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Cultura Empresarial en los Productores Ganaderos Marzo/Abril 2022

IAZ-MC HERMILO SUÁREZ DOMÍNGUEZ Investigador del Departamento de Zootecnia - Universidad Autónoma Chapingo hermilosuarez@hotmail.com

Cuarta Parte: Se puede hacer o no se puede hacer

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Ante la pregunta inicial de ¿Cómo le hago? en los números previos a esta columna se responde que se tienen dos opciones: 1) intentarlo con la rutina de cada año para que las cosas sigan igual o 2) probar con procedimientos mejorados que integran el saber conocido y el saber que se pone bajo prueba para intentarlo de manera diferente y aproximarse a resultados distintos.

En la primera opción no se necesita prácticamente nada en añadido a lo actual ni en conocimiento de la situación ni de las alternativas que se tienen al alcance para lograr resultados superiores pues cualquier productor ganadero es experto en lograr ese nivel de producción con las decisiones que “nos funcionan muy bien” aunque no conduzcan a la UPP hacia niveles superiores de producción.

En cambio la segunda opción significa tener que darse cuenta del dominio que ya se tiene sobre las actividades de producción y del conocimiento que aún no se tiene para identificar lo que debe agregarse a los procedimientos actuales y lograr que estos rindan mayores frutos. Es decir que se necesita fortalecer el conocimiento que ya se tiene para la realización de las actividades de producción y de concederle mayor peso en la toma de decisiones, por tanto, de identificar con claridad lo que se hace en el nivel de lo bien hecho.

Por tanto conviene identificar todas las actividades de producción que se realizan en el nivel de lo bien hecho para lograr los resultados óptimos tales como la obtención de un becerro por vaca cada doce meses, de 10-12 litros de leche al día en cada vaca de doble propósito que se ordeña y de ingresos para la facilitar la operación de la UPP sin imponer limitaciones ni cargas sobre la economía familiar. O sea porque se trata actividades que se sabe que funcionan porque aseguran alimentación de calidad para todos los animales, buenas prácticas en materia de reproducción y cuidado eficaz de la salud del ganado, entre muchas otras que se realizan para resolver cada necesidad de la producción ganadera, esto es porque no se posponen ni evitan sino que se llevan a cabo del modo correcto y en el momento preciso.

Asimismo conviene identificar todas las actividades de producción que todavía no se realizan en el nivel de lo bien hecho y que se oponen a la obtención de los resultados óptimos pero que se realizan porque “no tenemos suficientes recursos” sean económicos, técnicos o materiales, porque “estamos aguantando este mal tiempo hasta que pase” o porque “se hace lo que se puede”.

Y en la combinación real entre las actividades que se hacen y las que no se hacen en el nivel de lo bien hecho se definen los resultados actuales de baja productividad y rentabilidad que compromete la economía familiar del productor.

Cómo se aplica

Conforme a lo expuesto en esta columna se entiende que queda mucho todavía por hacer para fortalecer el desarrollo de la producción ganadera. Sí: lo que se necesita consiste en echar mano de tres elementos: 1) Entender claramente la situación de producción que se quiere resolver para responder en qué consiste; 2) Explicar cuál es el desafío planteado por la situación y arriesgarse a aplicar el nuevo procedimiento de solución, y 3) Evaluar el impacto de la solución que se puso bajo prueba para obtener información nueva en la forma de aprendizajes que permitirán intervenir con mayor conocimiento y experiencia sobre la situación que vendrá vez tras vez.

De ese modo cada vez crecerá la cantidad de actividades que se realizarán en el nivel de lo bien hecho, se corregirán errores, se anulará el daño que estos ocasionan y se lograrán resultados de mejora.

Como podrá entenderse la formación empresarial de los productores ganaderos se logra en la escuela que es cada una de las UPP, desde el interior de estas y con el aprovechamiento de los recursos actuales pues los que todavía no se tienen pueden agregarse sobre la base de los aprendizajes que se obtienen, los conocimientos que se agregan en cada intervención y la experiencia que se mantiene siempre en construcción. Sí: esa es la fórmula para la innovación productiva y el desarrollo empresarial de los productores. Y este conjunto de posibilidades es algo que sí puede hacerse porque ya está en manos de los protagonistas de la producción ganadera.

Así que la pregunta final consiste en saber si ellos independientemente de la edad, experiencia y nivel de escolaridad todavía están dispuestos a intentar haceres novedosos y a buscar soluciones mejor elaboradas para tantas situaciones de la producción que se mantienen estancadas o que avanzan muy lentamente.

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