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6. Creación de los nuevos consulados
260 | Cristina Mazzeo
Como podemos apreciar en el gráfico 1, el precio de los esclavos se duplicó con relación al año 1792. Contrariamente a lo que supone la historiografía tradicional, el comercio no decayó después de 1807, cuando Inglaterra inició la campaña de supresión de la trata en sus colonias. Los primeros intentos de abolir la trata en las colonias americanas tuvieron lugar en las Cortes de Cádiz, aunque sin mucho éxito. Fue recién con la llegada de San Martín y la declaración de la independencia en 1821 cuando se concedió la manumisión a los esclavos en tanto se incorporaran al ejército patriota.
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La mano de obra esclava era utilizada mayormente en las haciendas azucareras que se ubicaron a lo largo de la costa del Pacífico, desde Lambayeque a Cañete, cuya extensión era continuada por las haciendas de viña en el valle de Ica. En todas estas regiones, la mano de obra esclava fue de singular importancia.
6. Creación de los nuevos consulados
Los Consulados de Comercio instalados en América fueron instituciones corporativas que cumplían varias funciones, además de ser el respaldo gremial de los comerciantes. Durante doscientos años existieron solo dos consulados: el de la ciudad de México y el de la ciudad de Lima. Pero, al decretarse el comercio libre, el reglamento también legisló sobre la necesidad de crear nuevos organismos consulares en los puertos habilitados para tal fin, de acuerdo con las leyes castellanas, con la finalidad de incentivar la agricultura y la navegación interoceánica. De esta manera, entre 1793 y 1796, se crearon nuevos consulados en América: en 1793, en Guatemala y Caracas; en 1794, en La Habana y Buenos Aires; al año siguiente, en 1795, en Veracruz, Guadalajara, Santiago de Chile y Cartagena; y, en 1812, en Montevideo, separado del de Buenos Aires. En consecuencia, la jurisdicción de los antiguos centros mercantiles —México y Lima— quedó reducida.87
Estos consulados no solo fueron erigidos por el dictamen de los legisladores españoles, sino que respondieron también al surgimiento de pujantes élites mercantiles instaladas en los puertos. En el caso del virreinato del Perú, este quedó reducido geográficamente con la creación del Virreinato del Río de la Plata, al sur; y el de Nueva Granada, al norte. Para fines del siglo XVIII, estos nuevos virreinatos contaron con su propia representación consular. No obstante, la élite mercantil de Lima, como centro de distribución de mercancías en el área del Pacífico, siguió teniendo mayor presencia que las élites de Chile o Buenos Aires. La creación del Virreinato del Río de la Plata en 1777 tenía como objetivo legalizar un comercio que se perdía desde mucho tiempo atrás, debido
87. Cruz Barney 2006; Vas Mingo 2004.