Olmecas en París •
Javier Pulido Biosca
Por más que el montaje de la exposición es mag-
La colección es magnífica, pero se centra en el diletantismo estético, sin comprender que las piezas no fueron hechas con la intención estética, sino que su uso era ritual. ¿Qué rituales tenían los antiguos olmecas? Eso es lo que se desconoce. Eso es lo que sí conocen algunos mexicanos del sur de Veracruz.
Y es que una colección de piezas escultóricas sacadas de su contexto geográfico y cultural sirve de
Bueno, hay un desvío que centra la vista en lo estético de las piezas, pero nadie puede negar la calidad escultórica que justifica la apreciación estética, de esto no hay duda, pero las piezas son de uso ritual y, al desconocer sus posibles usos lleva a desvirtuar lo que se diga de ellos.
nífico, algo digno de París, la Ciudad Luz, el mensaje es muy vistoso pero insustancial, tanto para los europeos como –mucho más– para los mexicanos del sur de Veracruz.
Colonialismo Por otro lado, los museos y las colecciones presentadas al gran público son herederos de las épocas en que las joyas escultóricas y artísticas eran presentadas y guardadas como parte del botín de guerra. Así llegaron innumerables piezas de Egipto a los museos de Europa, como efecto de la conquista de Napoleón sobre esas tierras o de los diversos exploradores –ingleses en su mayoría– que llevaron sarcófagos, momias, esculturas y pinturas a los museos de sus países. Faltó que llevaran las grandes pirámides y templos, aunque ganas no les hayan faltado.
poco para comprender cualquier cultura –menos, una tan distante en tiempo y espacio como lo es la civilización olmeca.
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De esa manera fue llegaron al Vaticano los códices prehispánicos, como el Códice Borgia, el Códice Vaticano, el Matritense, etc. Así llegó también el llamado “Penacho de Moctezuma”. Así es presentada también la bella muestra de los Olmecas en París.