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Historia de una idea: el Apra y el imperialismo

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bibliografía

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Haya de la torre y el antiimPerialismo

Historia de una idea: el apra y el imperialismo

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según sus textos fundacionales, la lucha contra el imperialismo define la identidad del Apra como organización política. Por algo el punto número uno de su programa político, publicado en 1926, reza: «Acción contra el imperialismo yanqui». Los textos iniciales de Haya de la Torre están teñidos de un fuerte antiimperialismo y esta opción es considerada un elemento decisivo de la doctrina aprista. Desde 1924, cuando Haya de la Torre fundó en México la Alianza Popular Revolucionaria Americana, Apra, como un movimiento emancipador, Estados Unidos fue señalado como el enemigo fundamental de la liberación y el desarrollo de los pueblos de Indoamérica, planteándose como tarea fundamental del Apra encabezar la revolución antiimperialista que permitiría a los pueblos del sur del Río Bravo hacerse dueños de sus destinos.

El primer libro de Haya de la Torre, por la emancipación de América Latina (Buenos Aires 1927), es una recopilación de sus artículos periodísticos y en él la prédica antiimperialista es encendida y constante. Leguía —dice Haya— ha vendido el país «al temible imperialismo yanqui» (VRHT 1976-1977: vol. 1, 18). El imperialismo yanqui es, ante todo, la explotación de nuestros países por la potencia del norte: «Nuestra generación antimperialista y revolucionaria lo ha precisado como un problema económico, simple y llanamente económico» (VRHT 19761977: vol. 1, 74). El imperialismo controla a la América Latina a través de su alianza con las castas explotadoras nativas: «En América Latina no existe democracia porque la realidad es feudal. Nuestros países agrícolas, con castas explotadoras, aliadas del imperialismo, están muy distantes de la democracia europea y mucho más lejos aún de la democracia formal» (VRHT 1976-1977: vol. 1, 170).

Estoy entresacando citas tomadas al azar del libro citado. Las referencias podrían multiplicarse fácilmente.

Haya, alejado del Perú, trataba de mantenerse vigente escribiendo para el periódico El Norte de Trujillo, explayándose sobre el contenido de su antiimperialismo. Así, en una carta enviada en 1927 a un militante trujillano, afirmaba que imperialismo implicaba monopolio; gran trust, y por ende, la destrucción del pequeño capital, de la pequeña propiedad y del pequeño comerciante: «El trust, el monopolio poderoso que implica el imperialismo destruye toda competencia. Por eso, el imperialismo no es sólo una amenaza para las clases medias, para los pequeños capitalistas y comerciantes. Por eso el imperialismo es enemigo de la nación y la nación debe insurgir contra él»1 (Klarén 1970: 155-156).

Las posiciones de Haya de la Torre sobre el imperialismo fueron sistematizadas en 1926 en el artículo «Qué es el Apra» (VRHT 1976-1977: vol. 1, 129135), publicado originalmente en inglés en la revista Labour Monthly, traducido y reeditado varias veces y recogido por él como primer capítulo del libro El antimperialismo y el Apra. Encabezando el artículo, figura una declaración que fija la naturaleza del naciente movimiento: «La lucha organizada en América Latina contra el imperialismo yanqui, por medio de un frente unido internacional de trabajadores manuales e intelectuales con un programa de acción común, eso es el APRA». Haya señalaba que estaban trabajando para organizar el gran frente unido antiimperialista latinoamericano y buscaban incluir a todos aquellos que luchaban «contra el peligro norteamericano en América Latina».

Remitiéndose a las experiencias de la historia, Haya concluía que las clases gobernantes de los países latinoamericanos —terratenientes, clase media o comerciantes— eran aliadas del imperialismo norteamericano y sus socias en la explotación de sus países. Esto llevaba a que las riquezas naturales de estos países fueran hipotecadas o vendidas, «la política financiera de nuestros gobiernos se reduce a una loca sucesión de grandes empréstitos y nuestras clases trabajadoras, que tienen que producir para los amos, son brutalmente explotadas». El progresivo sometimiento económico al imperialismo provocaba a su vez el sometimiento político y la pérdida de la soberanía nacional: «[...] invasiones armadas de los soldados y marineros del imperialismo, compra de caudillos criollos, etcétera. Panamá, Nicaragua, Cuba, santo Domingo, Haití son verdaderas colonias o protectorados yanquis como consecuencia de la “política de penetración” del imperialismo» (VRHT 1976-1977: vol. 1, 131-132).

De estas premisas, Haya sacó las consecuencias que debían guiar la acción política del Apra: «[...] es indispensable el derrocamiento de las clases gobernantes;

1 originalmente publicado en el El Norte, 5 de junio de 1927.

el poder político debe ser capturado por los trabajadores, la producción debe socializarse y América Latina debe unirse en una Federación de Estados. Éste es el único camino hacia la victoria sobre el imperialismo y el objetivo político del APRA» (VRHT 1976-1977: vol. 1, 133)2 . sin embargo, no bastaba con acabar con las clases gobernantes. Era necesario también romper la dependencia con los capitales imperialistas:

La “Enmienda platt” de la Constitución Cubana y los casos de santo Domingo, Panamá, Nicaragua, Honduras y Haití nos prueban que la autoridad nacional se pierde en proporción a la aceptación de inversiones por el imperialismo. La nacionalización de la tierra y de la industria bajo la dirección de las clases productoras es el único medio de mantener el poder del país y es la política correcta para las naciones de América Latina.

Cuando este texto fue escrito, el Apra virtualmente existía en torno a las cartas que circulaban entre los exiliados latinoamericanos. Pero la prédica radical de Haya despertó gran simpatía entre los círculos de deportados víctimas de las dictaduras del subcontinente.

Un documento enviado por Haya desde Berlín, en su calidad de secretario general del Comité Ejecutivo Internacional del Apra, «a la célula del Apra del Cusco», el 25 de febrero de 1930, en medio de la polémica con Mariátegui, ilustra bien cuál era para Haya la posición aprista sobre el imperialismo al iniciarse la década del treinta3. Los cusqueños eran cuadros formados en el marxismo y Haya insiste especialmente en mostrar el carácter marxista del Apra:

El Aprismo [afirma Haya] significa, fundamentalmente, una fuerza revolucionaria capaz de llegar a las más extremas realizaciones […] el Aprismo significa consecuentemente la fuerza revolucionaria capaz de imponer la dictadura del proletariado campesino y obrero, y de establecer la lucha organizada de esa dictadura contra el imperialismo, que es el capitalismo, opresor

2 He preferido la versión original inglesa a la traducción castellana que Haya insertó, en que «el derrocamiento de las clases gobernantes» queda convertido en «la lucha contra nuestras clases gobernantes es indispensable». 3 El documento se hizo conocido porque fue incluido como prueba policial en un juicio que le hicieron a Haya de la Torre en marzo de 1932, acusándolo de «declaraciones de principios comunistas y incitación a la acción revolucionaria para cambiar la forma de gobierno» (VRHT 1976-1977: vol. 5, 247). En su instructiva, Haya lo reconoció como auténtico, aunque argumentó que se trataba de un documento premilitar y que debía considerarse como la posición del aprismo el programa que suscribieron en su congreso de agosto-setiembre de 1931. Este documento fue recogido después en el libro El proceso de Haya de la Torre. En este texto trabajo sobre la versión publicada en las Obras completas (VRHT 1976-1977: vol. 5, 259-268).

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