Nudo Gordiano #13

Page 14

Daniel F. Gómez He esperado el silencio durante mucho tiempo. Recorro lentamente el escritorio con mi mano palpitante y sudorosa, en busca del vaso de vino (porque no tengo ni copas), e intento darme un poco de satisfacción en el más pleno de los encierros. Me he creído, desde entonces, como encerrado en un cuento de Edgar Allan Poe. O en un escenario maligno, donde a mi primogénito se lo llevan las hormigas mientras un huracán derrumba el mundo. Frente a la pantalla centelleante, mi mano recorre rápidamente las teclas apenas alumbradas por la misma, para escribir lo que ahora les cuento, mis queridos amigos, y cada vez siento que mi meñique izquierdo se acerca más al vaso de barata cristalería de almacén, para derribarlo al suelo. Tal vez el último vaso con vida. Pienso, pues, en Monterroso, y su dinosaurio. Pienso en los microcuentos. ¿Y si llega alguien a tocar mi puerta ahora? Pensaba escribir un recetario, cuando la cosa se puso marrón oscuro, e intentar sobrevivir con mis escasos conocimientos en zoología. El hígado y las tripas se botan primero. Depende, también se queman. Los gallinazos, hambrientos, no reparan en la vida del ojo que engullen. El guisado de paloma se escuchó, en algún momento, bastante seductor al paladar. Ahora lo único que pienso, es en los gérmenes que me rodean. Y recuerdo la película de Brendan Fraser Blast From the Past, y ruego, a veces, que esto no sea más que un sueño paranoico. Que, en algún momento llegue esa deseada señal de radio donde diga: “Todo está bien, Jaider, sal de tu refugio. Las bombas ya pasaron.” Pero el cine postapocalíptico poco tuvo de real en esta situación. No hubo personas armadas hasta los dientes, ni zombies por doquier, ni grandes profetas. EUA no salvó al mundo. Sólo hubo un montón de niños asustados en los pasos de su propia muerte, mientras veían a los otros asustados, y sólo esperaban que ellos fueran la estadística escasa que salía del paradigma del 96%. Luego fue el 98%, y luego el 99%, y así. “Entonces, la paloma, recién capturada, debe ser desplumada sobre el agua hirviendo, como se hacía con las langostas, mientras intenta escapar. Es el miedo, el miedo, el miedo. El miedo es el nuevo sabor.” Yo me refugié en mi miedo, y eso me dio algo de ventaja. ¿Quién diría que los cobardes serían los sobrevivientes de la historia? Recuerdo cuando murió el primer presidente. Luego fue otro. Primero los más imbéciles. Luego, empezó esta vaina con los menos imbéciles, y luego con las figuras imponentes:La rei14


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.