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Capítulo 13: Participación de los jóvenes en los partidos políticos
CAPÍTULO TRECE LA PARTICIPACIÓN DE LOS JÓVENES EN LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Panorama general
Este capítulo esboza estrategias para integrar la participación de la juventud en las actividades partidarias. La democracia representativa requiere de la participación de todos los ciudadanos, todas las generaciones inclusive, en los partidos políticos y en otras estructuras de gobierno, y de la sociedad en general.
Para que la democracia sea sostenible, debemos asegurarnos de que las generaciones futuras vean los beneficios de esta forma de gobierno, y nos aseguremos de que cuenten con las herramientas con que dirigir las política públicas dentro de la democracia.
El papel de la juventud
Los jóvenes tienen un papel importante en la política representativa y en los partidos políticos. Ellos son diversos, pues provienen de todos los sectores cruciales tales como sindicatos, la sociedad civil, el liderazgo comunal, las instituciones religiosas, e incluyen a jóvenes profesionales, dirigentes estudiantiles, mujeres dirigentes, líderes políticos y los desempleados, así como aquellos en el sector informal, como artesanos de pequeña escala, obreros de construcción, trabajadores temporales, etc. Las necesidades, desafíos y oportunidades que los jóvenes enfrentan en todos los sectores de la vida las conocen mejor ellos mismos, y por ende pueden ser identificadas y tratadas por los partidos que cultivan un liderazgo juvenil.
Los jóvenes pueden compartir sus experiencias y visión política participando en la organización interna partidaria, entre ellos el Comité Ejecutivo Nacional, los Comités Sectoriales, la Secretaría Nacional y la Junta Electoral, entre otros. Al involucrarse en las actividades de los partidos, ellos aprenden mucho acerca de un liderazgo de servicio, un buen gobierno, la democracia y otras cuestiones. Esta experiencia les prepara para que participen efectivamente en los foros de liderazgo locales y nacionales, dentro y fuera del partido.
La juventud puede contribuir también al proceso de formulación de políticas. Esto asegura que sus voces sean oídas e incorporadas en las políticas partidarias y otras estructuras de gobierno. El partido tiene la oportunidad de suministrar una plataforma a los jóvenes, para que participen en el pensamiento crítico en torno a la miríada de problemas y preocupaciones que afectan al partido y a la sociedad. Mediante dichas actividades, el partido cultivará a los futuros líderes y mejorará la base de conocimientos y habilidades de su partido. El desarrollo de la capacidad y el liderazgo son siempre importantes para galvanizar las reformas en un partido político, y en un país en general.
No debe involucrarse a la juventud en el proceso político, sólo para confirmar que una democracia está funcionando porque más jóvenes votan. Los partidos debieran involucrarla para cambiar la forma en que el gobierno nacional toma decisiones. Cuando los jóvenes son
incluidos en el proceso de toma de decisiones, tanto el partido como el gobierno se convierten en una institución más inclusiva. Es más, los jóvenes son una fuente no aprovechada de nuevas ideas, que pueden tener como resultado un mayor éxito político.
Incorporación de la juventud en los asuntos partidarios
Al convertir la participación juvenil en algo prioritario en sus estructuras administrativas y de liderazgo, los partidos tienen la oportunidad de identificar, aprovechar, cultivar y capacitar a los dirigentes jóvenes que empiezan a surgir, quienes podrían brindar un liderazgo futuro. A través de los congresos de la juventud, los clubes juveniles y/u otros foros y estructuras, los jóvenes pasan a ser una parte integrante de la estructura partidaria a nivel local y nacional. El diseño de programas juveniles en los partidos comprende estrategias y actividades de corto, mediano y largo plazo. Los partidos pueden preparar e internalizar indicadores cualitativos y cuantitativos concretos de logros, así como un análisis de riesgo en los programas de desarrollo juvenil. Los partidos pueden beneficiarse de una movilización y un reclutamiento intensivo de los jóvenes para que formen parte de ellos. Los papeles, derechos y responsabilidades de los miembros jóvenes deben quedar claramente estipulados en la constitución del partido, en su manifiesto y en otros documentos de política.
