MARCO BONTÁ divulgador del grabado chileno el mac y su colección de grabado
Por Felipe Baeza Bobadilla Magíster en Teoría e Historia del Arte Estimular las artes y propender a su desarrollo, es preocupación constante de la Universidad de Chile. La pintura, la escultura y las artes decorativas han logrado en nuestro país un desarrollo que nos permite afirmar, con absoluto convencimiento, que ellas constituyen uno de los aspectos de nuestra cultura que ha proporcionado a la vida de la República una nota permanente de elevado valor espiritual, a pesar de los cortos años que nos separan de las primeras manifestaciones de esta índole, a mediados del siglo XIX, lo que constituye una verdadera infancia, si se considera el largo camino que necesitan recorrer las artes formales para alcanzar madurez de estilo y llegar a tener las características genuinas de la expresión de un pueblo1.
E Bontá, Después del temporal, litografía, 1956
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BIOGRAFICA
stas palabras, extraídas del discurso inaugural del Museo de Arte Contemporáneo de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile (MAC), pronunciado por el abogado y académico Juvenal Hernández (1899-1979), sintetizan el pasado, presente y futuro del arte chileno durante la década del 40 del siglo pasado, a los ojos de dicha casa de estudios. Para el caso específico del grabado –incorporadas aquí al apelativo de “artes decorativas”–, su infancia estuvo ligada a lo funcional, es decir, a la formación de obreros gráficos que a su egreso pudieran incorporarse a la pequeña indus-