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Los peatones son la nueva prioridad

Cualquiera de nosotros puede percibir que la tendencia actual en las ciudades es devolverle protagonismo a las personas que caminan por la calle. La idea es clara, volver a poner el bienestar de los peatones entre las prioridades del espacio público.

Consideremos -por ejemplo- el espacio público que va desde el frente de un edificio o un local, hasta el frente del que está al otro lado de la calle. En ese ancho, habitualmente hay dos veredas que ocupan el 15% cada una y la calle para que pasen o estacionen los autos que ocupa el 70% del total. El protagonista de ese espacio público evidentemente es aquel que tenga cuatro ruedas. Sobre este problema, hay ciudades que han avanzado mucho, invirtiendo la ecuación con la que están diseñadas nuestras calles y se le dedica 30% del ancho a los autos y con veredas generosas, amplias, plantas y árboles, ocupan el 35% de cada lado, devolviéndole a los peatones el 70% del total.

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Cuando una escuela tiene que poner una baranda sobre el cordón para que los padres y los alumnos no caminen por la calle, entre los autos y las motos, a la salida, nos damos cuenta que esa vereda les quedo

chica. Lo mismo podemos ver antes o después de una función en el teatro, gente reunida sobre la calle, entre los autos tocando bocina, con una vereda por la que no se puede pasar. Y no estamos hablando de casos excepcionales, en un teatro o en una escuela esto algo que pasa todo el tiempo y el caos es habitual.

Ahí es cuando empezamos a pensar porqué esa vereda no es más ancha, y la respuesta es que la vereda no es más ancha para que ocho simples conductores puedan dejar estacionado allí su auto particular. Es el beneficio de ocho perjudicando a cientos, todos los días.

El SEM, la aplicación de celular para que sea más fácil estacionar en el centro de Posadas, no es un avance, es seguir teniendo al auto como protagonista del espacio público por sobre la gente.

No tenemos que olvidarnos nunca de que una ciudad es su espacio público. Pensemos en algún viaje o vacaciones que hayamos hecho. ¿Dónde nos sacábamos fotos? Los turistas no se llevan de recuerdo una foto adentro de la municipalidad, o una foto del despacho del intendente, se llevan recuerdos de las esquinas, de las plazas, de los monumentos y de las ferias, en definitiva, de sus calles.

Querer recuperar el protagonismo de los que van de a pie no alcanza y es por esto que, en un momento donde además todos estamos preocupados por mitigar las causas del cambio climático, muchas ciudades han decidido redoblar la apuesta. Así aparece el movimiento llamado Car Free, lo que significa expulsar del centro de la ciudad a todos los autos, las motos y su polución de una manera inteligente. Compensándolo con un trasporte público barato, rápido, frecuente, cómodo y tentador. Con una matriz de ciclovías que permita animarnos tener una vida más saludable y a manejarnos en bicicleta. Con veredas equipadas para sentarnos a conversar o tomar un refresco. Y agregando carteles adecuados para saber dónde estamos parados.

Posadas también puede ser una ciudad mejor. Imaginemos un centro exclusivamente peatonal en el sector delimitado entre Sarmiento y

Córdoba, y desde Buenos Aires hasta San Lorenzo. Donde se terminen los autos con balizas en doble fila y solo pueda entrar un taxi hasta un hotel, o camión de caudales a la velocidad de una persona caminando. Pensemos en La Rioja como un paseo comercial en la que podemos ir desde las paradas de colectivo en Buenos Aires hasta las que están en Junín y la plaza San Martín, que sea un corredor escolar seguro para todos los chicos que vienen a clases en el centro.

Así como en la década anterior, Misiones fue pionera en toda la Argentina implementando un Sistema de Transporte Integrado, hoy su capital entra en una nueva década con todas las oportunidades en la palma de su mano.

Los invito a los lectores de Oberá, de Iguazú o de cualquier ciudad misionera a que piensen cómo podría ser el área libre de autos y motos ahí donde viven, y qué le hace falta a cada ciudad para convencernos de no usarlos más para ir a trabajar.

El futuro puede y debe ser mejor, depende de nosotros.

Material complementario

The Car-free Livability Programme, Oslo commune. Noruega, 2019.

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