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El Gobierno y los particulares ante los bancos durante la crisis La inconvertibilidad del billete

loS pRoBlEmaS DEl BaNco NacIoNal

a principios de la década de 1870, el Banco Nacional del perú, conocido popularmente como “el banco de Dreyfus”, era el que más billetes había emitido y tenía en circulación. Durante la crisis de la inconvertibilidad de los billetes, el director de esa institución anunció al Gobierno que el oro y plata de sus bóvedas se había agotado y que por ello se veía en la imposibilidad de reembolsar los billetes de sus clientes en metal. aquí vemos un billete emitido por esta institución. banco. Por estas ra zo nes, a las que se agrega ron las urgencias de la cri sis fiscal aumentadas por las dificultades y el negocio del guano, y para obligar a comprar los papeles de la deuda pública in terna, fue expedido el decre to del 18 de diciembre de 1873 que acabó con la libertad de emisión bancaria. Dicho decreto ordenó la admisión de los billetes bancarios en las oficinas del Estado y determinó las condiciones, formalidades y garantías que debían cumplir los bancos que optaran por disfrutar de tal privilegio. Asimismo, fueron fijados en el mismo documento oficial algunos requisitos generales acerca de la constitución de las sociedades bancarias; se limitó a 4 soles la cantidad mínima por la cual podían emitirse billetes; apareció señalada la garantía que los bancos de emisión debían prestar por sus bille tes en circulación con un carác ter proporcional a la existencia en metálico que debía asegurar al público la convertibilidad de los mismos; quedó exi gi do el re sello por el Estado de los bille tes que se habían garantizado a la circulación pública, y se sometió a la inspección mensual del Tribunal de Comercio la situación metálica de cada uno de dichos establecimientos. También ordenó el decreto de 18 de diciembre de 1873 el depósi to de un 70% del mon to de la emisión en valor nominal de bonos de la deuda pública, con una cuarta par te en bonos de la deuda in terna consolidada y tres cuartas par tes en bonos de te so re ría dentro de dos años de pla zo y 8% de in te rés.

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El Go BIER No Y loS paR tI cu la RES aN tE loS BaN coS Du RaN tE la cRISIS. la

IN coN VER tI BI lI DaD DEl BI llE tE.- El decre to de 18 de diciembre de 1873 fue muy atacado. Según la tesis oposicionista, contradecía la doctrina de Pardo de amplia libertad bancaria. Sobre las ruinas de esa libertad (defendida ardorosamente en esos días por Francisco García Calde rón) se cre yó ver acentuarse una peli grosa re lación entre los bancos y el Go bierno. Pe ro, de inmediato, la política seguida tuvo efectos satisfactorios en cuanto evitó el descalabro de dichas entidades. Por otra par te, debido a fac to res in vencibles, la crisis continuó en 1874 y se acentuó en 1875. El Gobierno fue obteniendo de los bancos facilidades para préstamos en metálico que los particulares no lograron. Las demandas de fondos se acrecentaron con tal motivo. La depresión en el campo mercantil e industrial condujo a va rias quiebras (Za racondegui y Cía., Juan de Ugarte y Cía., Ma rrou y Cía., Sociedad Ló pez Hurtado, etc.). Otros comercian tes vié ronse en momen tos muy difíciles. La baja en las operaciones del guano tuvo vastísimas consecuencias. Desde treinta años atrás el principal medio de pago en los negocios en el ex te rior eran las letras de cambio con los giros de los contratistas, de este abono. Al cesar dichos documentos, el comercio comenzó a incrementar la exportación del numerario ya iniciada, como se ha visto, hacia 1871. El retiro continuo de moneda en las cajas de los bancos, efectuado por los comercian tes en di versas formas, volvió gravísima la situación de dichos establecimientos al promediar el año 1875.

El 1º de agos to de ese año se presenta ron an te el Gobierno los di rec to res del Banco Nacional del Perú (el banco de Dreyfus y el que más billetes había emitido) para exponer la falta absoluta del metálico en sus arcas y la consiguiente imposibilidad de continuar sus operaciones. En condiciones menos extremas, los demás bancos afrontaban el mismo problema. Hubo una junta de los ge ren tes de los bancos Nacional del Pe rú, Lima, Pe rú, La Providencia y Londres, México y SudAmérica y en ella quedó de manifiesto que la falencia de cualquiera de estos establecimientos mercantiles traería como consecuencia la de todos los demás, a causa de la mancomunidad de intereses y la interrelación de los negocios, lo cual estaba destinado a provocar un hondo sacudimiento económico y social. A análogas conclusiones llegó una reunión celebrada por el Consejo de Ministros a la que invitó a personas independientes del alto comercio. Los gerentes de los bancos resolvieron suspender el reembolso metálico de sus operaciones mientras proveían sus cajas y acordaron también emitir todos los billetes en circulación sin diferenciar entre las entidades emisoras. El Gobierno aprobó es tos acuerdos por resolución supre ma de 6 de agos to de 1875; autorizó el curso forzoso de los billetes de banco ordenando que fueran recibidos en las oficinas

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