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4. Los estancos
348 | RamiRo albeRto FloRes Guzmán
con mucho a la de crecimiento de la población indígena, lo que podía implicar dos cosas, según Herbert Klein: que los censos demográficos previos eran muy malos o que el impuesto empezó a ser cobrado con una eficiencia nunca antes vista. El éxito de la reforma en este campo fue de tal magnitud que, hasta su supresión en 1813, el tributo se convirtió en la primera fuente de ingresos del presupuesto virreinal.86
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4. Los estancos
Uno de los ramos de ingreso de mayor crecimiento de la Real Hacienda durante el siglo XVIII fue el de los estancos. Por definición, el estanco no es un impuesto, sino el monopolio de la comercialización de un producto específico, como el tabaco, naipes, papel sellado, breas y pólvora; por ello, las entradas de este rubro dependían de las ganancias producidas por su venta.
El estanco más importante era el del tabaco, instaurado por la Corona en 1752, como una administración de rentas separada de la Real Hacienda. Esta dependencia compraba el tabaco en rama a los cosecheros de la selva (o lo importaba de otros países) y lo vendía en forma de tabaco en polvo, cigarros y cigarrillos en tiendas especiales llamadas estanquillos. Los ingresos producidos por el estanco de tabaco no eran incluidos dentro de la contabilidad estatal, sino enviados directamente a España para el financiamiento de la Corona.
El Estado borbónico veía al tabaco como un mecanismo fácil y eficiente para obtener rentas, lo que constituía hasta cierto punto un freno a cualquier iniciativa tendente a introducir impuestos directos que gravasen la propiedad territorial tanto en España como en Indias. Si bien el estanco del tabaco fue un rubro importante de ingreso para la Real Hacienda peruana, nunca llegó a ser de la magnitud del estanco mexicano que reportaba unas ganancias líquidas altísimas.87 Esta diferencia no solo se debió al tamaño del mercado (6 millones de mexicanos frente a 1,5 millones de peruanos a fines del siglo XVIII), sino al hecho de que los consumidores de tabaco eran una minoría básicamente urbana en el Perú, frente a la inmensa masa rural indígena que prefería otros estimulantes como la coca.
Las cifras consignadas como ingresos de estancos incluyen básicamente al tabaco y, de forma subsidiaria, otros productos, tales como los naipes, el papel
86. Klein 1998: 45. 87. Diversas fuentes de época (Fonseca y Urrutia, Consulado de México, Conde de Revillagigedo y Alexander von Humboldt) coinciden en señalar que la renta del tabaco en México era una de las fuentes de ingresos más redituables para la Real Hacienda novohispana, pues generaba entradas brutas de 5 a 7 millones de pesos y un beneficio neto (restando los costos de producción y de administración) de 2 a 4 millones de pesos anuales, lo que representaba un 50% de ganancia (Urquiola 1990: 106-107).