Los curacas hechiceros de Jauja
La trascripción de los nombres es correcta.22 Así, la presencia de dos curacas para un lapso tan corto (1558-1561), y a pesar de que sabemos que los Cusichaqui eran la rama de caciques principales, puede indicar que la probanza de 1558 se redactó para beneficiar a un linaje diferente. En todo caso, gracias a la redacción de la probanza de 1561, don Francisco Cusichaqui logró imponerse como el personaje más prominente de la elite de Atunjauja. Este hecho puede explicar por qué en dicho documento Cusichaqui vio la necesidad de solicitar al Rey, entre otras cosas, que él, sus hijos y descendientes quedaran libres de cualquier tributo y que en los actos públicos fueran ellos y «su parcialidad» los que ocuparan los lugares preferenciales. Don Francisco aludió a celebraciones como el Corpus Christi, en las que claramente se negociaban las distintas jerarquías de la sociedad andina colonial (Espinosa Soriano 1971-1972: 260-261; Dean 1999). Así, la probanza de 1561, además de ser un testimonio de los servicios de los indios del repartimiento, fue también una herramienta de la que se valió don Francisco para tratar de afianzar su autoridad y la de sus descendientes entre los miembros de la elite del valle. Este mismo proceso de consolidación de la autoridad de un linaje de indios nobles —los Cusichaqui— no parece haber sido tan sencillo en el resto del valle. El caso del repartimiento de Luringuanca, para cuyo análisis utilizaremos la probanza de 1560 correspondiente a dicha parcialidad, se puede resumir en la paradoja de cuatro herederos para un único curacazgo. Combinando los datos publicados por Espinoza Soriano (1971-1972) con los de un expediente inédito, las líneas que siguen ofrecen una explicación alternativa sobre el contexto de producción de la mentada probanza de 1560 en Lima y sobre su posterior trámite en España. En el caso de Luringuanca, resulta más claro cómo el paso del virrey Toledo por Jauja fue determinante para sancionar la autoridad y legitimidad colonial del linaje de los Limaylla, futuros caciques tradicionales de Luringuanca. Aunque debió echar mano de otros recursos además de la probanza, don Carlos Limaylla, representante de esta familia, pudo figurar en la Descripción de 1582 como cacique principal de Luringuanca. El camino que debió seguir para ocupar dicho cargo no fue, sin embargo, un camino fácil de recorrer. 3. Luringuanca, cuatro herederos para un curacazgo Don Carlos Limaylla, cacique principal de Luringuanca, y su hermano don Felipe Guacrapaucar figuraron entre los convocados por el corregidor Andrés de Vega en 1582. El segundo, que además actuó como intérprete para la redacción de la 22 He verificado el nombre «Álvaro», por lo demás poco usual entre los curacas del valle del Mantaro, en el documento original. Se halla en Archivo General de Indias, Lima, 205, N.16. Así lo transcriben también Pärssinen y Kiviharju 2004.
146