Revista Marejada Vol. 18 #1 2020

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REVISTA AMBIENTAL

Vol. 18, Núm. 1 2020


Carta del director Este ejemplar de Marejada va dirigido a promover la salud y seguridad de los pescadores de Puerto Rico que utilizan el arte del buceo como método de pesca para llevar el sustento a sus hogares. Sabemos que muchos de los pescadores buzos han sufrido accidentes de buceo y algunos, incluso, han perdido la vida. Este número de Marejada es uno de los múltiples esfuerzos que se encuentra realizando el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (PSGUPR) en vías de reducir la cantidad de accidentes de buceo. El buceo, tanto a nivel científico como recreativo y comercial, es una práctica que se ha popularizado mucho, particularmente a partir del siglo XX hasta el día de hoy. Es por ello que hemos utilizado este espacio para familiarizar a los pescadores con la evolución del buceo. En este tema, el señor Miguel “Pili” Pagán Mir (q.e.p.d.) nos guía a través de momentos clave en la historia del buceo. Pili Pagán junto a Jaime Braulio (q.e.p.d.) fueron pioneros del buceo en Puerto Rico, dedicando gran parte de su tiempo a promover la educación y seguridad en el buceo, y a explorar naufragios en las costas de Puerto Rico. Un entendimiento de la historia del buceo sirve de base para continuar la conversación sobre el tema. Ya en el segundo artículo, presentamos algunos datos sobre el compromiso del PSGUPR con la seguridad en el buceo, la preocupación por la alta incidencia de accidentes y los proyectos educativos del PSGUPR en este tema tan importante. Más que educar después de un accidente o tratar de resolver las secuelas de estos, nuestro norte es la prevención. Por tal razón hemos incluido el afiche Prevención es la clave para un buceo seguro, ilustrado por Cynthia Gotay y Fabiola Nieves. Asimismo, en la sección de Tu educador responde, entrevistamos al señor Milton Carlo, Director de Actividades Acuáticas del Departamento de Ciencias Marinas (DCM) de la UPRMayagüez (UPRM). El profesor Carlo cuenta con cerca de 40 años de experiencia en la enseñanza del buceo, nos narra sus comienzos en el buceo, ofrece consejos de seguridad para los buzos y por su experiencia como pescador subacuático, nos orienta sobre como planificar las buceadas para evitar tener que visitar la cámara hiperbárica. 2

Además del tema del buceo, siempre buscamos resaltar proyectos científicos dirigidos a la conservación y uso sustentable de nuestros recursos marinos y costeros. En este número, Mariana León, candidata doctoral de la Universidad de Texas A&M, nos orienta sobre los procesos naturales y servicios ecosistémicos de las praderas de yerbas marinas de la Isla Caja de Muertos. Mariana nos hace un recuento de la investigación que desarrolló para su tesis de maestría en el DCM-UPRM, donde pudo evaluar los cambios en la distribución de las yerbas marinas en Caja de Muertos comparando fotos aéreas georreferenciadas. También nos habla del desafío que enfrentan los manejadores de estos habitáculos, para su conservación. El apoyo a los estudiantes, ha sido vital en el quehacer del PSGUPR. Hace más de 15 años, desarrollamos un programa de oportunidades para estudiantes talentosos en diferentes departamentos de la universidad. En esta edición reconocemos el excelente trabajo de una de las beneficiarias de este programa: la ilustradora Fabiola Nieves Guerrero, estudiante de Artes Plásticas y Teoría del Arte en el Departamento de Humanidades de la UPRM, quien ha demostrado un talento especial para complementar los trabajos educativos y de investigación científica con ilustraciones que nos ayudan a complementar los textos y facilitar los esfuerzos educativos. Por último, pero no menos importante, queremos agradecer y reconocer a nuestros colaboradores, los doctores Pedro Arroyo y Juan Nazario, manejadores de la Cámara Hiperbárica del Centro Médico de Río Piedras, quienes han dedicado gran parte de su carrera al cuidado de los pescadores buzos accidentados y son eje principal de nuestros esfuerzos por promover el buceo seguro. Esperamos que esta edición de Marejada contribuya a crear mayor conciencia sobre la seguridad en el buceo y que, junto con otros esfuerzos, nos permita aportar a mejorar la calidad de vida de los trabajadores del mar y sus familias.

Ruperto Chaparro Serrano, MA


Foto: Pichón Duarte

Prevención es la clave para un buceo seguro.

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Visión Mucha gente piensa que el espacio sideral, el universo, es nuestra frontera final de la exploración y del conocimiento. Sin embargo, los océanos todavía son una región desconocida y nuestros mares, los que nos quedan a unos pasos de nuestras casas, aguardan por nuestros esfuerzos en investigación, para conocerlos a profundidad, mantener su valor ecológico y salvaguardarlos para que las generaciones futuras puedan beneficiarse de las oportunidades económicas y recreativas que estos ofrecen. Tal vez, lo irónico es que muchos conocen sobre el planeta Tierra o sobre nuestro sistema solar, pero conocen muy poco sobre los ecosistemas marinos y costeros y su extraordinaria biodiversidad, su fuerza y su energía física, así como su papel en la climatología. Como ciudadanos, debemos entender bien esa inmensa parte de esta biosfera que está formada por las aguas de los océanos. Marejada surge como un medio de comunicación enfocado en educar a los hispanoparlantes acerca de la importancia de proteger nuestros mares y océanos de los complejos procesos climáticos y antropogénicos que los amenazan.

Marejada es una revista ambiental comprometida con la conservación y el desarrollo sustentable de nuestros recursos y atracciones marinas y costeras. Nuestro interés es educar al público general y llevarle información científica de una manera sencilla y fácil de entender. Para nosotros, uno de los puntos clave, en el marco de las investigaciones científicas aplicadas, es poder desarrollar proyectos dirigidos a solucionar problemas actuales que afectan los recursos marinos y costeros que nos rodean, al tiempo que facilitamos los resultados de estas investigaciones a los manejadores y los usuarios de estos recursos. Estos resultados deben ser publicados y puestos al alcance de la mayor cantidad de personas. Esta revista ambiental constituye ese espacio accesible para que los investigadores, los científicos, los usuarios de los recursos, los educadores, los manejadores y los especialistas publiquen artículos cónsonos a nuestra visión, al tiempo que el lector disfruta en este proceso del saber. Marejada: una manera de acercarte más a la costa.

Marejada es publicada por la División de Comunicaciones y Publicaciones del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, bajo la subvención Núm. NA180AR4170089 del Departamento de Comercio de Estados Unidos y la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA). ISSN 1947-1424 Para este número Mariana González González: Editora Cristina D. Olán Martínez: Editora y Redactora Cynthia Lee Gotay Colón: Diseñadora editorial e Ilustradora científica Fabiola Nieves Guerrero: Ilustradora científica Efra Figueroa: Fotografía Raúl Omar Ortiz Arroyo (“Pichón Duarte”): Impresión y Fotografía División de Comunicaciones y Publicaciones Ruperto Chaparro Serrano: Director del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez Delmis del C. Alicea Segarra: Especialista en currículo y evaluación Mariana González González: Editora Cristina D. Olán Martínez: Editora Esther M. Vélez Bonilla: Redactora de información Cynthia Lee Gotay Colón: Ilustradora científica Deifchiramary Tirado Choque: Ilustradora científica Fabiola Nieves Guerrero: Ilustradora científica Oliver Bencosme Palmer: Artista gráfico/Diseñador editorial Raúl Omar Ortiz Arroyo (“Pichón Duarte”): Jefe de imprenta Wilmarie Cruz Franceschi: Traductora Las opiniones y los puntos de vista expresados en esta revista no necesariamente reflejan los de la Universidad de Puerto Rico o los del Programa Sea Grant. La mención de marcas de productos no debe ser interpretada como un endoso a las mismas. 4


REVISTA AMBIENTAL

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La evolución del buceo

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Comprometido Sea Grant con la seguridad en el buceo

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Tu educador responde

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Hierbas marinas: El verdadero tesoro de Isla Caja de Muertos

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Conoce a nuestro equipo de trabajo

