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DIMES y diretes... Marzo/Abril 2022
Por Valeria Ruiz, en adelante ELeNa (en referencia a mis hijos Emma, Leonardo y Naomi).
En medio de un ambiente de tanta incertidumbre económica, de seguridad personal y patrimonial, de volatilidad en los precios y costos de producción, ver el vaso medio lleno puede contribuir a obtener resultados favorables. En este espacio que se abre a partir de esta edición en R. GANADERO, el objetivo es alentar, exhortar, motivar el trabajo que se hace sin descanso en el campo mexicano. Con noticias, información de expertos y una visión positiva, nos acercamos a descubrir un horizonte lleno de oportunidades para la explotación individual y por qué no, para el sector agropecuario nacional en su conjunto.
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Ahora el gobierno federal busca alternativas para combatir la inflación, ha anunciado un programa anti-inflacionario con el que busca imponer un precio máximo a las gasolinas, el diésel e impulsar la producción agrícola, pero también, establecer un control de precios, a 24 productos de la canasta básica. Se pretende fijar precios de garantía al maíz, frijol, arroz, leche, aceite, huevo, tortilla, atún, sardina, pan de caja, azúcar morena, bistec de res, jitomate, limón, cebolla, chiles jalapeños, manzana, naranja, zanahoria, pollo entero, chuleta de puerco, jabón de tocador y papel higiénico. A pesar de que la Ley de competencia no permite el control de precios y que la historia ha demostrado que ello genera una distorsión en los mercados, (un precio tope que esté por debajo de los costos de producción hace que las empresas pierdan) los analistas financieros prefieren hablar de contención de precios de manera temporal. Lo cierto es que el gobierno federal se ha puesto a negociar con las tiendas departamentales y los grandes productores de alimentos. Mientras desde la iniciativa privada, la propuesta es que se permita el libre mercado para que las empresas tengan una utilidad y con ésta aportar algo que se le dé como subsidio a la población que realmente lo necesita, es decir, subsidios focalizados para quienes más lo necesitan.
En un escenario de altos precios en los insumos para la producción agropecuaria en donde el maíz ha tenido un incremento de precio de 140% de 2020 a 2022 y los fertilizantes de 160%, los productores sin el apoyo gubernamental, se encuentran ante el reto de reducir sus costos de producción y ser más productivos. Es una oportunidad para crecer, pues a pesar de las adversidades, hay mercado - aunque cambie el consumo, la alimentación es una necesidad -. Una de las notas durante abril fue que las exportaciones agroalimentarias encabezaban la comercialización mexicana con un valor de 33 mil 899 millones de dólares (mdd), siendo los productos ganaderos como bovinos en pie y carne de res los que se mantienen liderando las principales mercancías exportadas con un valor de 253 mdd. Un alza de 59.2% respecto del año pasado. Más en concreto, en el primer trimestre del año, los envíos de carne de res de México a Estados Unidos, crecieron 40% al sumar 80 mil toneladas. Esto significa el 25% de las importaciones totales que hace el vecino país del norte.
Hasta el 26 de marzo Estados Unidos adquirió 315 mil 703 toneladas de carne de res, 32% más respecto a lo registrado en el mismo periodo del año pasado. Con estas cifras México ocupa el segundo lugar, después de Canadá, como el principal proveedor de carne a ese país. Todo ello a pesar de que en la presente administración se han quitado todos los apoyos al productor y en lugar de ello se han destinado 29 mil millones de pesos al Programa Sembrando Vidas, que no ha producido nada. En la producción comercial no hay apoyo al financiamiento, ni para seguros, tecnificación, coberturas de precios, asistencia técnica y aún así, México está dentro de los diez países que producen los más de 600 millones de toneladas de los alimentos que se consumen en el mundo; es séptimo lugar como exportador de azúcar, de frutas y verduras y aunque no en grano y oleaginosas, vale la pena decir que ha sabido darle valor agregado por ejemplo a la soya, al convertirla en pasta. Lo que ha colocado a nuestro país en el sexto exportador de pasta de soya. Los desafíos son grandes, para los productores, el alto precio de los energéticos, la inseguridad, (que es difícil cuantificar cuánto ha afectado a la producción); también somos grandes importadores, el total de las importaciones ascendió a mas de 40 millones de dólares. Se dice que la inflación del productor puede llegar al 20%, por los altos costos de los insumos, mientras que la del consumidor se cuenta en 7.72% y una volatilidad en los precios que no se ve estabilizarse en el corto plazo. Algunos analistas financieros consideran algún respiro hasta 2024. Aunado a ello, seguiremos con un gobierno que no escucha a los expertos, ni tiene la intención de hacerlo o dejarse ayudar, cuando éstos al menos le piden que cuide el acaparamiento, la especulación o al menos los márgenes abusivos que obtienen los intermediarios. Sin embargo, cada productor necesita cuidar su negocio, cambiar el tipo de forraje, buscar subproductos, hacer mediciones, analizar gastos, buscar maneras más eficientes para producir, para innovar.
