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El tiempo es breve

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el pasado 1ro de Enero, cumplieron cuatro años de estar en vigencia. Y la ONU, principalmente desde ONU-HABITAT y UNOPS, ha sabido convertirlos en el plan maestro de muchas disciplinas que buscan mejorar nuestra calidad de vida. Las diferentes metas se han convertido en su conjunto en el faro hacia el que deseamos llevar al mundo en 2030.

Nos hemos encontrado con Congresos de medicina tratando sobre sobre las mejoras en la salud pública, en particular que nadie quede afuera de los calendarios de vacunación. Hubo Jornadas sobre pedagogía donde se buscó la forma de avanzar sobre la alfabetización para toda la población. Se realizaron Conferencias dedicadas a profesionales del Derecho, tratando las metas sobre Paz, Justicia e Instituciones sólidas. Y los arquitectos, ingenieros y planificadores urbanos que tienen un compromiso con el clima, principalmente se ocupan de la meta que trata sobre Ciudades y comunidades sostenibles.

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Esta primera etapa de aproximación a los problemas fue sana y positiva. Sirvió para poner realmente en agenda temas importantes y necesarios. Pero a medida que nos vamos adentrando en las metas, llega el momento de asumir que cada uno de nosotros no puede encarar los

objetivos sin ayuda de los demás. El tiempo es corto, es breve, y buscamos salvar al mundo en diez años.

Es por eso que debemos llevar a los ODS a su siguiente nivel. Pero no se trata de un trabajo interdisciplinario, donde estemos todos juntos capacitándonos unos a otros. Cada uno debe seguir desde su lugar, haciendo lo que sabe hacer, pero compartiendo con otros los mismos objetivos. Es una etapa Multidisciplinaria.

Por ejemplo, podríamos aprovechar las obras en construcción como puente de alfabetización, ayudando a que cada persona que trabaja en una obra pueda terminar sus estudios. De esta manera las empresas estarían, no solo aportando a la meta de ciudades sostenibles, sino también a la meta de educación. Se podrían aprovechar las mismas salas de capacitación de las oficinas, para que -convenio mediante- los docentes puedan encontrarse allí con los empleados, fuera de su horario laboral.

En los hospitales, se podrían dar cursos al personal sobre reciclaje. Que todos -desde el director hasta el último empleado- se capaciten en Producción y consumo responsable. Los trabajadores de la salud aportarían a otras metas, además de la propia. y todo podría volverse un círculo virtuoso.

Este es el caso de muchas industrias, en varios puntos de Argentina, que cuentan con comedor para sus empleados, y que son conscientes del objetivo de reducir el hambre, además de buscar reducir el impacto ambiental en sus procesos, a través de la ONG “Plato Lleno” donan diariamente la comida que no se sirvieron los empleados, a los comedores sociales de sus alrededores.

El desafío para el próximo año, es que cada uno de nosotros, y las organizaciones a las que pertenecemos, reconozca por cuál de los objetivos puede hacer más desde su profesión, desde su trabajo y sus conocimientos. Pero también asuma el compromiso de colaborar con otras metas en las que también puede ser de importante ayuda.

En definitiva, todos necesitamos de todos y cada uno cuenta. Así lo explicaba la Santa Madre Teresa: “A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.”

Los Objetivos de Desarrollo Sustentable, en la agenda mundial.

Material complementario

Nueva Agenda Urbana. Habtitat III, ONU. A/RES/71/256

Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una oportunidad para América Latina y el Caribe. CEPAL, Naciones Unidas. Chile, 2016.

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