Capítulo V11I. La colaboración de las bibliotecas en la preparación de los profesionales del desarrollo. Directorios y bases de datos de expertos Se expone el pensamiento al que se ha llegado tras trabajar en una biblioteca especializada en cooperación como es la de la AECID, cuyas características ya se han aportado previamente. El trabajo diario, el contacto con los usuarios y la lectura de fuentes y experiencias de otros, es lo que ha formado el conocimiento basado en la experiencia que ahora se pone en común. Probablemente el diálogo con los usuarios, el conocimiento de sus necesidades, formación, carencias y virtudes, es lo que nos ofrece un mayor nivel de conocimiento que invita a la reflexión. Conozcamos a estos usuarios profesionales de la cooperación de personalidad realmente particular. No nos ocuparemos de los voluntarios, pues sus intereses y capacidades son muy variados y escasamente sistematizables. Los proyectos de desarrollo que se llevan a los diferentes países deben tener en cuenta los regímenes de los gobiernos y las sociedades a las que se dirigen. Los profesionales tienen que ir bien informados y con una actitud realista si no quieren verse afectados psicológicamente. El romanticismo insensato, la ignorancia y la inmadurez pueden provocar depresiones y diferentes problemas que pueden afectar a la salud. La reflexión previa de todo cooperante se refiere a las características y personalidad de su lugar de destino. Los gobiernos están dispuestos a recibir dinero, pero no tanto a aceptar injerencias. Las ONG son muy cuidadosas, pues pueden poner en riesgo a sus trabajadores y meter a sus países en conflictos diplomáticos que puedan dar al traste con las acciones mejor intencionadas. Y hay que tener en cuenta la sensibilidad de las sociedades. No es uniforme el concepto de desarrollo, y menos aún si tenemos en mente una idea de desarrollo integral: de derechos sociales y humanos, de igualdad, de libertad de pensamiento y expresión, de valoración de las culturas propias y minoritarias, y no sólo basado en la capacidad de consumo, propio de una sociedad capitalista. Si la sociedad no quiere o no está preparada para asumir unas ideas que se consideran más avanzadas, será necesario respetar sus ritmos. Las ideas, por muy buenas y avanzadas que sean, no se pueden imponer por la fuerza y a toda prisa. Nosotros nos referimos en todo momento a proyectos de desarrollo claros, bien definidos, respetuosos con
86