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EDITORIAL Lillian Zapata Directora
TODOS PODEMOS SER AGENTES DE CAMBIO DE LA VOLUNTAD AL HACER
La realidad actual nos ha conducido a replantearlo todo o casi todo desde el hogar, transitando por las empresas y organizaciones de diverso tamaño, hasta las esferas del gobierno en cuyos ámbitos se aplican protocolos para conducirnos adecuadamente frente a la presencia del virus proveniente de Wuhan. Ante este panorama la inestabilidad continúa, la incertidumbre de la gente está presente frente al efecto que causa el diminuto intruso, lo complejo no se aleja y sobran ejemplos de la ambigüedad, más aún si nos referimos a jefes de gobierno en la gestión de la crisis sanitaria. El entorno cambiante VUCA se evidenció en su total dimensión, sin embargo de cara al infortunio han surgido múltiples ejemplos para reinventarse, replantear los negocios, revalorar la familia, reformular el trabajo y los estudios, repensar el rol en la sociedad y de ese modo demostrar que desde cualquier lugar y posición se puede ser agente de cambio. No hay edad, sin duda un niño también puede motivar un cambio; basta que se dé cuenta de algo que llame su atención para emitir una apreciación que lleve razón y genere una transformación si hay voluntad de quien lo escucha. El cambio no es exclusividad de alguien sino de quien vea y comunique que las cosas se pueden hacer de otra manera y esa iniciativa demuestra qué es mejor; no interesa la edad, ni la posición jerárquica ya sea en el ámbito familiar, de estudios o empresarial. Optimizar procesos, lograr mayor cercanía e interés por los colaboradores, cuidar a las personas y la sostenibilidad del negocio, entre otras vivencias que toque afrontar llevarán consigo un propósito. Como decía Niestzche: “Quien tiene un por qué para vivir, encontrará casi siempre un cómo”. La muestra más clara en esta coyuntura de responder a la incertidumbre y ser solidario ante la adversidad la ha dado el personal sanitario en diversas partes del mundo. Seres humanos entregados, convencidos de su vocación, avocados día a día a salvar vidas y a compartir el dolor; experiencia que ha dejado una huella imborrable en ellos y en el resto de la ciudadanía. Han pasado más de cuatro meses desde la declaración oficial de la pandemia por parte de la OMS, y a lo largo de este tiempo el virus ha causado la muerte de más de medio millón de personas a nivel mundial, ha impactado la economía global y ha dejado sin empleo a millones de personas en gran parte del planeta. Este nuevo escenario invita
a detenerse y a pensar para formularnos varias interrogantes, entre ellas: ¿cómo hacer las cosas para estar mejor en lo individual y en lo colectivo? Para Christian Felber, catedrático de la Universidad de Viena, escritor y ponente, la respuesta está en la economía del Bien Común que nace de una visión holística que permite dar una solución integral a la totalidad de los problemas. “La economía del bien común ni suprime los balances financieros ni prohíbe que las empresas privadas persigan beneficios. La diferencia radica en que el beneficio financiero ya no es la finalidad del afán empresarial sino un medio para el propósito verdadero: prestar la aportación más grande posible al bienestar”. En pocas palabras cambiar el enfoque de una economía más al servicio de las personas. El fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, empresario alemán, economista de 82 años, ha advertido en el contexto de la pandemia que el mundo necesita “redefinir un contrato social para integrar más” a la gente, si se quiere evitar “cierto tipo de revoluciones”. De esta manera el sector empresarial es exhortado como agente de cambio para iniciar con responsabilidad un nuevo orden social que requiere ser gestionado por líderes capaces de tener una lectura integral de lo que acontece y hacia dónde hay que reencaminarse con impostergable voluntad para hacerse cargo y marcar un nuevo rumbo en la historia. En esta misma línea de pensamiento, Pablo Ferreiro, próximo a cumplir 50 años en el Perú, fundador del PAD - Escuela de Dirección, pregunta: ¿Qué he hecho yo en esta coyuntura? ¿Qué he hecho yo por los demás? Para Ferreiro la coyuntura ha desnudado la mediocridad. “La mediocridad no se sacude con el tiempo, se sacude con la intervención de los líderes, hombres y mujeres... que inspiren de la mano de las humanidades”. El tema que aborda Ferreiro es portada de la reciente publicación de la revista Imagen y Comunicación, cuyas líneas invitan a reflexionar en un mundo acostumbrado a vivir de prisa, pero es frenado por un virus que nos conduce a reformular las formas de hacer las cosas. Toca mirar qué queda atrás y cómo podemos hacer de la crisis una oportunidad de mejora integral donde cada uno abra nuevas posibilidades para ser mejores personas, mejor sociedad, al asumir que todos podemos ser agentes de cambio.