En algunas ocasiones pareciera que preguntarse sobre el peso que tienen las generaciones es un exceso, un motivo para la burla y los memes. Incluso, sin tener que forzar lo que miramos, podría pensarse que sus nombres parecen más un asunto de modas que una realidad tangible. Sin embargo, nos gusten o no los sustantivos que tratan de definirlas, las rondas generacionales han marcado el curso de la historia. Una buena parte de los liberales mexicanos del siglo xix pertenecieron a la misma camada y exactamente lo mismo puede decirse de los científicos, los integrantes del Ateneo, los novelistas de la Revolución y, por supuesto, de los Contemporáneos, por mencionar sólo algunos de los casos más significativos. Lo verdaderamente importante de esta peculiaridad es que cada uno de esos grupos generacionales marcó una ruptura e impuso una nueva manera de mirar la realidad.