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Foto: Pichón Duarte

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Sobre Miguel "Pili" Pagán Mir Por Cristina D. Olán Martínez Miguel “Pili” Pagán Mir, junto a Jaime Braulio (q.e.p.d.), Aníbal Torres y Piti Leclerc, fue uno de los primeros buzos entrenados en la costa oeste de Puerto Rico. Dedicó gran parte de su tiempo a la educación en el buceo y a las inmersiones enfocadas en la búsqueda de naufragios y artefactos antiguos, actividad que realizó siempre de la mano de Jaime Braulio. Pili y Jaime se conocieron a través del softball. Pili, gran deportista y lanzador, hizo amistad con Jaime Braulio, una relación que transformó la historia del buceo en el área oeste de Puerto Rico. Juntos fueron los gestores de Skin Diving School of Puerto Rico. Esta escuela, que estaba ubicada en Mayagüez, estableció puentes de colaboración con instituciones académicas tales como la UPR-Mayagüez (particularmente, el Departamento de Ciencias Marinas) y la Universidad Interamericana. A través de ella, se certificaron un gran número de estudiantes en el buceo. También lo hicieron muchos otros buzos, en su mayoría residentes del sur y el oeste de Puerto Rico. La educación y la seguridad en el buceo fueron siempre el norte de esta institución, algo que tanto Pili como Jaime tuvieron muy presente. De la mano con la escuela, Jaime Braulio abrió The Dive Shop, tienda de buceo que aún se mantiene operando, administrada actualmente por su hijo, Jaime "Papo" Braulio. Teoría y práctica es una frase que resulta muy apropiada para describir la relación entre Pili y Jaime. Jaime dominaba la práctica, el quehacer del buceo y la navegación. Pili, por

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su parte, se destacó como un ávido lector y escritor puntual y preciso. Se hablaba siempre de su mente fotográfica, y los documentos que se conservan, evidencian su cuidadosa caligrafía. En sus búsquedas de naufragios y tesoros, Pili documentaba los hallazgos y trazaba los mapas, marcando con exactitud los lugares en el fondo marino y los puntos en tierra, tan importantes en una era en la que no se contaba con el GPS. Pili y Jaime eran una combinación ganadora. El Santa María de Jesús fue uno de los naufragios más investigados por Pili y por Jaime. El mismo es un buque que se hundió en el siglo 16 en aguas del Atlántico. Además, Pili y Jaime realizaron múltiples viajes a la Isla de Mona, los cuales sirvieron de base para una amplia documentación que Pili realizó sobre esta Isla. Ejemplo de ello son sus colaboraciones con el Instituto de Cultura Puertorriqueña y el trabajo Naufragios en Aguas de la Isla de Mona, publicado por el Programa Sea Grant de la UPR en 1983. El artículo a continuación es producto también del estudio meticuloso de Pagán Mir. Por años, se mantuvo como un manuscrito pendiente de publicación. Agradecemos al amigo Edwin Vélez que nos hiciera llegar este trabajo que presenta valiosa información sobre el buceo. El mismo, además, retrata el rigor en el estudio que caracterizaba a Pili. De igual modo, agradecemos la colaboración del Maestro Jaime "Papo" Braulio, del doctor Máximo Cerame Vivas y del señor Edwin Vélez al brindarnos datos, documentos y anécdotas que nos permitieran conocer un poco de Pili Pagán a través del crisol de su mirada y sus experiencias.


La evolución del buceo Por Miguel Pagán Mir (q.e.p.d.) Universidad de Puerto Rico Recinto Universitario de Mayagüez El buceo o arte de sumergirse bajo el agua sosteniendo la respiración comenzó hace muchos años como medio de sustento. No puede así extrañar que 3,200 a. C. se utilizaron en la Tebas egipcia grandes cantidades de conchas de madre perla por los artesanos talladores, conchas que solo los buceadores podían obtener en tales cantidades. En una relación del año 2,250 a. C. se habla de perlas como tributo a un emperador chino. Mientras en Fenicia y en algunas ciudades griegas el buceo constituía una productiva industria. Si nos sumergimos en el mar, el agua salada irrita los ojos. En muchas costas, las rompientes y las materias en suspensión enturbian el agua e impiden ver el fondo. En muchas islas del océano Pacífico y del mar Caribe, debido a las transparencias de las aguas, estas invitan al buceo. Los buceadores primitivos necesitaban aguas claras y una superficie tranquila, pues con los ojos al descubierto la visión en el agua es mala. Sólo con máscaras de buceo se consigue una visión relativamente buena. Los buceadores de la antigua Grecia usaban probablemente gafas de buceo talladas en madera, con cristales acoplados. Los pescadores de perlas medievales adoptaban la misma precaución en el Golfo Pérsico, según relataba en el 1331 el viajero marroquí Ibn Batuta: “antes de sumergirse se ponían una especie de careta hecha de concha de tortuga, tapándose también la nariz con una pinza de la misma materia”. Estas caretas estaban evidentemente construidas con concha de tortuga marina, que puede pulirse hasta dejarla casi tan transparente como el cristal.

Tarjeta de Navidad de Skin Diving School of Puerto Rico conservada por Jaime "Papo" Braulio. En la foto: Miguel "Pili" Pagán, Aníbal "Agüita" Torres, "Piti" Leclerc y Jaime Braulio.

Los pioneros del buceo de los años veinte y treinta de nuestro siglo realizaron intentos con gafas de goma y cristal; pero con este método las imágenes se deformaban. No sospechaban que los inventores franceses Rouquayrol y Denayrouze ya habían resuelto el problema en 1865, al utilizar una sola placa de cristal montada en un marco de goma y metal en lugar de dos cristales. Hasta 1936 no se produjeron industrialmente en Francia las primeras máscaras de buceo.

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Fotos provista por: Papo Braulio

Artefactos recuperados durante exploraciones de naufragios.

Hay viejos relatos de hazañas asombrosas llevadas a cabo por buceadores que sólo contaban con una máscara de buceo o que incluso carecían de cualquier medio auxiliar. La veracidad de otros relatos, por el contrario, están garantizados, aunque hace unos años aún pudieran parecer increíbles. Leemos sobre tiempos de inmersión que alcanzan cuatro minutos o más de duración, y profundidades que llegan a los 60 metros. El buceador de esponjas griego Scotti Georghio logró así, en 1913, atar un cable del ancla que un acorazado italiano había perdido a 60 metros de profundidad. Un buceador a pulmón libre poco ejercitado sólo aguanta uno o como máximo, dos minutos sin respirar; pasado ese lapso, su necesidad de aire le atormenta de tal modo que apenas es capaz de resistir su imperioso deseo de ascender. Se puede aprender, sin embargo, a pasar más tiempo sin aire. Si durante unos minutos se respira muy profundamente —técnica que los especialistas denominan “hiperventilación”— esta sobre-respiración reduce el nivel normal de dióxido de carbono que siempre se encuentra en la sangre. Si el buceador retiene entonces la respiración, pasará un rato antes de que el nivel de dióxido de carbono en la sangre vuelva a ser normal. Esto ocasionará que se comience a sentir la necesidad de respirar. El tiempo que transcurre hasta que se restablece el grado normal de CO2, es lo que gana el buceador hiperventilando. Esto, sin embargo, entraña un peligro, el dióxido de carbono cumple con una función en el organismo: cooperar a la regulación de irrigación sanguínea del cerebro. Si el contenido de CO2 disminuye, la irrigación del cerebro se reduce considerablemente, lo que acelera la pérdida de conocimiento en el buceador. No cabe duda, por consiguiente, de que las enormes marcas logradas por los buceadores de antaño no hubieran sido posibles sin recurrir a la hiperventilación. La “técnica respiratoria” fue tal vez un secreto celosamente guardado por ellos, tal como ocurre aún entre los buceadores deportivos. 8

Aparte del peligro de ahogarse como consecuencia de la sobre-respiración, también es muy probable que la larga retención de la respiración perjudique la salud. Las mujeres que se sumergen de 60 a 90 veces al día en los criaderos de perlas japoneses, sabemos que engordan considerablemente antes de la temporada, y pierden rápidamente de cinco a diez kilos en cuanto comienzan a bucear. Es opinión muy conocida en Japón que la mujer resulta más apropiada que el hombre para realizar este trabajo. Además, consideran que el buceo produce impotencia en el hombre. De todas maneras, están aún sin investigar algunos de los efectos del buceo en el organismo humano. La Marina británica ha comprobado con sorpresa que las mujeres de sus hombresrana dan a luz más hembras que varones, y han encargado a un grupo de científicos que investiguen si se trata de una casualidad. Mucho más peligroso son las presiones a que el cuerpo humano —adaptado a las condiciones imperantes de la superficie terrestre— se ve sometido durante el buceo. La atmósfera terrestre ejerce a nivel del mar una presión de una atmósfera (14.7 libras por pulgada cuadrada). Sin embargo, no sentimos este peso porque las células de nuestros tejidos, al estar rellenas de líquido, apenas se comprimen, mientras que las considerables cavidades de nuestro cuerpo están ocupadas por gases —principalmente de aire— a la misma presión que reina en el exterior. Las presiones que actúan dentro y fuera de estas cavidades son iguales, por lo tanto se anulan entre sí. El peso específico del agua es casi 800 veces mayor que el del aire. Mientras que la presión en una nave espacial, desde que penetra en la atmósfera hasta que se posa al nivel del mar, va subiendo hasta llegar a una atmósfera, un buceador sólo tiene que descender a 33 pies de profundidad porque almacenan agua en las cavidades de sus cuerpos. El hombre tampoco se ve forzosamente afectado o aplastado al bucear, pues sus tejidos y huesos no resultan muy afectados por la presión, aunque los pulmones —que en un adulto contienen unas 10 pintas de aire— han de adaptarse a ésta.


