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- JULIA JULIANA -
Un relato lésbico-erótico de Julia Juliana
El sol y la cerveza le colorearon las mejillas; se le humedecieron la frente y la espalda. También las ingles. Se soltó la parte de arriba del bikini, y cuando se levantó, varias caras se giraron para verla caminar sobre las piedras hacia la orilla. Con cada paso, la tela, breve, desaparecía entre un par de glúteos que revelaban con su uniformidad de color una inclinación por el destape. Un exuberante melocotón que más que a melocotón le habría sabido a coco a quien le hubiera dado un mordisco. Antes de dar el último paso, el que le mojaría los tobillos, se bajó la braga hasta abajo sin doblar las rodillas, y miró entre el hueco de sus piernas. Le costó dar con su cara. Llevaba toda la mañana mirándola, viéndola untarse crema, pasarse la mano por los muslos, por debajo de los lazos a cada lado del bikini, o secarse el sudor condensado entre las tetas y aprovechar para quitarse algo de arena de un pezón. La encontró con los ojos clavados en ella, sonriendo de lado, consciente de la invitación. Por fin se irguió y fue entrando en el mar, dejando que el agua le hiciera cosquillas cada vez más arriba, y cuando estaba a punto de acariciarle los labios, se zambulló de golpe. Allí dentro permaneció unos segundos, notando en sus carnes los cambios de temperatura que traían las corrientes, hasta
que algo le rozó la espalda, sacudiéndole de un susto. Apenas tuvo tiempo de verle la cara antes de tenerla encima, rozándole su boca salada por toda la cara, repasándole los lóbulos con la lengua, mordiéndole el cuello. Cogieron distancia suficiente para mirarse de cerca, agitadas, como dos tiburonas que no han hecho más que oler la sangre. Entonces, se dijeron sin decirse, con mirada entrecerrada y sonrisa entreabierta, que adelante. Y como salvajes peces luchadores, se lanzaron la una a la otra sin piedad, y ahora ganaba esta y luego aquélla, y la que perdía lo hacía con tanto placer que se le entornaban los ojos solos y cuando volvían se topaban con los de un bañista que les observaba hipnotizado.