Durante una reunión en abril, con productores lecheros, el Coordinador General de Ganadería, Arturo Macosay, anunciaba el regreso del Programa Crédito a la Palabra, para volver a empezar, en la región sur - sureste, ahora con una nueva modalidad en la que el productor podría adquirir el ganado de forma directa. Sin embargo, el tema va en una propuesta enviada al ejecutivo y la espera del visto bueno de la Secretaría de Hacienda. Es decir, aún no se puede hablar de un arranque oficial, hasta que no se publique en el Diario Oficial de la Federación. Un programa que en 2019 y 2020, recibió un presupuesto de 4 mil millones de pesos, de los cuales sólo ejerció en ambos periodos, mil millones y que para 2021 ya no apareció contemplado en el Presupuesto de Egresos de la Federación. El programa Crédito a la Palabra, lanzado por el gobierno de la 4T, contemplaba que se les otorgara hasta 10 cabezas de ganado a productores con hasta 35 cabezas bovinas o su equivalente en ganado menor, y después con las crías se pagaría, entregándolas a su vez a futuros beneficiarios. La cancelación de este programa se debió a denuncias de corrupción e irregularidades en las entregas del ganado o en la obtención de animales enfermos e inservibles.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) son tres las razones que afectan los precios de los alimentos: la primera es la volatilidad de los mercados agrícolas, que se transmite con mayor velocidad a los consumidores debido a la integración de los mercados internacionales. La segunda es la inversión doméstica y extranjera en la industria y la tercera es el cambio climático. A ello habría que añadirle otros aspectos externos que afectan los precios de manera temporal como los son actualmente la pandemia por COVID 19 y la guerra de Rusia con Ucrania. Las decisiones que toman los países en cuanto a su oferta agropecuaria, la demanda, así como la especulación en el mercado de los productos, desequilibrios en la cadena de suministro y el aumento en los costos de producción, se podría decir que son los causantes de la inflación y en nada de ello un productor tiene decisión, pero sí en su propia explotación. Ahí están todas las oportunidades.
Cada quien requiere encontrar su fórmula, reducir costos y ser más rentable.
Por cierto, SEGALMEX, que se compone por Liconsa y Diconsa, tiene a un nuevo titular, Leonel Cota (ex gobernador de Baja California). Ignacio Ovalle quien había ocupado el puesto después de René Gavira, vinculado a proceso por las acusaciones de utilizar 100 millones de pesos para “invertir en la bolsa”, según la FGR, dejó el cargo, en medio de denuncias por irregularidades formuladas por la Auditoria Superior de la Federación (ASF). Sin embargo, Ovalle ahora será Coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED), dependencia adscrita a la Secretaría de Gobernación. En la Cuenta Pública de 2020, las posibles irregularidades detectadas por la ASF en SEGALMEX y sus empresas ascendían a 8 mil 600 millones de pesos. Pero al cierre de esta edición se dio a conocer que este monto podría ascender a los 10 mil millones de pesos y el caso se ha turnado a la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO).
Con aproximadamente 192 mil 440 pesos de multa y 12 años de prisión, se castigará el contrabando de ganado, que ha dejado de ser un delito administrativo en el que cada estado imponía sus sanciones. La introducción de animales de forma ilegal por la frontera con Centroamérica, que se calcula fue de más de un millón de cabezas el año pasado, no sólo genera pérdidas para los productores pecuarios, sino que pone en constante peligro la situación zoosanitaria del país.
