TESTIMONIOS QUE SANAN
“APRENDIZAJES ESENCIALES”
Un recorrido por la caja de herramientas en mi paso por un moderado COVID-19 Escribo este artículo con profundo respeto por las personas que necesitan de cuidados hospitalarios y un hondo pesar por aquellos que, necesitándolos, no los tienen disponibles en su ciudad.
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uve Covid-19. Hoy es el día 15. Oficialmente estoy “curada” y puedo volver a mi vida normal. Recapacito y experimento un enorme agradecimiento por haberme entrenado en cosas que resultaron esenciales, pese a que muchas veces en el pasado escuché: “¿por qué le dedicas tiempo a la meditación y al yoga?” Soy una convencida de que las cosas llegan para reafirmar conocimientos o enseñarnos algo. Sin embargo, en el momento de recibir un diagnóstico complicado (y no es el primero) piensas que NADA está bien. ¿Por qué a mí? ¿Cómo? No entiendo. RESILIENCIA, esa capacidad de sobreponerse adaptativamente ante la adversidad. No era momento de quejarse ni de cuestionar la situación. Había que aislarse, tener oxímetro, termómetro, mucho líquido y una cantidad insospechada de Paracetamol porque si algo tuve fue el más intenso y prolongado dolor de cabeza de mi vida. TOLERANCIA contigo mismo para entender tu situación y tratarte con cariño porque estás enfermo, necesitas descanso, sientes dolor y no paras de toser. Tolerancia con los otros porque cada quien expresa su miedo, angustia o preocupación por ti de distintas maneras. Hubo muchas (más de las esperadas) frases como: “¿no me habrás contagiado?” o “felizmente ni me he cruzado contigo para que no me contagies”. Tampoco faltó el que te llama a aterrarte con el pésimo pronóstico que tienes, las infinitas posibilidades de que te mueras y las muchas recetas -no verificadas- que TIENES que usar. Es importante recordarles que es mejor solo referirse a noticias de medios especializados. La denominada “infodemia” (neologismo para referirse a una epidemia informativa) sólo nos
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REVISTA SENTIDOS
causa más daño. Afortunadamente tengo a un cartesiano al lado que me lo recordaba constantemente. MEDITACIÓN para hacerle frente a la soledad; esa visita inevitable cuando estamos enfermos o cuando algo no anda bien. Una visita que nos interpela, nos enfrenta a nosotros mismos, a nuestra intimidad. Muchas veces la buscamos y la disfrutamos. Sin embargo, cuando llega sin avisar, asusta ¿no? El saber estar contigo mismo es algo que se entrena y que se disfruta muchísimo. Hubo días en que no podía decir ni una palabra, puse a prueba que puedo estar en silencio sin necesidad de planear especialmente un retiro para ese fin. Para meditar no necesitas más que concentrarte en algo de tus sentidos. Esos días debía evitar concentrarme en la respiración porque me producía más tos. En cambio uno puede enfocarse en sentir los sonidos del ambiente, la textura de la ropa, entre otros. Cada vez que uno se distrae (porque eso es lo que sabe hacer la mente) puede volver las veces que haga falta con amabilidad a la atención de los sentidos.