La profundidad que puede alcanzar un buceador experimentado depende por lo tanto de la elasticidad de su caja torácica, que varía considerablemente de una persona a otra. La máxima profundidad permitida al buceador libre, es decir, al que bucea sin ningún aparato respiratorio, puede fijarse en 30 metros. No obstante, algunos buceadores muy entrenados han conseguido superar ampliamente esta marca. Todo intento de mejorar una marca de profundidad es siempre una arriesgada empresa que pone la vida en peligro. Lo que mueve a los hombres no es otra cosa que la codicia. Incluso los naufragios se han convertido en un nuevo medio de enriquecimiento y con frecuencia hay que recuperar el cuerpo de algún buceador accidentado junto al botín que intentaba rescatar. Al buceador de la antigüedad le movía indudablemente la necesidad. Ante la misma situación que afronta hoy la humanidad en pleno: Los productos de la agricultura no eran suficientes. El fondo del mar, entonces como ahora, ofrecía una solución. Los moluscos significaban un valioso alimento. Las perlas, el coral y las esponjas eran artículos codiciados por otros pueblos que tenían productos alimenticios que vender. Además, el progreso de la técnica exigía cada vez con mayor intensidad el empleo de buceadores en obras realizadas bajo el agua, sobre todo en la construcción de puertos.

Los buceadores autónomos de la actualidad aventajan a sus predecesores; gracias a un invento del oficial de Marina francés Louis de Corlieu. Allá por los años veinte, los bañistas de la Riviera francesa contemplan asombrados a un hombre que provisto de unas gigantescas aletas de goma en los pies, atravesaba la playa como un pato y desaparecía a gran velocidad en el mar. Corlieu continuó experimentando y en el 1935 fueron presentadas sus aletas. La novedad encontró rápida acogida entre los buceadores deportivos, a los que se les dio el nombre popular de “hombre-rana”. Pronto se puso de moda el vagar por aguas de la Riviera francesa con máscara de buceo, aletas y respirador, intentando arponear peces en aguas poco profundas. Pese a todo, el buceador autónomo sin equipo respiratorio continuó siendo un intruso en el “mundo del silencio”. El método más sencillo de proveer aire al buceador fue a través de la campana de buceo (véase figura abajo). El funcionamiento de ésta puede observarse al introducir en el agua un cubo invertido. En una campana de éstas, un hombre podía permanecer bajo el agua unos treinta minutos. Dentro de la campana, con el agua hasta la cintura; pero con la cabeza en la cámara de aire, podían trabajar hasta que el aire comenzara a viciarse. Estas carecían de aprovisionamiento de aire fresco.

El tráfico marítimo experimentó un poderoso impulso; pero como los conocimientos náuticos apenas progresaron, las tormentas, los escollos y los arrecifes exigían un gigantesco tributo a la navegación. Los piratas y las flotas de guerra echaban a pique innumerables barcos. Así surgió un nuevo campo de trabajo para los buceadores expertos. El buceo era en la antigüedad un oficio propio de las clases bajas. Debido a la poca consideración que se le otorgaba, fueron raros los buceadores que ganaron fama y honores. El hombre-rana no alcanzó fama legendaria, sin embargo, hasta que se descubrieron los explosivos y mechas inmunes a los efectos del agua. Sabemos por Aristóteles que los buceadores de la antigüedad disponían de un instrumento que no volvió a utilizarse hasta que lo desarrollaron nuevamente los pioneros del buceo de nuestro siglo: el tubo respiratorio, denominado hoy como “snorkel”. También en la Edad Media hubo aparatos parecidos, y Leonardo da Vinci inventó uno de ellos.

Esta campana de buceo, construida en Inglaterra a finales del siglo XVII, recibía aire fresco de unos toneles. A su vez, proveía de aire a buzos primitivamente equipados. Con este artefacto se podían realizar operaciones de rescate a poca profundidad.

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El ojo humano, condicionado para mirar fuera del agua, ve los objetos bajo ésta agrandados y borrosos. Los rayos luminosos que inciden en el ojo desde el agua se refractan de distinta manera que cuando inciden desde el aire. La máscara de buceo, gracias a la máscara de aire que se forma tras ella, anula este efecto y proporciona una visión clara. Tan sólo persiste el efecto de agrandamiento con que se distinguen todos los objetos bajo el agua, provocado por un aparente acortamiento de las distancias.

El astrónomo inglés Edward Halley intentó en 1716 suministrar aire fresco a los buceadores dentro de las campanas, utilizando toneles (barriles) de madera cerrados, llenos de aire. El buzo que se encontraba en la campana conectaba una manguera al tonel y le abría un segundo agujero, con lo que el agua se precipitaba dentro del tonel e impulsaba el aire dentro de éste, a la campana, a través de la manguera. Este sistema fue utilizado durante el siglo XVIII en trabajo de salvamento hasta que el ingeniero inglés John Smeaton tuvo una idea decisiva: conectó una campana de buceo con la superficie mediante una manguera, y bombeó continuamente aire fresco a través de ella, empleando una bomba de aire. El fuelle (bomba de aire) tenía que proporcionar una presión considerable, que si no era suficiente no podía impedir que el agua ascendiera en la campana hasta inundar finalmente el espacio de aire. Para que el límite de aire-agua no se desplazara, el fuelle tenía que proporcionar aire a una presión continua, equivalente a la presión del agua bajo la campana. Aparte de esto, Smeaton comprobó que la utilización de su campana podría resultar bastante peligrosa: si se rompía la manguera, el aire saldría disparado hacia la superficie, produciendo una succión violenta en la campana, aplastando a sus ocupantes contra el techo y despedazándolos. En 1837, el alemán August Siebe consiguió por fin construir la primera escafandra. El buzo se introducía a un traje cerrado de lona impermeable, que le cubría todo el cuerpo. Sobre una pieza pectoral metálica, se enroscaba un casco de cobre en ventanillas de vidrio, y el aire llegaba a través de una manguera conectada a una bomba de aire. El buzo 10

expelía el aire viciado por medio de una válvula situada en el casco. Esta válvula servía al mismo tiempo para regular la presión del aire comprimido en el interior del traje y del casco. El traje estaba siempre algo inflado y para evitar que flotara, el buzo llevaba pesados zapatos de plomo y también lastre en su cinturón. A principios de los años treinta, se unió al grupo de hombres intrépidos, Jacques Yves Cousteau. Soñaba con moverse como un pez, estudiar la vida marina y alcanzar profundidades vedadas a los buceadores libres. Realizó sus primeras pruebas con un aparato respiratorio de oxígeno de circuito cerrado, que se utilizaba desde finales del siglo en las minas para casos de accidentes. Gracias a este aparato muchos submarinistas consiguieron escapar de sus submarinos naufragados. Costeau, comenzó a sus pruebas en 1938, sirviéndose de una mascarilla antigás, un tubo de motocicleta, una botella de oxígeno y una bolsa de goma. En sus primeras pruebas fue víctima de envenenamiento por oxígeno. El oxígeno, imprescindible para vivir, llega a destruir las sensibles células cerebrales cuando el cuerpo lo asimila en exceso por estar sometido a una elevada presión. Paradójicamente, los síntomas son semejantes a los provocados por la peligrosa falta de oxígeno. Hubo muchos buceadores que no se dejaron intimidar por este peligro. Lamentablemente muchas de estas excursiones submarinas terminaron trágicamente. Cousteau abandonó el oxígeno tras sus primeras experiencias fallidas y comenzó a probar otro sistema. Julio Verne, en su famoso libro Veinte mil leguas de viaje submarino, había provisto a sus héroes en el fantástico mundo del fondo del mar de cilindros metálicos con aire