El aumento de 84.8%, que representan 3 mil 270 millones de pesos, en los recursos para el Programa de Adquisición de Leche Nacional (PALN) del Presupuesto de Egresos para este año, ha redundado en el aumento primero de 9.20 pesos por litro de leche fresca a finales del año pasado - después de tres años en que este precio se había mantenido en 8.20 pesos, - a 10 pesos a partir del 15 de abril de este año. Este incremento beneficia a 3 mil 458 ganaderos lecheros de pequeña y mediana escala de quienes se acopiaron casi 99 millones de litros al mes de marzo. Este año se espera adquirir con el PALN 755 millones de litros. Y aunque esta parece ser una buena noticia, la Federación Mexicana de la Leche (FEMELECHE), encabezada por Vicente Gómez, prevé que la producción de leche caerá más del 3% este año, debido al elevado costo de los insumos: maíz, soya, sorgo, avena y alfalfa, además de los fertilizantes, a pesar de que el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) indica que la producción de leche creció el año pasado 3.3%, los datos de FEMELECHE han estimado una disminución de 65 millones de litros pues al tiempo en que los insumos suben de precio, los ganaderos lecheros venden vacas para carne lo que afecta la capacidad productiva de leche.
Un año más la sequía causa estragos en la producción y la economía de los hatos ganaderos, una manera de afrontarla es una visión que probablemente en las nuevas generaciones de ganaderos sea más fácil de aplicar en sus explotaciones a fin de aprovechar mejor los recursos naturales. Digo más fácil porque en las nuevas generaciones ya se tiene la idea de que para hacer ganadería no es necesaria una pradera sin árboles y el uso de herbicidas. Poco a poco ese 20% que hoy representan las nuevas generaciones de ganaderos (de acuerdo con la CNOG, el 80% de los ganaderos tiene una edad promedio de 60 años), van interesándose en el uso de biodigestores, tratamiento de aguas, paneles solares, regeneración de la tierra; a la aplicación de una economía circular en la que la inversión que se hace en su quehacer ganadero no se pierde por ejemplo, con el uso de lombricompostas o estiércol procesado, una técnica que le da un adecuado tratamiento, para ahorrar en el uso de fertilizantes y herbicidas. Otro ejemplo en agricultura, puede ser la Labranza de Conservación, que ya tiene muchos años de haberse conocido en el medio pero poco se practica aún, la Labranza de conservación le da descanso a la tierra por alrededor de 5 meses, luego se labra mínimamente en época de lluvia, aunque ésta sea mínima de 400 o 500 milímetros, y una vez que sale la maleza se aplica glifosato (un herbicida que para algunos es cancerígeno, para otros no está comprobado) y después se siembra. Esta es una manera de bajar costos de producción, de acuerdo con algunos productores como Rogelio García - Moreno, vicepresidente agrícola del Consejo Nacional Agropecuario. Otro ejemplo, radica en una investigación del medio Animal Político, en el estado de Jalisco, en el municipio El Limón, que dejó ver cómo la ganadería regenerativa ha transformado toda una comunidad, pues en lugar de que los animales transiten libremente en el campo y se coman los retoños de los árboles, se ha aprendido a colocar cercos electrificados para que los hatos vayan rotando. De esta manera el ganado pastorea de manera temporal para permitirle a la vegetación regenerarse. Al dejar crecer más árboles en los terrenos, los ganados se estresan menos por el calor y consumen menos agua. La ganadería regenerativa se realiza en diferentes países Latinoamericanos y en México en mayor o menor escala ya empieza a usarse en lugares como Chiapas, Jalisco, Chihuahua, Nuevo León, Veracruz, Yucatán, Guanajuato. Quienes ya han implementado el modelo, aseguran que este tipo de descanso al suelo y la presión que el ganado ejerce sobre él, redunda en una regeneración mayor del terreno que el de una reforestación inducida. Los ganaderos que dependen del ciclo del agua deben producir forraje en tiempo de lluvias porque si no lo hacen, la alimentación del ganado les sale diez veces más caro que producir carne o leche. Con la ganadería regenerativa se facilita el que se tenga mayor producción de pastos para forraje y además conlleva a aplicar otros tipos de medidas como la captación de agua de lluvia. Las nuevas generaciones van teniendo más claro que el tema de sustentabilidad ya es un tema del negocio agropecuario y el miedo que pueden producir las inversiones en este aspecto van cediendo ante una conciencia de aportar al cuidado del medio ambiente e incidir en el potencial productivo de la tierra y en consecuencia del ganado; de ahorro en costos e incluso de impactar en los mercados, pues igualmente las nuevas generaciones de consumidores se van volviendo cada vez más críticas acerca de cómo se produce lo que consumen.