6
EL MIRADOR
TC 476
El sector cerámico europeo ve amenazada su capacidad para afrontar el proceso de descarbonización debido a los altos costes de la energía y el CO2
El futuro del azulejo se dirime en Bruselas El lobby de presión que conforman las industrias cerámicas de Castellón y Sassuolo persevera en su empeño de lograr una flexibilización de las exigencias impuestas por la Comisión Europea para la descarbonización. Al mismo tiempo, el Tile of Spain y Ceramics of Italy buscan mitigar los efectos del mercado de emisiones de CO2 establecido por la UE y que también castigan económicamente al sector. Martín Plaza Entre el cúmulo de incertidumbres que marcan el actual devenir del Tile of Spain, la energía es la más acuciante, y no solo por el incremento desmesurado de los precios del gas natural y de la electricidad o por el pago de los actuales derechos de emisión, sino también por las exigencias europeas que han puesto especial énfasis en los últimos años en acelerar las políticas verdes hasta límites que no son compatibles, a juicio del sector, con el mantenimiento de su competitividad.
Sin embargo, las presiones continuadas de estados miembros y de industrias comunitarias clave han hecho posible que la Comisión Europea aprobara recientemente un nuevo proyecto de reglamento que respalda las tesis del Tile of Spain, ya que establece qué fuentes de energía pueden considerarse como “verdes” y “sostenibles” con la finalidad de favorecer inversiones del sector privado.
❖ Un cambio de 'óptica' esperanzador
Transición verde, sí, pero con amplitud de miras y sin la presión de alcanzar la descarbonización a cualquier precio a medio plazo. Esta es la tesis por la que aboga la industria cerámica española y que viene trasladando a las más altas instancias de la Unión Europea para ganar tiempo ante la exigencia por abandonar el gas natural y operar con nuevas energías que, por el momento, son notablemente más caras y menos eficientes.
Y la gran novedad es que, según Bruselas, tanto el gas natural como la nuclear son energías fundamentales para garantizar la transición energética y deben emplearse como puente hacia un sistema más limpio y una economía descarbonizada. Ello supone un alivio para la cerámica española, ya que abre una vía de esperanza para que se formalice en el futuro una flexibilización de los plazos para el abandono definitivo del gas natural.