comprimido y una especie de máscara antigás conectada a éstos por una manga, y accionada por una válvula manual. Los lectores de Verne creían que este aparato era un producto de la fantasía; pero lo cierto es que ya existía. Inventado por los franceses Rouquarol y Denayrouce, se encontraba en uso desde 1865, con el nombre de aérophore. El comandante submarinista francés Yves Le Prieur había desarrollado después esta idea, mejorando el aparato. Cousteu no estaba satisfecho con este sistema, pues el aparato de Le Prieur requería que el buceador accionase continuamente la válvula con la mano para controlar la presión del aire. El buceador no era autónomo y el manejo impreciso de la válvula tenía como consecuencia el desperdicio de aire. En 1942, Cousteau conoció en París a Emile Gagnan, experto en equipos industriales de gas. Este escuchó atentamente a Cousteau, y después le presentó un pequeño mecanismo que había diseñado para regular la gasolina, cuando ésta era muy escasa a causa de la guerra. La provisión de aire, como en el aparato de Le Prieur, se encontraba en un cilindro de acero; pero con la válvula de Gagnan, el volumen requerido era suministrado automáticamente al buceador. El aire respirado era expelido al agua a través de válvulas en el regulador, y ascendía en forma de pequeñas burbujas. Comenzaron a probar el nuevo sistema en el Marne y la decepción fue grande; el aparato sólo funcionaba si se nadaba horizontalmente. Sin embargo, Cousteau y Gagnan recobraron nuevos ánimos; analizando la construcción del regulador y las condiciones de la presión bajo el agua, hallaron la solución. Sólo fue necesario realizar una pequeña modificación en el regulador para que el aparato funcionara perfectamente.

El funcionamiento del “aqualung” (escafandra autónoma) está basado en un ingenioso sistema automático de ventilación y de presión. A través de una boquilla se suministra al buceador el volumen de aire que necesita, debidamente dosificado. El aire respirado se expulsa a través del sistema de ventilación, causa de las burbujas que el buceador deja tras sí.

En junio de 1943, Cousteau pudo emprender en la Costa Azul su primer paseo submarino con el “aqualung” (escafandra autónoma; figura X). Se había dado el paso decisivo para la conquista del mundo submarino. Al primer “aqualung” de Cousteau y Gagnan, le sucedieron innumerables aparatos parecidos. Los buceadores deportivos y científicos siguieron sus pasos. ¿Cuál era el límite del “aqualung”? Fréderic Dumas, excelente deportista y amigo de Cousteau, descendió hacia el fondo a lo largo

de un cable a una profundidad de 64 metros (211 pies). Cuando volvió a la superficie —dijo— “Estaba como borracho y completamente libre de cuidados… iba a quedarme dormido, estaba aturdido”. Cousteau y sus amigos denominaron “intoxicación de las grandes profundidades” a esta curiosa narcosis que hace presa a los buceadores a más de 40 metros de profundidad. Este estado de narcosis destruye el instinto de conservación, todos los sentidos quedan afectados; al principio es como una ligera anestesia, luego el buceador se convierte en un dios. Esta experiencia resulta ligeramente distinta en cada inmersión. 11


Este fenómeno había sido observado por el doctor A. R. Behnke, médico de la Armada estadounidense, al efectuar pruebas con buzos en cámaras de presión. Behnke suponía que la causa de la intoxicación podía residir en el nitrógeno del aire, que se acumula en las células cerebrales tan intensamente como el éter o el cloroformo. Aunque los científicos no estaban en condiciones de probar sus teorías, no era recomendable por consiguiente, efectuar inmersiones profundas con el “aqualung”. Sin embargo, los récords siguieron sucediéndose. El buceo se ha convertido en una profesión lucrativa desde que se han descubierto bajo las aguas valiosos yacimientos de petróleo, gas natural, diamantes y naufragios con tesoros. Algunos de estos yacimientos, como los ricos campos petrolíferos cubiertos por el hielo de Alaska y las minas de diamantes submarinas frente a África del Sur, resultan todavía inaccesibles; pero en muchas costas fluye el petróleo extraído del fondo del mar y en todos los mares hay buzos dedicados a buscar nuevos yacimientos y a montar instalaciones perforadoras y extractoras. La fauna submarina acogió en principio a los buceadores con curiosidad e indiferencia; pero los peces aprendieron pronto a mantenerse fuera del alcance de los arpones. Estos equipos se perfeccionaron. Poco tiempo después comenzaron a usarse arpones de acero inoxidable, disparados por medio de resortes metálicos, por gas comprimido y algunos con cargas explosivas. Hoy día, en muchos lugares, los grandes ejemplares están casi exterminados. La pesca con aparatos respiratorios está considerada antideportiva; muchos peces carecen de oportunidad de escapar ante un buceador bien equipado. Esto ha inducido a muchos países a prohibir la pesca con aparatos respiratorios, como medida protectora de la fauna

marina. Los biólogos que investigan la flora y la fauna marinas, y muchos expertos buceadores deportivos, luchan encarnizadamente contra la continua expansión de la pesca submarina. Los pioneros del buceo autónomo, los que comenzaron en los años cincuenta y sesenta la conquista del “mundo silencioso”, hace tiempo que han cambiado el arpón por la cámara fotográfica. En 1882, el joven y emprendedor Louis Boutan, profesor de Zoología en la Sorbona de París, se le ocurrió la idea de utilizar la fotografía (todavía muy primitiva) para la investigación submarina. El rápido progreso experimentado por la técnica fotográfica en las décadas siguientes, solucionó también los problemas de la fotografía subacuática. La cámara subacuática se convirtió en el “arma” más importante, sobre todo para una clase especial de buceadores: los biólogos marinos. La “pesca” con cámara fotográfica requiere gran experiencia, habilidad y perseverancia, pues todo se mueve y ni el mismo fotógrafo encuentra una posición fija. También hay que tener en cuenta los efectos ópticos del agua; la absorción de los colores, el aumento de la profundidad, la refracción de los rayos luminosos y su dispersión. Actualmente, los aparatos respiratorios y las cámaras subacuáticas forman parte del equipo de toda institución dedicada al estudio de la biología marina.

Referencias Cousteau, Jacques Yves. El mundo del silencio. Editorial Lothar Blanvalet, Berlín 1956. Dugan, James. World Beneath the Sea. National Geographic Society, Washington D.C. 1967. Kenyon, Ley. ¡Sumérgete!. Editorial Albert Müller, Rüschlikon-Zürich 1956. Stenuit, Robert. The Deepest Days. Coward-McCann, Inc., New York 1966. Stephens, William M. Our World Underwater. Lantern Press, New York 1962.

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Foto: Pichón Duarte


Foto: Efra Figueroa

Comprometido Sea Grant con la seguridad en el buceo Por Cristina D. Olán Martínez El Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (PSGUPR) cuenta con esfuerzos dirigidos a promover la seguridad acuática. Los mismos tienen como propósito fomentar comportamientos de seguridad en todo lo que se realiza en el mar, ya sea ir a recrearse y nadar como realizar actividades de índole comercial. El buceo es una de las actividades más populares en nuestras aguas caribeñas y los pescadores comerciales subacuáticos son parte de un importante sector que depende del buceo para generar ingresos. Hoy en día, un gran número de pescadores en Puerto Rico y en las Islas Vírgenes Estadounidenses obtienen su pesca a través del buceo. Esto se debe en gran medida, a que el buceo es un arte de pesca más selectivo. 14

