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No tenemos un planeta B

El 21 de Octubre de 1993, el mundo ya había gastado los recursos naturales disponibles para todo ese año y que tardan un año en regenerarse. Todo lo que siguió, el resto de ese año, fue en deterioro del planeta. Si ya se habían usado todos los árboles cultivados por la forestoindustria y seguía haciendo falta madera, esos meses se completó el faltante talando bosque nativo.

Lamentablemente, la falta de conciencia sobre este problema hizo que con el pasar del tiempo la situación fuera empeorando. En 2003, para el 22 de septiembre ya se habían consumido los recursos naturales disponibles. Alcanzando en este año el récord, ya que en 2019 fue: el 29 de julio. A esta fecha, los entendidos la conocen como el Día de la Sobrecapacidad. Surgió en 1986, a partir una investigación que realizó una ONG dedicada a analizar la huella de carbono denominada GFN, del inglés Global Footprint Network.

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Actualmente, la huella ecológica de muchos países es mayor de lo que el planeta puede soportar. Según la organización suiza Fondo Mundial para la Naturaleza, si todo el mundo se comportara como Francia, necesitaríamos los recursos de tres planetas para llegar a fin de año. El dato es más escandalizante cuando vemos el avance de

Estados Unidos. Si todos nos comportamos como el país del norte, necesitaríamos cinco planetas.

Siguiendo con el ejemplo, un año pudimos completar el faltante de madera talando bosques nativos, otro año lo mismo y otro. Pero esto va generando cambios climáticos, degradando la calidad de nuestro aire, acelerando la desaparición de especies animales y va produciendo graves alteraciones en el ecosistema. Y así estamos, esto no es noticia.

Pero, los recursos naturales que tapan el déficit cada año son limitados y en no muchos años ya no habrá con que cubrir ese faltante. Según el estudio de la universidad inglesa Anglia Ruskin, la sociedad -con su estilo de vida actual- no sobrevivirá más allá del 2050.

Pero estamos a tiempo y todavía tenemos una opción.

Es aquí cuando unos países deben ponerse a trabajar en contrarrestar lo que hacen otros. Las Naciones Unidas propusieron una agenda de acciones para todos los estados miembro hacia 2030. Los Objetivos para un desarrollo sostenible buscan disminuir la huella de carbono y que podamos darle a las generaciones un planeta con futuro.

Este objetivo se logra cambiando nuestros hábitos de consumo. Un dato concreto: Por cada 60 kilos de papel que dejemos de usar, estamos salvando un árbol de un bosque nativo -tal vez de Misiones- que ya no va a ser necesario talar después del Día de la sobrecapacidad.

Para los arquitectos, urbanistas y entidades gubernamentales o educativas interesadas en colaborar en frenar el cambio climático, la agencia dedicada al Hábitat de la ONU creó en 2019 el programa P4CA, que significa “Planificadores por la acción climática”. Esta iniciativa participa a todos los profesionales de una red colaborativa para trabajar en conjunto en promocionar y apoyar acciones que busquen mitigar el cambio climático. En un contexto de urgencia, este grupo busca implementar y canalizar soluciones responsables para las ciudades frente a este nuevo desafío ambiental.

Todos podemos empezar a colaborar en que los recursos naturales de cada año nos alcancen cada vez un poco más. Si vamos retrasando el Día de la sobrecapacidad por cinco días cada año, podríamos llegar a un mundo sustentable en 2050.

Debemos tomar conciencia de lo que está pasando. “La conciencia es el mayor agente de cambio” y esta es nuestra única opción, porque no tenemos un planeta B.

Material complementario

Transformar nuestro mundo. Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, ONU. A/RES/70/1

Planners for climate action, ONU-Habitat. Kenia, 2017.

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