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Génesis y manifestación de una serie de pintura Carmen Zeta El arte más poderoso de la vida, es hacer del dolor un talismán que cura. (Frida Kahlo) La imagen como un absoluto, la imagen que se sabe imagen, la imagen como la última de las historias posibles. (José Lezama Lima)
El arte es muchas veces un hecho imprevisible.
incapaz. Durante dos años me volqué frenéticamente
Si bien es cierto que todo artista precisa desarrollar el aspecto técnico que compete a la disciplina en la cual trabaja, existe, aún en esta época signada por el excesivo materialismo, un elemento inaprehensible (imaginación, talento, musa, inspiración). Federico García Lorca lo denominaba duende. En “Teoría y juego del duende” lo define bellamente como “el duende es un poder y no un obrar, es un luchar y no un pensar… no es cuestión de facultad sino de verdadero estilo vivo; es decir, de sangre…”. Es probable que esto explique, de algún modo, mi irrupción tardía en la pintura. Cuando comencé el proceso de investigación para mi tesis doctoral, en la que pretendía realizar un estudio sobre el uso de la pintura en El siglo de
hacia la pintura. Ese contacto de primera mano con este arte redundó positivamente en la elaboración de mi tesis titulada Luz, sombra y color en ‘El siglo de las luces’, publicada por Isla Negra Editores en 2013. En septiembre de 2005 realicé mi primera exposición individual, Quijoterías, en el Vestíbulo del Teatro de la Universidad de Puerto Rico en Humacao. En el catálogo de dicha exposición el maestro LindRamos, al referirse a mi trabajo apunta que: En las obras de Zeta el aporte estriba precisamente en lo insólito y refrescante de su imaginería que en su representación se aleja de aquellos conceptos y visiones más tradicionales. Es ésta una expresión
las luces, una de las novelas más importantes del escritor cubano Alejo Carpentier; me di cuenta de que mi conocimiento de la pintura dependía de mi gusto por esa manifestación artística y mi visita a algunos museos. Entendí que necesitaba algo más y en el 2004, decidí tomar el curso de Teoría del color que ofrece el maestro Daniel Lind-Ramos en la Universidad de Puerto Rico en Humacao. Ese fue el comienzo de una nueva pasión. La revelación de una manera de ver, sentir y expresar el mundo desde la perspectiva de un arte para el que, hasta ese instante, me había sentido
que al intentar sostenerse por sí misma, por sus reglas internas, no pide permiso ni intenta tomar prestadas las estructuras programáticas de los “ismos”, aunque en alguno que otro caso, alguna de estas imágenes apunte fortuitamente hacia aquellos1. En esa ocasión, se incluyó la pieza que dio inicio a la serie, “Hasta que la muerte nos separe…”. El esbozo de ese cuadro surgió en el Taller de Dibujo que tomé 1 “Zeta, cazadora de imágenes”. Catálogo de la exposición Quijoterías Edición especial Asuntos de Género