Pescadores buzos en riesgo Desafortunadamente, en búsqueda de ese sustento, muchos pescadores asumen conductas de riesgo. Bucean sin todos los conocimientos necesarios, utilizan equipo incompleto o falto de mantenimiento y realizan inmersiones profundas repetitivamente a lo largo de un solo día sin seguir los parámetros de seguridad. De esta manera, se exponen a perder sus vidas o a sufrir daños permanentes en el cuerpo. La carencia de prácticas de seguridad, el deseo de obtener capturas suficientes para hacer de esta actividad un negocio costo-efectivo y el hecho de que cada vez hay que ir más profundo para buscar la pesca, se combinan en una bomba de tiempo que explota en detrimento de su salud. Las enfermedades y padecimientos que pueden surgir de una mala práctica de buceo son variados y


sus consecuencias pueden ser nefastas. Una de estas enfermedades es ampliamente conocida como bends (su nombre oficial es enfermedad de descompresión) y ocurre como consecuencia de la acumulación de nitrógeno en el cuerpo durante la buceada, seguida por un regreso a la superficie no controlado. Estos bends, a su vez, son el resultado de buceadas prolongadas y profundas o buceadas consecutivas en las que no se toman las medidas de seguridad. Los bends ocurren principalmente cuando no se realiza un ascenso pausado (con calma), no se llevan a cabo las paradas de seguridad requeridas ni se destina suficiente tiempo en superficie antes de volver a realizar otra inmersión. Aparte de los bends, hay también otro sinnúmero de padecimientos que pueden ocurrir cuando se bucea sin medidas de seguridad. Entre estos se pueden mencionar distintas afecciones pulmonares, daños al oído, parálisis y osteonecrosis, es decir, muerte del tejido óseo en el largo plazo. En respuesta al alto índice de pescadores que sufren la enfermedad de descompresión y/o presentan otros padecimientos relacionados a prácticas incorrectas de buceo, el Programa Sea Grant ha identificado varias maneras en las cuales puede contribuir a promover mayor salud y seguridad entre los pescadores buzos. Varios proyectos ya están en desarrollo, entre los que se destacan: 1) la elaboración de una campaña educativa dirigida a promover el buceo seguro, 2) la preparación de una carta náutica que permita a los médicos y al personal de la cámara hiperbárica identificar con mayor exactitud las áreas de pesca y las profundidades a las cuales los pescadores han tenido sus accidentes de buceo, y 3) el desarrollo de talleres educativos que puedan ofrecerse con apoyo de los municipios y de las villas pesqueras. Sobre este último punto, cabe señalar que ya el Programa Sea Grant firmó un acuerdo de colaboración con el Municipio de Cabo Rojo para llevar a cabo esfuerzos de educación y adiestramiento sobre buceo seguro entre los pescadores del área. Se espera poder realizar este tipo de esfuerzos en otros municipios.

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Sea Grant estudia patrones de buceo en una muestra de pescadores En el proceso de examinar el nivel de riesgo al que se exponen los pescadores comerciales que practican el buceo en Puerto Rico, el PSGUPR subvencionó un estudio dirigido a analizar los patrones de buceo de 5 pescadores comerciales de Puerto Rico.1 Estos pescadores residen en las zonas oeste y este de Puerto Rico, áreas de las cuales provienen la mayoría de los pescadores que llegan a la cámara hiperbárica a recibir tratamiento tras sufrir accidentes de buceo. Los 5 pescadores que participaron en el estudio salen a pescar desde los pueblos de Cabo Rojo, Guánica, Humacao y Vieques. Según datos provistos por el personal de la Cámara Hiperbárica del Centro Médico de Río Piedras (CHCMRP), estos 4 pueblos figuran entre los 10 pueblos con más accidentes de buceo entre los años de 1997-20142. Otro factor que motivó el desarrollo de este estudio fue la preocupación que tiene el personal médico sobre el perfil de pescadores comerciales que está llegando a la Cámara Hiperbárica: cada vez más jóvenes y en peor estado de salud. Todos ellos participaron de forma voluntaria y sin alterar sus actividades de pesca y buceo. Es decir, continuaron pescando y buceando tal y como lo hubiesen hecho sin haber formado parte del estudio. Los cinco utilizaron computadoras de buceo provistas por el Programa Sea Grant. Las computadoras registraron sus patrones de buceo durante las inmersiones que los 5 pescadores realizaron. El número de inmersiones y la cantidad de días de buceo varió entre los pescadores de la muestra porque dependió de las decisiones de pesca y buceo de cada individuo. Las condiciones del tiempo, la especie a ser pescada y la localización de la misma, la cantidad de pesca que se busca y las rutinas de trabajo, por ejemplo, son parte de los factores que pueden influir en el número de salidas de pesca y de inmersiones. Por ende, ningún pescador participante realizó el mismo número de inmersiones que otro. Esto se hizo así con el propósito de registrar actividades de buceo tal cual ellos las realizan en su día día.

Para conocer más detalles de este estudio y ver el análisis de los datos registrados en las computadoras de buceo, recomendamos la lectura del informe del proyecto Use of dive computers to detect if fishermen are diving safe. Este análisis fue realizado por Fernando G. Meléndez Vázquez y Manuel F. Olmeda Saldaña. Las estadísticas de accidentes de buceo entre pacientes de la Cámara Hiperbárica en el periodo de 1997 a 2014 fueron provistas por el personal médico de la Cámara Hiperbárica del Centro Médico de Río Piedras.

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Gracias al uso de las computadoras de buceo, se recopiló información sobre las fechas, horas, profundidades y cantidad de inmersiones. A través de un análisis estadístico, esta información permitió correlacionar el tiempo de fondo y la profundidad a la que estuvieron los pescadores, de modo que se pudiera examinar si en efecto bucearon o no dentro de los límites establecidos por la Asociación Profesional de Instructores de Buceo (PADI, en inglés). El análisis de los datos registrados en las computadoras de buceo, reveló que cuatro de los cinco pescadores participantes (80%) presentaron dos o más buceadas no seguras en sus patrones de buceo. En otras palabras, realizaron buceadas que excedieron el tiempo máximo recomendado y no llevaron a cabo las paradas de seguridad requeridas o no las hicieron correctamente. Esta muestra ratifica lo ya expuesto en los datos de accidentes de buceo recopilados por el personal de la CHCMRP. Urge mejorar las prácticas de buceo entre la población de pescadores comerciales subacuáticos de Puerto Rico, particularmente en las áreas oeste y este. Pasos a seguir El Programa Sea Grant ha unido fuerzas con el Departamento de Medicina Hiperbárica del Centro Médico de Río Piedras para llevar conocimientos básicos a los pescadores comerciales. Esta iniciativa va dirigida a reducir los daños en la salud de los pescadores, liberar tiempo y recursos en la cámara hiperbárica para otros pacientes que necesitan recibir tratamientos, y ahorrarle dinero al pueblo de Puerto Rico. De igual manera, el interés del PSGUPR es seguir creando alianzas con los municipios y villas pesqueras para realizar talleres y generar materiales educativos. Resulta más que necesario que los pescadores puedan tomar cursos en los que adquieran conocimientos básicos sobre profundidad, tiempo de fondo, efectos de la concentración de nitrógeno en la sangre, planificación de buceadas y uso y mantenimiento del equipo de buceo, entre otros conceptos esenciales para el buceo. Tras haber completado el estudio con la muestra de pescadores buzos, el Programa Sea Grant

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se dirige a continuar esfuerzos dirigidos a educar y fomentar la incorporación de buenas prácticas de buceo en la pesca que redunden en la protección de la vida de los pescadores, de su oficio y de toda la actividad social, económica y cultural que surge alrededor de la pesca. *La autora agradece la información y los documentos provistos por Ruperto Chaparro Serrano, René Esteves Amador, Berliz Morales Muñoz y Milton Carlo para la elaboración de este escrito.


17 Foto: Pichón Duarte


Prevención es la clave para un buceo seguro Te compartimos varios consejos para evitar accidentes. Aprende a bucear con un instructor.

Bucea con equipo adecuado que te indique tu profundidad máxima y cuánto tiempo estuviste sumergido.

Al salir del muelle y cuando regreses, divide las tareas de trabajo pesado con quienes no bucean.

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Hidrátate bien la noche antes, entre buceadas y cuando regreses a puerto.


Utiliza los relojes de presión de aire y profundidad. Regresa a la superficie con al menos 500 libras de presión.

No continúes buceando si tienes síntomas.

Realiza una parada de seguridad a 15 pies de profundidad durante un mínimo de 3 minutos.

No te automediques; respira oxígeno puro si lo tienes disponible, en lo que te llevan al hospital.

