El Portarró 28 (en castellano)

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24 la esencia de las palabras boletín del parc nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici

el archipiélago del valle de boí y los secretos de sus ínsulas ¡Estamos en el año 50 antes de Jesucristo! Toda la Marca Ribagorzana está ocupada prácticamente por los romanos. ¿Toda? ¡No! Un valle poblado por cazadores excelentes y por pastores irreductibles resiste aún y por siempre al invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones de legionarios romanos que intentan controlar los campamentos de Taullargum, Bogin, Durretum, Erilldamuntis, Barroguera, Cardum, Collaris et Saraisum… ¡Valle de Boí! ¡El Valle de Boí! ¿Que secretos de la historia y de la geografía se esconden entre las montañas y los valles que lo forman? Pues más de uno. Vamos a descubrirlos. El primer secreto: ¿Donde empieza y donde acaba este valle pirenaico? ¿En la confluencia de las nogueras de Tor y Ribagorzana? ¿En los prados de Cóll, el barranco de Saraís o en el de Sant Julià, frontera administrativa entre el Valle y El Pont de Suert, capital de la comarca? ¿En Pedra Foradada donde supuestamente se encontraba, al lado de las Cabanasses, un paso estrecho donde la historia y las leyendas sitúan una puerta por la cual se accedía al Valle? ¿En Montanera, un pueblo italiano con el mismo nombre que una casa de Durro? ¿En Auckland, ciudad neozelandesa también declarada patrimonio de la Humanidad? No viajemos tan lejos. Los orígenes históricos que no geográficos del Valle de Boí podrían estar en un pequeño pueblecito situado a más de cinco horas a pie de Barruera, o a una hora y media, también a pie, desde el olvidado monasterio ribagorzano de Lavaix. ¿Cuál es el nombre de este pueblecito? ¡Más tarde lo descubriremos! El segundo secreto: Detrás de estos interrogantes territoriales e históricos se esconde uno de los secretos naturales más bien conservados de la geografía pirenaica. Un secreto que cuando se refleja en un espejo, en un sencillo y prístino espejo, lo hace al revés, como la física impone. Y este ha sido y es el secreto del Valle: ir al revés que los demás valles, creer en lo imposible, conseguir que los milagros se hagan realidad. Como siempre, las

cosas son más complejas de lo que parece y el Valle de Boí ha sabido trabajar muy bien todas sus caras, incluso las más ocultas, las más difíciles. Si os parece os explicaré un cuento: “Había una vez un valiente guerrero que se quería construir un castillo, un gran castillo, el castillo más poderoso de los Pirineos. Pero para construirlo le hacían falta muchas monedas de la época, toda una fortuna, así que empezó a ofrecer sus servicios y el de sus cohortes, a reyes y condes. Participó, en la reconquista de las tierras aragonesas a manos de los árabes y a cambio de sus servicios empezó a acumular riquezas. Los poetas del momento escribieron: ¡a batalla ganada, recompensa ganada; a batalla perdida, recompensa perdida! El valiente guerrero fue amasando, batalla tras batalla, una gran fortuna que no solamente le permitió construirse un castillo detrás de otro sino que utilizó una parte de sus bienes para levantar iglesias, ermitas en todos los pueblos del Valle. Se ganó así un rincón en el cielo y el respeto en la tierra.” ¿Quien era este valiente guerrero? En el próximo secreto lo contestaremos… El tercer secreto: De valientes guerreros y señores feudales, en esta parte de los Pirineos, han guerreado y gobernado muchos: los Areny, los Montanyana, los Bellera. Unos dieron nombre a pueblos y valles mientras muchos pasaron a la historia por ese pasado glorioso. Sin quererlo ni saberlo, una de esas familias se convertiría en el primer y más importante mecenas cultural de un Valle de Boí, en aquellos tiempos, aislado y desconocido. Esa familia fueron los señores, barones y condes de Erill, más tarde Grandes de España. En el siglo X ya aparecen documentos donde encontramos el nombre de este linaje, que bajo la protección de los condes del Pallars y de los reyes de Aragón, enriqueció con sus proezas y andanzas nuestra historia durante cerca de quinientos años. Desde tierras cordobesas


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