Los curacas hechiceros de Jauja
2. Extirpación, hechiceros y prácticas mágico-religiosas El corregimiento de Jauja es una región asentada en los extramuros de la historiografía sobre la extirpación de la idolatría. Esta afirmación se sostiene al menos en dos sentidos. En primer término, no existen evidencias directas o indirectas acerca de espectaculares campañas de extirpación entre los pueblos de Jauja, con excepción de la dudosa declaración del conocido extirpador Francisco de Ávila, que retomaré en un momento. El corpus de procesos de idolatrías que ha sobrevivido presenta como características principales el ser exiguo y tardío, especialmente si se le compara con otras regiones del arzobispado de Lima. Este no es un indicador infalible para medir la intensidad de las actividades extirpadoras —nadie conoce, después de todo, los avatares a los que pudo estar sometida cualquier información adicional—. Pero otras evidencias avalan esta constatación inicial: los documentos disponibles corresponden a dos coyunturas muy precisas, asociadas principalmente con la emergencia de acusaciones por factores internos de la propia sociedad de Jauja. No parecen deberse a una política eclesiástica organizada desde Lima para combatir la idolatría, como sucedió en otras regiones. En segundo lugar, salvo menciones escuetas a los datos contenidos en los expedientes que corresponden a la región de Jauja (Griffiths 1998[1996]; Mills 1997), no existe ningún estudio ni compilación de documentos equiparable con aquellos trabajos dedicados a otras zonas especialmente frecuentadas por los visitadores de la idolatría, como Lima, Cajatambo o Huarochirí. Esta omisión se explica en parte porque se trata de causas ajenas a la dinámica de las campañas iniciadas desde Lima, a partir de la confluencia de los poderes civil y eclesiástico —y ese ha sido, precisamente, uno de los intereses historiográficos predominantes, como se vio en el primer capítulo. Más bien, los procesos judiciales de Jauja responden a un trasfondo local acerca del cual los expedientes mismos informan solo parcialmente y sobre el que es preciso investigar en detalle. Así, aunque los expedientes de Jauja han estado a disposición de los investigadores por mucho tiempo, su labor en este caso particular se ha limitado más bien a extraer algunos datos sueltos sobre magia y religión que, puestos en conjunción con aquellos tomados de expedientes provenientes de otras zonas, han servido para nutrir las páginas que sobre la idolatría se han escrito.14 Pero incluso en el caso anterior, el relativo abandono de los expedientes del valle de Jauja ha respondido también a la naturaleza misma de la información que sobre prácticas mágico-religiosas aportan: se trata de información que a muchos podría parecer poco indígena. En tal sentido, desde la perspectiva dominante de reconstruir las religiones indígenas antes y después
14 Véase, por ejemplo, Silverblatt 1988 y Mills 1997: 111, 129, 226 y 257 y ss.
74