19 Ilustrado por: Cynthia L. Gotay y Fabiola Nieves


Tu educador responde En esta edición, dialogamos con Milton Carlo, Director de Actividades Subacuáticas del Departamento de Ciencias Marinas (CIMA) de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Milton cuenta con 39 años de experiencia enseñando a bucear a otras personas y ha laborado con CIMA por 26 años adiestrando a estudiantes en el buceo científico. También ha sido pescador comercial y recreativo. Programa Sea Grant (PSG): ¿Cuándo empezaste a bucear?

Foto: Efra Figueroa

Milton Carlo (MC): Pues empecé a bucear bien temprano, cuando tenía 7 años fue la primera vez que me puse un tanque de buceo y a los 11 años fue que me vine a certificar.

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PSG: Y en el caso de la pesca, ¿cuál ha sido tu experiencia? MC: Me encanta la pesca. Desde pequeño nos desarrollamos en la pesca y por esto fue que entré al buceo, por pescar. Y sí, en la década de los 80, estuve un tiempo trabajando en una tienda de buceo y en el tiempo libre, me dedicaba a pescar también. PSG: ¿Cómo se define lo que es buceo? MC: El buceo lo podemos definir como la utilización de un tanque en la espalda para poder mantenerte respirando bajo el agua por un periodo largo de tiempo. Está lo que se llama snorkeling que es básicamente un tubo por el que se está respirando y estás limitado en tiempo cada vez que haces tus inmersiones. Ya con el buceo con un tanque en la espalda, puedes extender tu tiempo de fondo, dentro del agua. Al buceo con el tanque en la espalda se le conoce como SCUBA. Esas son las siglas en inglés para Self Contained Underwater Breathing Aparatus. Los mexicanos le pusieron la traducción a buceo autónomo. Se le conoce como eso y pues, básicamente es tener un tanque de aire en la espalda con el cual puedes estar respirando bajo el agua sin tener que depender de estar saliendo a la superficie constantemente. Tienes una reserva de aire en la espalda. PSG: ¿Existen distintos tipos de buceo? ¿Cuáles son? MC: Sí. El buceo puede ser comercial (obtienes dinero de esta actividad), científico (lo utilizas para hacer estudios e investigación bajo el mar) o recreativo (lo realizas en tu tiempo de ocio para pasar un buen rato, conocer la naturaleza y disfrutar). PSG: ¿Cómo se realiza un buceo seguro? MC: La seguridad se aprende cuando tomas tus clases de buceo, que te enseñan la manera correcta de realizar las cosas. Ya esa seguridad tú la implementas en todas las acciones que vas a estar haciendo bajo el agua. Puede ser que estés pescando, puede ser que estés haciendo un trabajo de conexión de algo en el fondo. No importa el tipo de trabajo, hay unas reglas básicas que debes seguir y no debes tener problema alguno en bucear. Esas

reglas básicas son nunca aguantar la respiración, mantener siempre tu tiempo de buceada y hay unos límites establecidos de profundidades. En esas inmersiones que vas a estar realizando, nunca llegues a esos límites o los excedas porque te estás arriesgando entonces a una posible enfermedad que puedas contraer en el buceo. PSG: ¿Cómo alguien se certifica y saca su licencia de buceo? MC: Mira, desde la década de los 60, surgieron varias agencias de buceo, las cuales desarrollaron unos estándares en el programa donde básicamente tú ibas aprendiendo lentamente el proceso de bucear. Se empezaba el entrenamiento desde aguas bien llanas hasta un poco más profundo y de esa forma, repitiendo ejercicios bajo el agua, pues básicamente ese es el tipo de certificación y de entrenamiento que tú vas tomando. En estas agencias fueron desarrollándose unos estándares mayores y con más requisitos y más restricciones. Al tú certificarte con ellos, estás aprendiendo a realizar un buceo seguro. Hoy en día, hay agencias de buceo que desde los 10 años te están enseñando a bucear a los niños. Hay otras agencias que todavía están en los 12 años y mi entender en el tiempo en que llevo enseñando, es que mientras más pequeño la persona aprenda a bucear, mejor va a salir en el agua y con más seguridad. Ya las personas mayores tienen miedo, ya vienen con sus traumas, ya vienen con el no puedo y pues, resulta un poco más difícil. A un nene a los 8, 10, 12 años tú le pones un tanque de buceo y tú le dices, tú vas a hacer esto así, así y así, y lo hace 500 veces mejor que tú. PSG: ¿Qué equipo se necesita para realizar un buceo seguro? MC: Mira, para un buceo seguro, una persona necesita un compensador de flotabilidad, eso viene siendo un tipo de chaleco salvavidas el cual va a estar adherido o pegado al tanque de buceo. También necesitamos un regulador que consta de dos etapas. La primera etapa es la que va pegada al tanque y la segunda etapa es la que va pegada a la boca tuya. Necesitas también un reloj de presión (presionómetro) para saber la presión de aire que te queda dentro del tanque, y un reloj de profundidad (profundímetro), para saber bien la profundidad que tienes en ese lugar. Idealmente, sería buenísimo una computadora de buceo. Las computadoras han ido llegando y han ido desplazando todo este 21


manejo a mano, han ido desplazando papeleo y te están dando al instante la profundidad, el tiempo que llevas bajo el agua y el tiempo que puedes estar bajo el agua. Sin embargo, no son 100% seguras las computadoras porque ellas básicamente, trabajan a base de un algoritmo. Ese algoritmo, no importa las condiciones, te va a estar dando siempre, el mismo número, el mismo perfil. O sea, que puede ser que un día tú estés haciendo un trabajo extenuante bajo el agua y la computadora te esté dando buenos números y con todo y eso puedan surgir problemas de bends, por ejemplo. PSG: El mantenimiento es bien importante para cualquier equipo. ¿Cómo funciona el mantenimiento para los equipos de buceo? compensador de flotación

computadora de buceo

MC: Todo el equipo debe estar al día y en funcionamiento. El mantenimiento de los equipos debe ser anual, dependiendo del uso que le estés dando constantemente. Mantenimiento es llevarlos a una tienda de buceo certificada o una tienda registrada y básicamente, esas personas van a estar tomando el regulador tuyo que es posiblemente la pieza más importante que tú tienes en tu equipo y lo van a estar desarmando completo, le va a estar cambiando unos filtros y unos sellos de goma los cuales te van a estar brindando a ti seguridad bajo el agua y te van a estar brindando suplido de aire constante. El mantenimiento también debe ocurrir en los lugares donde se llenan los tanques de buceo. Muchos pescadores también llenan sus tanques en lugares donde tal vez no tengan las mejores condiciones para llenar tanques de buceo y que le den el mantenimiento requerido a esos compresores. Hay que reemplazar filtros, hay que reemplazar aceite, hay que darle pruebas de aire, hay que someter los equipos constantemente a unas pruebas de aire para saber la calidad del aire que tú tienes. PSG: Cuando vamos a bucear, ¿nos tiramos dondequiera y ya o las buceadas se planifican?

snorkel

reloj

careta

Fotos: Efra Figueroa

chapaletas

botas de buceo

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tanque de aire

MC: Hay que planificar. Planificamos las buceadas de forma tal que se hagan las más profundas primero. Hacemos esa buceada profunda; luego, si vamos a realizar varias buceadas ese día, varias inmersiones, realizamos las más llanas. La razón para esto es que, de esa primera buceada en adelante, el nitrógeno que se acumula en tu cuerpo provocará que tengas una carga de nitrógeno residual entre una buceada y otra buceada. La buceada más profunda debe realizarse cuando todavía el cuerpo no ha acumulado nitrógeno. Una acumulación de nitrógeno elevada puede ocasionar enfermedad de descompresión (lo que se conoce popularmente como bends). La mala planificación de las buceadas por parte de muchos pescadores que conozco, los ha llevado a ir a la cámara hiperbárica por no desarrollar un plan de buceo adecuado cuando van a realizar sus buceadas durante el día.

regulador con octopus y consola con profundímetro y reloj de presión


PSG: ¿Qué ocurre cuando no se planifica y no se siguen las reglas de buceo? MC: Te puedes enfermar severamente. En cuanto a las enfermedades del buceo, una de ellas puede ser una ruptura de un pulmón, mucha gente lo conoce como una embolia o una embolia pulmonar. El exceso de tiempo bajo el agua también resulta en la acumulación de nitrógeno. La persona se satura de nitrógeno y esa saturación de nitrógeno lleva a que se conviertan en burbujas. Eso causa los llamados bends, una enfermedad bastante común en pescadores. PSG: ¿Qué hay que hacer si tienes un accidente de buceo como los bends? MC: Número uno, si la persona sospecha que tiene un accidente de buceo, en el caso de los bends específicamente, debe ir lo más pronto posible a un hospital. Los hospitales tienen un protocolo donde van a llevar a esa persona, la van a transportar a una cámara hiperbárica. La cámara hiperbárica es un cilindro. Cuando tienes un accidente de buceo como los bends, te meten dentro de ese cilindro y compensan nuevamente con ese aire el equivalente a la profundidad que tú estabas. De esa forma, ellos te van trayendo poco a poco, te van subiendo, te van quitando presión poco a poco a esa cámara, hasta llegar al punto en que subiste a la superficie nuevamente. Así, se elimina el nitrógeno que acumulaste en esa buceada. Puede ser que de un solo tratamiento puedas eliminar del cuerpo ese exceso de nitrógeno pero hay ocasiones en que necesitas más de un tratamiento en esa cámara hiperbárica.

