De señor de diez mil indios a cacique principal
Muy diferente se presentaría la situación solo una década después, en 1582, cuando algunos curacas y principales de Jauja fueran convocados ante el corregidor Andrés de Vega, en el pueblo de Santa Ana de Sincos. En cierta medida, la situación era análoga a la de las Informaciones toledanas de 1570, pues se trataba de responder a un cuestionario previamente elaborado por las autoridades virreinales. Pero en el caso de este tercer documento, la Descripción, y a pesar de las similitudes entre el relato de 1582 y el de 1570, los declarantes no eran curacas de mediana o baja jerarquía sino caciques principales y segundas personas, lo que nos señala que una reorganización del poder, una redefinición y un afianzamiento de las nuevas jerarquías nativas de la autoridad se habían operado ya en el valle. Así, para comprender este proceso, las páginas que siguen se concentran en los protagonistas de estos tres documentos —las Probanzas de c. 1560, la Información de 1570 y la Descripción de 1582—. En el caso de los dos últimos testimonios, concederemos especial atención a los personajes que estuvieron ausentes en el primero y presentes en el segundo: los curacas de mayor jerarquía, aquellos que ejercían el mando sobre un repartimiento. Su importancia política relativa en ambos momentos nos permitirá detectar los cambios ocurridos en las décadas que median entre las Probanzas y la Descripción. Estos documentos son una puerta de ingreso al complejo mundo de la sucesión entre los curacas del valle de Jauja. Seguirles la pista en sus respectivos repartimientos nos ayudará a entender la naturaleza de las innovaciones acaecidas entre 1550 y 1580, mostrando en perspectiva histórica el inicio de las disputas por el control de los ricos curacazgos de la zona, las mismas que acompañarían a sus curacas durante el siglo XVII. 1. Francisco de Toledo en el valle de Jauja El virrey Francisco de Toledo partió de la Ciudad de los Reyes con destino al valle de Jauja el 22 de octubre de 1570. El virrey permaneció allí durante la última semana del mes siguiente, encargando a su visitador, Jerónimo de Silva, que implementara un conjunto de medidas conducentes al buen gobierno de la provincia. Como parte de un proyecto más amplio para el virreinato, Toledo y su visitador emprendieron cuatro tareas fundamentales en el valle de Jauja. La primera El documento, correspondiente a los cuestionarios de las Relaciones geográficas de Indias, en Vega 1965[1582]: 169. Sobre Jerónimo de Silva, quien murió en Huamanga dejando su visita inconclusa, véase Romero 1924: 122; Cook 1975: xi; Lohmann Villena 1983: II, 300-302; y, Espinoza Soriano 1996: 9-10. Sobre los aspectos generales de las llamadas reformas toledanas, como la organización del tributo y del servicio personal indígena, y las reducciones, véase Levillier 1935-1940; Cook 1975; Stern 1986[1982]: 128 y ss.; Andrien 1991: 124 y ss.; 2001: 49-56; y, Pease 1992: 276-277. Acerca del impacto de Toledo en determinadas regiones a partir de medidas referidas al tributo, las tasas y retasas, y la organización de la mita, consúltese Ramírez 1978: 83; Stern 1982: 292 y ss; 1986[1982]: cap. 4; Julien 1998: xxx; Assadourian 2002: 741 y ss.; y, Noejovich 2002.
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