Agr a de c imiento s
A Liliana Vargas-Monroy, mi directora de tesis, por su compañía y afecto, por sus reflexiones sobre la gubernamentalidad y los estudios del trabajo feminizado y por su rigor teórico y metodológico. A las mujeres que compartieron y reflexionaron sobre sus experiencias de formación universitaria como enfermeras en las décadas de 1950 y 1960. A mis estudiantes de las especializaciones en Enfermería en Cuidado Crítico y en Enfermería Pediátrica, que cursaron la asignatura de Ética durante los dos últimos años y que, en cada una de las clases, al compartir sus vivencias en el ejercicio profesional, me recordaban la imperiosa necesidad de problematizar el presente de la formación en enfermería y se constituyeron en fuente de inspiración para la realización de esta tesis. A mis profesoras y profesores del doctorado, por los conocimientos compartidos durante mi proceso de formación. Especialmente al profesor Santiago Castro-Gómez, quien en sus clases de Genealogías de la Colombianidad y Estética de la Existencia inspiró la realización de esta tesis, a partir de una aproximación arqueológica, genealógica y una apuesta de parrhesĭa, de ‘decir verdadero’. También al profesor Jorge Eliécer Martínez por las discusiones en el seminario Subjetividades, Biopolítica y Educación, y por el espacio de discusión sobre la problematización y la eventualización, elementos decisivos en el abordaje metodológico de la tesis. A Vicente Sisto y Carmen Gloria Núñez, profesores de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en Chile, quienes durante mi estancia de investigación doctoral dispusieron de diferentes espacios para la discusión de mi proyecto de tesis. A Jefferson Jaramillo, profesor del Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas.
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