Hay muchos factores por los cuales mucho pescador se arriesga día a día por simplemente ir a buscar lo que está buscando. Pero dentro de ese riesgo, el factor más notable es la falta de educación. A ese pescador pues, posiblemente le dijeron tú vas a usar el equipo de esta forma, te tiras al agua, no aguantes la respiración y al rato cuando se te acabe el aire, subes. Eso no es la mejor educación para una persona empezar en el buceo. Sabes, hay una teoría detrás de la práctica y esa teoría es bien importante. Yo estoy seguro que muchísimos pescadores son muy buenos en el agua y no tienen ningún tipo de problema realizando cualquier ejercicio que tú los mandes a hacer ya sea de limpieza de regulador, limpieza de careta y cosas así. En cuanto a la teoría, hay cosas que son importantes, que tú debes de saber, que son básicas, ahí es que fallan ellos.

Foto: Efra Figueroa

PSG: Sabemos que los pescadores comerciales, con frecuencia, sufren este tipo de accidentes de buceo. ¿Qué debe hacer el gobierno para ayudar a que esta comunidad tenga menos accidentes? MC: Aquí básicamente tendríamos que ir ya a nivel de municipio, con las alcaldías, que desarrollen un programa de buceo seguro para esos pescadores. En las mismas villas pesqueras, tal vez se debe tratar de desarrollar un sistema cooperativo, donde estos mismos pescadores se unan y puedan entonces entrenarse no solamente en el buceo sino en dar primeros auxilios a personas que vengan con problemas en el buceo.

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No recordarte de esa teoría o no saber qué está sucediendo en el cuerpo tuyo si estás muy profundo por mucho tiempo, ahí es que vienen los problemas.

Foto: Efra Figueroa

Lo ideal sería que todo el mundo tomara clases de buceo y si te mantienes buceando constantemente, que haya unos centros donde tú puedas ir a refrescar esa teoría. En muchas ocasiones me he encontrado con pescadores que yo les di clases de buceo tal vez 10, 15 o 20 años atrás, y me dicen: “Oye, ¿y esto, esto y esto?¿ Qué está pasando con esto?” “Pues sí, vente vamos a explicarte,” les digo. “No me acordaba de esto, no sabía qué estaba pasando o simplemente se me había olvidado”, dice esa persona . Eso es algo sencillo. El hecho de mantenerse en una educación continua, esa persona va a crear una conciencia mayor para tratar de evitar un accidente.

Yo te diría que algo bueno sería desarrollar un sistema de educación continua; una vez al mes visitar las villas, una villa pesquera una tarde, estar dos horas, tres horas y estar en ese lugar y explicarles a los buzos el efecto de la presión en el cuerpo, fisiología, los cambios que sufre el cuerpo cuando está haciendo presión dependiendo de la profundidad, el aire que está respirando. Todo eso es bueno aclararlo y que la persona vaya con una idea más clara de lo que está sucediendo cuando se tira al agua. Esto es ideal y sería buenísimo que se desarrollara un plan de seguimiento, de educación para estos buzos pescadores. También sería bueno para estas villas tratar de proveerles de cierto modo, personas con los conocimientos, claro está, pero que tengan un kit de oxígeno que puedan entonces utilizarlos en caso de una emergencia.

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¡El buceo es una profesión!

Milton nos define…

Se puede vivir del buceo. Una gran parte de nuestros pescadores en el Caribe son buzos. Por lo tanto, subsisten del buceo y la pesca que venden. El buceo también permite trabajar en ríos, lagos y represas. Los ingenieros que realizan trabajos subacuáticos de instalación de cables de fibra óptica dependen del buceo. Igualmente ocurre en las plataformas de extracción de petróleo, en las cuales se requieren buzos para realizar tareas de instalación de equipo y mantenimiento. De forma similar pasa en las empresas generadoras de energía eléctrica que están cerca de cuerpos de agua. Estas empresas requieren un monitoreo constante de las condiciones del agua y de los ecosistemas que están impactando en sus procesos de producción de electricidad. En las ciencias, el buceo es una herramienta sumamente importante para llevar a cabo investigación. Esta investigación, a su vez, produce información esencial para la toma de decisiones y el manejo de nuestros recursos. Las ciencias marinas, por ejemplo, en sus distintas vertientes--geológica, biológica, física y química--con frecuencia, dependen del buceo ya que sumergirse en el mar les permite a quienes investigan llevar a cabo muestreos y observar lo que sucede en los distintos ecosistemas.

buceo comercial - Buceo realizado para generar ganancias. A la persona que lo realiza, se le paga por hacer las inmersiones. Ejemplos: buceo en la pesca comercial, en la colección de peces de acuario para la venta, trabajos de soldadura bajo el agua. buceo científico - Buceo utilizado para observar el ambiente marino con propósitos de estudio e investigación. Permite tomar datos para llegar a conclusiones que nos pueden ayudar a mejorar los ecosistemas y las pesquerías en el futuro. buceo recreativo - Buceo realizado durante el tiempo de ocio con el objetivo de disfrutar de las inmersiones y de la contemplación del entorno subacuático.

Foto: Efra Figueroa

También, un buen buzo con el debido adiestramiento y las licencias y permisos requeridos, puede dedicarse a la enseñanza del buceo y cobrar por ello. De igual modo ocurre en la industria del turismo; muchas personas que visitan lugares costeros van en búsqueda de la emoción, la recreación y el aprendizaje que el buceo les ofrece. El buceo como parte de las actividades turísticas es una oportunidad económica que posibilita la generación de ingresos al tiempo en que se muestran las bellezas naturales de nuestros mares y se promueve la conservación de estas.

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Hierbas marinas: El verdadero tesoro de Isla Caja de Muertos

Por Mariana C. León Pérez Candidata doctoral y becaria del NOAA Center for Coastal and Marine Ecosystems Harte Research Institute for Gulf of Mexico Studies Texas A&M University-Corpus Christi

Probablemente habrás escuchado historias sobre piratas, corsarios, masones y patriotas que utilizaban la Isla Caja de Muertos con diferentes propósitos, pero hay otro aspecto sumamente interesante del cual te quiero contar. En este artículo conocerás sobre los porqués y los resultados de un trabajo de investigación sobre las praderas de hierbas marinas en Caja de Muertos, hábitat vital para diversos organismos marinos, y que sustenta importantes procesos naturales. Te contaré sobre cómo utilizamos fotografías aéreas para remontarnos al pasado y conocer sobre este tesoro marino. Si has tenido la oportunidad de visitar la Reserva Natural Isla Caja de Muertos, probablemente quedaste maravillado por su belleza y por sus aguas cristalinas. Las hierbas marinas son en parte las responsables de crear estas condiciones. Estas ayudan a retener los sedimentos que están suspendidos en el agua y así disminuir la turbidez del agua. Este es uno de muchos servicios ecosistémicos que nos proveen las hierbas marinas. Por ejemplo, una diversidad de organismos marinos, incluyendo especies de importancia comercial y recreativa, utilizan estas praderas como hábitat y/o fuente de alimento en alguna o todas las etapas de su vida. Entre estos organismos están las colirrubias, pargos, langostas, carruchos, manatíes, y la tortuga verde o peje blanco. Otro servicio ecosistémico que nos proveen las hierbas marinas es el de capturar dióxido de carbono (CO2) y por ende ayudar a mitigar los efectos del cambio climático. Las praderas de hierbas marinas también ayudan a disminuir el embate de las olas y la 26

