitudinaria por la puerta grande de Madrid, firmar tardes gloriosas, como la de Bilbao, donde cortó cuatro orejas, hazaña que nadie había conseguido en el coso de Vista Alegre en los últimos cuarenta
Ureña repitió puerta grande en 2019, junto a Morante de la Puebla.
años, y alzarse triunfador en ferias de la relevancia de Valencia, Santander, Almería, etc., Ureña decidió cambiar de apoderados y dejar a Simón Casas por José María Garzón, un empresario que gestionaba varias plazas pero de manera independiente a las grandes casas del toreo. El invierno fue prolijo en contratos, con un año 2020 que se presumía el de la consolidación definitiva del torero de Lorca entre las máximas figuras, en la cima del escalafón. El principio de la temporada lo colocaba en primera línea, con el nombre de Paco Ureña en los carteles de las principales ferias: Valencia, Sevilla, Madrid, y tres tardes en Las Ventas. Pero llegó la pandemia. En marzo de 2020 España quedó cerrada a cal y canto y hasta agosto no hubo atisbos de toros, rompiendo la relación de apoderamiento con Garzón una corrida en el Puerto de Santa María en la que Paco, el torero más perjudicado por la pandemia, se quedó fuera. Torero cotizado, llegó a un acuerdo de apoderamiento con la casa Lozano, una de las más grandes del toreo. Al finalizar la temporada de 2021, Paco decidió tomar otro camino para reemprender viaje con su actual apoderado, el salmantino Juan Diego -persona de confianza en la su gran temporada de 2019-. Los hechos, en lo que va de este 2022, dejan patente que la elección por la independencia no sentó bien entre las grandes empresas que manejan los hilos de las ferias y la temporada se puso cuesta arriba desde su inicio para un torero que lo ha dejado todo en el ruedo. Fuera de Valencia, a Sevilla fue por la vía de la sustitución y en Madrid tuvo que asumir el compromiso de matar seis toros en solitario para no quedar excluido de la primera plaza del mundo. Trato injusto para el último gran triunfador de San Isidro. Esa tarde de la actuación en solitaria, a plaza casi llena, cuajó un toro bajo la lluvia y, en lugar de valorarse el gesto en medida, pareció que había interés, por parte de los que mandan en el sistema, de vender la gesta como todo contrario, creando una falsa idea de que todo lo que no fuera un triunfo rotundo de puerta grande apoteósica como la de 2019, o sea otro milagro, no tenía valor para devolver a Ureña al sitio que debe ocupar. La temporada, pasando por Pamplona, en julio, tiene citas importantes para el lorquino en agosto y septiembre, cuando tendrá que pisar plazas de primera como Málaga y el regreso a Bilbao, las francesas de Bayona y Nimes, Palencia -donde vuelve después de una grave cornada en 2019-, San Sebastián de los Reyes, Logroño, etc.
Sin embargo, estoy convencido que hay dos fechas especiales para Paco Ureña en septiembre: Albacete, por ser su ciudad de residencia y por todo lo que conlleva La Chata para él y su familia, y Murcia, la principal plaza de su Región, donde querrá imponer de nuevo su ley, y salir triunfador de su feria, donde este año se le ha tratado como corresponde a sus méritos.
Ya ha demostrado su fuerza de voluntad y su capacidad de superación en otros momentos de extrema dureza. Hay plazas y citas para reivindicarse. Hay un concepto particular de la tauromaquia basado en la pureza, en la verdad y en una entrega total. En resumen, hay motivos para creer en Ureña.