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Las causas del alza del costo de vida

ABRIL 1871

[ perú ]

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JUAN FRANCISCO BALtA, MINIStRO DE GUERRA Y HERMANO DEL PRESIDENtE JOSÉ BALtA, REtIRA SU CANDIDAtURA A LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES. EN UN COMUNICADO, AFIRMÓ: “MI CARÁCtER RECHAZA EL SIStEMA DE ACAUDILLAR CLUBS Y ABRUMAR LAS VALIJAS DE CORREO ENVIANDO POR RESMAS CARtAS A CAZA DE SUFRAGIOS”. EL MINIStRO DECIDIÓ ENtONCES APOYAR LA CANDIDAtURA DE MANUEL PARDO, DEL PARtIDO CIVIL, MIENtRAS QUE SU HERMANO HACÍA LO PROPIO CON LA DE JOSÉ RUFINO ECHENIQUE.

Gar ban zos 6 pe sos fa ne ga 9 pe sos Len te jas 2 pesos “ 6 pesos Fri jo les 8 y 9 pesos “ 14 pe sos

Par te de las vacas destinadas a la alimentación de la ciudad de Lima ve nía del Ecuador y también de Jaén por Monsefú. La intro ducción de ganado vacuno y mular de la Argentina, tan importante desde los días virreinales, había sufrido contratiempos por la imposición de un derecho de tránsi to a cada cabeza, hecha por el gobierno de Bo livia, llegó con es te moti vo a emplearse el transporte marítimo por Chile, mas un tratado entre este país y la Argentina gravó con un de re cho de 10 pesos cada buey o vaca que pasase por te rri to rio chileno.

El aumento del ganado beneficiado en el Matadero General se revelaba en el cuadro siguiente:

Año Re ses Car ne ros 1859 20.155 69.758 1860 25.094 87.873 1861 25.909 92.892 1862 27.412 88.887 1863 27.637 97.627 1867 31.300 110.687 1868 34.324 95.057 1869 34.908 101.902

Alimen to abundan te y bara to, el pescado costaba, en 1869, 3 centa vos por 500 gramos. "Es sensible (decía Arosemena Quesada en el informe sobre la alimentación en Lima, ya citado) que la pesca esté casi exclusivamente entregada a la veleidad y pereza de los indígenas. Sería de desear que esta industria fuese explotada más científica y metódicamente".

Los animales cu yo precio había bajado en Lima eran los bu rros. Se pagaba por uno de ellos un real en 1855; en 1869 se les vendía en 3/4 de real y aun en medio real. La reducción en la demanda provenía de la decadencia del arrieraje con el establecimiento de los ferrocarriles y el impulso de la navegación de cabotaje.

El azúcar blanca se vendía en la capital en 1854 a 16 y 16,5 reales la arroba, y en 1869 a 26 reales y 3 pesos. La chancaca, de 3 a 4 pesos había subido a unos 5 pesos. Las fluctuaciones en el precio del aguardien te de uva dentro de la misma época iban de 12 a 16 pesos. La arroba de vino no había experimentado alza por el aumento de la producción.

Singular era el caso de las ha ri nas. Por una par te escuchábase la queja de que el Go bierno recargó en 1850 los derechos que las gravaban, monopolizándolas los cuatro molinos que entonces existían, para apoderarse luego de las panaderías. La fortuna de los molineros fue estimada en tonces como colosal y fue ron mencionados el caso de José Sui to que se marchó a Italia con más de un millón de pesos y el de Luis Reinuso y sus hermanos con más de medio millón. Por otra par te, al lado de es te fenómeno de succión, exhibíase el cuadro del precio de las ha ri nas desde 1852 hasta 1869, apa re ciendo con una tendencia a la baja, en contras te con casi todos los otros artículos de pri mera necesidad, porque este no se producía en el país, sino llegaba de Chile. El pan, pues, se había abaratado, lo cual constituía un fe nómeno excepcional más aun si se tomaba en cuenta el alza general del cos to de vida.

laS cau SaS DEl al Za DEl coS to DE VI Da.- Las ra zo nes por las cuales con pocas excepciones, se palpaba un alza considerable de los pre cios en 1869, eran múltiples. Se indica a con-

laS hacIENDaS y El aumENto DEl coSto DE VIDa. En las décadas de 1850 y 1860, el costo de vida aumentó notoriamente en el perú, entre otras razones, por la abolición de la esclavitud, que obligó a la contratación de peones para el trabajo en el campo, y el boom del azúcar y el algodón, que hizo cambiar de rubro a muchas haciendas que abastecían a lima de otros productos de primera necesidad, lo que obligó a su importación. además, hubo un incremento en el dinero circulante, gracias al aumento de las fortunas particulares, principalmente de aquellas provenientes de prósperas empresas agrícolas e industriales. En este grabado, aparecido en la revista El americano en 1874, se aprecia una hacienda en las inmediaciones de la capital.

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