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Nos alegra un montón en un número tan dulce como este dar la bienvenida a nuestra revista a BIANCA y MIGUEL, impulsores de este original showroom de ropa vintage situado en el barrio de Mendebaldea (C/Ermitagaña 26) que, además, tiene una fuerte presencia en redes sociales. Este tipo de showrooms son habituales en ciudades más grandes. Aunque acabáis de montarlo, llevabais ya 4 años vendiendo. ¿Cómo surge y se consolida Caramelo Vintage? Aunque al principio empezamos vendiendo nuestra propia ropa por sacarnos un dinero extra, sí que es cierto que la moda vintage siempre nos ha apasionado. En Pamplona este estilo escaseaba o era casi imposible conseguirlo, así que ya sabes ese dicho de “si la montaña no viene a Mahoma…”. Y así fue como poco a poco pasamos de vender lo nuestro a comprar a otros, hasta acabar con un almacén propio y una marca personal, que es Caramelo Vintage. Apostáis por la reutilización. ¿Cómo seleccionáis y conseguís las prendas? Las seleccionamos primero por un gusto personal; nos flipan las chaquetas de chándal de los 80, los jerseys “de abuelo”, las camisas estampadas, los pantalones de tiro alto… y después según demanda o la temporada. La compramos al por mayor, la lavamos, la arreglamos si es necesario… ¡y listo! Pantalones, jerseys, cazadoras, vestidos, camisetas... ¿Qué nos dejamos? ¡Chandals! Y camisetas de fútbol vintage, aunque esas son más difíciles de conseguir… ¿Qué prendas son las que más o piden? Ahora en invierno los polares con estampados coloridos, sin duda. Y a la gente le gusta mucho también la ropa de marca, como Levi’s, Lacoste, Burberry’s…
Uno de vuestros fuertes es la venta por internet. Habladnos un poco de vuestra web y redes sociales... Estamos casi seguros de que sin Instagram no habríamos llegado a donde estamos ahora. Aunque hay mucha competencia, una de las ventajas de este mercado es la exclusividad. No trabajamos con stock, es decir, solo tenemos una prenda de cada, por lo tanto, aunque existan muchas tiendas similares hoy en día, ninguna va a tener lo mismo. Gracias a la página web podemos vender más allá de la comarca y darnos a conocer en otras provincias donde el consumo de ropa vintage está mucho más afianzado, como Barcelona, Valencia o Zaragoza, por ejemplo. Es cierto que tanto la página web como el Instagram exigen muchas horas de trabajo y constancia, pero dan sus frutos y merece la pena invertir tiempo en crear contenido. Otra de las opciones que ofrecéis son las tarjetas regalo... Así es. Se compran a través de la web y, después