Los partidos pueden fortalecer la participación juvenil en sus políticas: • establecer escuelas de capacitación de lideres para la dirigencia que va surgiendo, dentro y fuera del partido; • apertura de un foro donde los jóvenes comprometidos con el partido se reúnan y construyan alianzas y redes para contar con respaldo político; • desarrollar sistemas de mentores dentro del partido, para permitir que jóvenes de ambos sexos se beneficien con los conocimientos, experiencias y habilidades de los actuales líderes políticos, y prepararles para que se postulen a cargos electos; • explorar una gama de incentivos durante y después del reclutamiento y capacitación de los jóvenes líderes. Esto podría incluir estipendios o asignaciones para desempeñar trabajo voluntario, o asistencia financiera de pequeñas microempresas con que apoyar a jóvenes empresarios asociados con el partido. Los partidos podrían asimismo proporcionar cartas de recomendación a jóvenes dirigentes cuando busquen empleo, u otorgar premios a jóvenes sobresalientes; • articular un servicio y un objetivo del aprendizaje claros para el programa de desarrollo de liderazgo juvenil del partido, que atraiga los jóvenes al programa; • trabajar con otros partidos e instituciones políticas en programas de participación juvenil. Esto ayuda a mantener una unidad de propósito y de responsabilidad colectiva en el movimiento político juvenil, y fomenta una cultura de cooperación entre sus militantes juveniles.
Cinco técnicas para atraer a la juventud a los partidos
1. Crear programas educativos informales: es más probable que los jóvenes se interesen por la política y el proceso democrático, si se les enseña dichos temas de modo informal e innovador. Los programas más eficaces son operados por jóvenes, brindan habilidades reales con que influir en las decisiones, sirven para conocer otros jóvenes de similar perspectiva, y
al mismo tiempo son divertidos. Se trata de una receta con que educar a los jóvenes que ha funcionado en muchas democracias.
2. Brindar oportunidades reales de participación: si los partidos políticos desean aprovechar el poder de la juventud y usarlo para conseguir éxito electoral, deben estar preparados para permitir que los jóvenes tengan una oportunidad real de participar en ellos. Las oportunidades para que los jóvenes hagan pasantías o sean voluntarios en las filiales u oficinas nacionales del partido, les brindarán una experiencia práctica en la política partidaria y en las instituciones democráticas. Sin embargo, apoyar a los jóvenes dentro del partido sólo de palabra, no animará a que muchos de ellos se involucren.
Sin embargo, darles un papel prominente en el comité ejecutivo del partido enviará una señal a la juventud, de que sus ideas y respaldo son importantes. Permitir que los jóvenes del partido produzcan políticas específicas, o formen parte del proceso de desarrollo de las mismas, significará que ellos entenderán que pueden influir en las decisiones del partido y —con el tiempo— del gobierno, de ser elegido su partido.
Animar a los jóvenes a postularse como candidatos a cargos de elección popular y designar puestos públicos para ellos, también asegurará que su perspectiva forme parte del partido político, incluso después de elegir sus miembros al parlamento. Las elecciones también son una oportunidad para que los jóvenes ocupen puestos importantes en una campaña, y les enviará el mensaje de que el partido es sincero en que participen en él.
3. Adoptar la tecnología: son innumerables las ideas en torno a cómo es que la tecnología puede influir en los jóvenes y animarles a involucrarse en el proceso político. Encontrar formas innovadoras de usarla podría establecer la diferencia en una campaña específica y convencerles de que sus voces son importantes en una democracia.
Los partidos políticos pueden preparar páginas web interactivas o CD-ROMS que contengan información sobre sus políticas, al mismo tiempo que suministran materiales divertidos o interesantes que involucren a los jóvenes. Producir música para un CD o un equipo de MP3 podría asegurar que su mensaje sea tocado una y otra vez, mucho después de que la campaña o la concentración política haya terminado.
