Toma, Señor, y recibe Queridos hermanos:
somos y lo que tenemos y someternos a su santa voluntad? n los meses de junio Los artículos de la sección del y julio, aprendere- frente para estos dos meses, sobre mos a profundizar San Ignacio, fueron escritos por en nuestra oración por medio del el padre Nathan O’Halloran, un ejemplo de San Ignacio de Loyola. sacerdote jesuita que es conseEste santo, nacido en España en jero teológico de La Palabra Entre 1491, era un noble y militar que Nosotros. antes de conocer al Señor buscaba Conforme los leemos, tengael reconocimiento de los demás y mos la misma actitud que plasmó se había entregado por completo a Ignacio en su Acto de entrega de la vanidad. sí. Todo lo que tenemos en nuestra vida —nuestros pensamientos, acciones, relaciones personales e Nuestro Señor te espera incluso nuestras alegrías y tristediariamente para darte zas— todo le pertenece al Señor, y él nos invita a entregárselo de descanso y consuelo, y para vuelta. El tesoro más grande —el renovar tus fuerzas. único tesoro real y duradero— que poseemos es el amor y la gracia Pero su convalecencia en su cas- del Señor. Y ese amor y esa gracia tillo de Loyola, luego de ser herido contienen un caudal de bendicioen el campo de batalla, le abrió las nes: Perdón, la presencia de Dios, puertas a una relación profunda con la promesa del cielo y mucho más. Confío en que estos artículos te el Señor Jesucristo por medio de la cual comprendió que debía dejar su ayudarán a profundizar cada día vanidad de lado y entregarle a él su más en tu relación con Jesús y a formemoria, entendimiento, voluntad talecer tu vida de oración. Recuerda y libertad. Entendió que lo único que el Señor siempre está a tu lado que debía bastarle eran el amor y y lo que más desea es que acudas a la gracia de Dios. él y le entregues en sus manos todo Lo único que debe bastarnos a aquello que está en tu corazón y en nosotros son la gracia y el amor que tu mente. Nuestro Señor te espera provienen de nuestro Padre celestial. diariamente para darte descanso y ¿Podemos entregarle todo lo que consuelo, y para renovar tus fuerzas.
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2 | La Palabra Entre Nosotros