4. Participar en alianzas: todos se benefician cuando los partidos políticos desarrollan alianzas —de corto o largo plazo— con las ONG y grupos ciudadanos. Las ONG parecen tener más éxito en involucrar a los jóvenes en su causa, en tanto que los partidos tienen más influencia sobre la toma de decisiones. De modo que una alianza puede resultar beneficiosa para ambos.
Los partidos políticos con alianzas —formales o informales— con las ONG ganan la experiencia de los miembros de esta última, aumentan el número de trabajadores de campaña y posiblemente pueden adoptar como propias a las políticas de la ONG. En lo que toca a los jóvenes, los que están involucrados a través de la ONG verán los beneficios de su obra, a medida que la ONG gana más influencia sobre el proceso de toma de decisiones.
5. Ayudar a los jóvenes a ser “dueños” de la democracia: se dice que es más probable que una persona que es dueña de su casa la trate con más respecto que aquel que sólo paga la renta. 57
Lo mismo puede decirse de una democracia. Si los jóvenes (o cualquier otro grupo de personas) piensan que son “dueños” de la democracia en la cual viven, la tratarán con respeto y trabajarán duramente para asegurar su preservación.
¿Cómo es “dueño” uno de una democracia? El sentirse “dueño” viene con la influencia. Los jóvenes deben formar parte del proceso de toma de decisiones, tanto en los partidos políticos como en el gobierno. Deben contar con lugares designados en reuniones y grupos donde se toman decisiones. Deben tener la oportunidad de diseñar nuevas ideas y ver que éstas están influyendo en las políticas.
Será sólo cuando los jóvenes tomen parte en el proceso de toma de decisiones que creerán que vale la pena involucrarse en la política. Sólo creerán que la política tiene algo que ofrecerles cuando vean que sus ideas se convierten en políticas públicas.
Sudáfrica: la Liga Juvenil del Congreso Nacional Africano (LJCNA) La LJCNA es una de las organizaciones políticas juveniles más antiguas del África. Fue creada en 1943 por Nelson Mandela, Walter Sisulu, Oliver Tambo y Anton Lembede, con el mandato de “unir a la juventud detrás de las metas y los objetivos del CNA, y promover aún más los intereses de los jóvenes dentro y fuera del CNA”. Todo sudafricano de entre 14 y 35 años puede unirse a la LJCNA en su filial local. Como miembros, los jóvenes hacen campaña por, y eligen a, sus líderes de la LJCNA, crean la plataforma de la liga, sus políticas, organización, manifiesto y otros documentos políticos, y producen sus propios eventos, discusiones y boletín, Hlomelang. La LJCNA ha sido un trampolín importante para los futuros líderes del CNA; además de sus célebres fundadores, el Presidente Thabo Mbeki también inició su carrera política en ella. Cada año, el CNA es provisto de nuevos y jóvenes miembros, bien capacitados gracias a su experiencia en la LJCNA.
Más que un simple grupo auxiliar de un partido nacional, la LJCNA ayuda a guiar las actividades, motivar a los partidarios y determinar el liderazgo del CNA. En sus primeros años, ella infundió luna energía nacionalista al partido al organizar la “Campaña de Desafío” nacional contra el apartheid. Esta campaña generó un respaldo masivo nacional al CNA (sus miembros aumentaron de 7,000 a 100,000 a nivel nacional) y dio inicio a la cooperación del partido con otros grupos políticos contrarios al apartheid. La LJCNA ganó delegados en la Conferencia Nacional del CNA y sus dirigentes (Sisulu, Mandela y Tambo) fueron elegidos a importantes puestos ejecutivos de liderazgo en el CNA. El respaldo de la LJCNA ha sido importante para los candidatos del CNA, y a menudo un centro de controversias en torno al liderazgo nacional. Aunque su fervor por el cambio y su sentimiento nacionalista africano han sido criticados a menudo como arrogancia juvenil, han sin embargo motivado unas reformas masivas del partido y del gobierno en Sudáfrica.