erosión costera. Son muchos los servicios ecosistémicos que proveen y por eso su gran importancia. Sin embargo, varios factores han contribuido a que las hierbas marinas estén amenazadas a nivel mundial. Ya que se encuentran principalmente en lugares llanos cercanos a la costa, estas son vulnerables a impactos como la degradación de la calidad del agua, la contaminación, la pesca excesiva, y a encallamientos e impactos a causa del anclaje indebido. Igualmente las afectan los huracanes y marejadas fuertes. Por esta razón, existe la necesidad de conocer mejor cómo la distribución de las praderas de hierbas marinas cambia a través del tiempo e identificar los factores que provocan estos cambios. Esta información es necesaria para diseñar estrategias que promuevan la conservación de estos ecosistemas. Sin embargo, son pocos los lugares en el mundo, y en Puerto Rico, donde se han estudiado estas dinámicas. En Caja de Muertos no existe un programa que monitoree la condición y distribución de las praderas de hierbas marinas, pero afortunadamente existe otra fuente de datos que nos permitió estudiar la distribución histórica de este hábitat y me permitió completar mi investigación para mi tesis de maestría. Desde 1930 varias entidades incluyendo la Marina de Guerra de los Estados Unidos y el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) tomaron fotografías de Puerto Rico desde un avión. Estas fotografías aéreas, aunque no fueron tomadas con este propósito, pueden ser utilizadas para estudiar las hierbas marinas, principalmente en zonas donde el agua es cristalina. El doctor Roy Armstrong fue el primer investigador en Puerto Rico en utilizar fotografías aéreas históricas para estudiar estos hábitats. Él utilizó fotografías de Cayo Enrique en La Parguera, tomadas entre los años 1936 y 1979, para evaluar los


cambios temporales y espaciales de los arrecifes de coral, hierbas marinas y árboles de mangle de este cayo. Luego, en el 2006, la científica Luz Raquel Hernández Cruz y colaboradores también utilizaron este tipo de fotografías para documentar cambios en las hierbas marinas antes y después de las actividades militares de la marina estadounidense en Bahía Salina del Sur, Vieques. Otros científicos han utilizado técnicas similares en otras partes del mundo, incluyendo el uso de imágenes tomadas desde satélites espaciales. En muchos lugares, las fotografías aéreas representan la única fuente de datos disponible para el análisis a largo plazo de las praderas de hierbas marinas. Estas han mostrado ser efectivas para estos estudios dada su alta resolución espacial, y gran cobertura aérea y temporal. Con el fin de evaluar los cambios en la distribución de este hábitat en Caja de Muertos, recopilamos fotos aéreas que se remontan a 1950 (Figura 1). El primer paso del análisis consistió en georreferenciar las fotos para asegurarnos que cada foto coincidiera justo encima de las demás. Luego, procesamos estas fotografías usando un análisis computarizado para delimitar los bordes de las praderas de hierbas marinas de manera automatizada. El análisis se enfocó en cuatro zonas alrededor de la isla donde la calidad de las fotografías permitía este análisis (Figura 2). A diferencia de otros investigadores previos, este estudio incorporó una imagen satelital del sensor WorldView-2 que nos permitió hacer una caracterización más detallada de los hábitats bentónicos en Caja de Muertos para el año 2014.

Figura 1: (a) Reserva Natural Isla Caja de Muertos (estrella blanca) y (b) zonas donde se realizó el análisis de cobertura de hierbas marinas.

¿Cuáles fueron los hallazgos de este estudio? ¡Sorpresa! Contrario a las tendencias mundiales que muestran una disminución en cobertura de hierbas marinas, en Caja de Muertos el área que cubren las hierbas marinas aumentó en un 64% durante el periodo de 1950 al 2014 (Figura 3). Este aumento consistió principalmente de hierbas marinas de poca densidad, sugiriendo que se debió a un proceso de recuperación ante un disturbio previo. Revisamos el catálogo de datos de huracanes de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y corroboramos que en efecto hubo una tormenta tropical (Baker) que pasó por esta isla en el año 1950, justo antes de haber sido tomada la primera foto utilizada en el análisis. Figura 2: Fotografías aéreas históricas (1950 al 2010) e imagen satelital (2014) utilizadas en este estudio. Junto a estas se muestra la cobertura de hierbas marinas para cada año.

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El fuerte oleaje causado por tormentas tropicales y huracanes puede afectar las hierbas marinas de dos formas, ya sea depositando grandes cantidades de arena sobre estas, o en lo contrario arrancándolas de raíz. Por esta razón, es muy probable que las hierbas marinas estaban en un proceso de recolonización luego de haber sido afectadas por la tormenta tropical Baker en el 1950. En el periodo de estudio, los huracanes Hortensia (1996) y Georges (1998) también parecieron haber afectado la cobertura de hierbas marinas. Cabe recalcar que la magnitud y frecuencia de los cambios observados variaron entre zonas de estudio y pareció estar asociado a condiciones ambientales locales como la exposición al oleaje, y a características geomorfológicas de las cuatro zonas estudiadas. Es importante señalar que este estudio no toma en consideración los impactos del huracán María y de otros eventos atmosféricos que ocurrieron luego del 2014 (último año del periodo de estudio). El huracán María afectó significativamente las praderas de hierbas marinas en Puerto Rico, pero en Caja de Muertos aún no se han evaluado formalmente los impactos. Realizamos una evaluación preliminar que mostró que hubo una reducción en cobertura en áreas donde antes había densas praderas de hierbas marinas. Estos resultados preliminares revelan la importancia de este estudio. Ahora que conocemos cómo en seis décadas cambió la distribución de las praderas de hierbas marinas en Caja de Muertos, podemos utilizar esta información como referencia para determinar la severidad de futuros impactos. Por ejemplo, podemos determinar qué tan significativos fueron los impactos del huracán María y de esta forma, determinar si es necesario implementar alguna estrategia de manejo para promover la recuperación y permanencia de este ecosistema. Ejemplo de estas estrategias son la restauración de hierbas marinas y/o la instalación y buen uso de boyas de amarre para evitar impactos del anclaje en las praderas de hierbas marinas. Este estudio

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también muestra cómo en la ausencia de datos de campo, las fotografías aéreas históricas y los métodos utilizados son efectivos para estudiar las dinámicas de distribución de las praderas de hierbas marinas. Isla Caja de Muertos es un lugar maravilloso y es en parte gracias a la presencia de las hierbas marinas. Conocer sobre cómo este hábitat cambia a través del tiempo nos brinda información valiosa para el manejo dentro de esta reserva natural. Sin embargo, el mayor desafío para la conservación de las hierbas marinas sigue siendo el aumentar la concientización social sobre la importancia de estos ecosistemas. Si valoramos este ecosistema tomaremos mejores decisiones a nivel individual para su conservación, y colectivamente ejerceremos presión para que las decisiones gubernamentales respalden la subsistencia de estos ecosistemas. ¡Habla sobre este tema y comparte con los tuyos esta información y así todos contribuiremos a la conservación de este maravilloso ecosistema! Este estudio fue financiado por NOAA Cooperative Science Center for Earth System Sciences and Remote Sensing Technologies (NOAA-CESSRST) y por NOAA Center for Coastal and Marine Ecosystems (NOAACCME). Su contenido es responsabilidad exclusiva de los autores y no representa necesariamente las opiniones oficiales del Departamento de Comercio de los Estados Unidos y NOAA. Puede acceder esta publicación en: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/ S1470160X20304982.


Glosario servicios ecosistémicos - Son recursos o procesos de los ecosistemas naturales que benefician a los seres humanos. resolución espacial - Se refiere a la precisión de una medición con respecto al espacio. Mientras mejor es la resolución espacial, mayores son los detalles que pueden ser observados en una imagen.

georreferenciar - El proceso de posicionamiento espacial de una fotografía aérea, imagen, o mapa de modo que concuerde con un sistema terrestre de coordenadas geográficas. hábitats bentónicos - Son hábitats que se encuentran en el fondo marino. geomorfológicas - Se refiere a las formas del relieve de la costa, y a los procesos de erosión y sedimentación costera.

Referencias

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Hernández-Delgado, E. A., Toledo-Hernández, C., Ruíz-Díaz, C. P., Gómez-Andújar, N. X., Medina-Muñiz, J. L., SuleimánRamos, S. E. (2018) Seagrass Rapid Assessment of Hurricane María Impacts – Northeast Reserves System Habitat Focus Area (NER-HFA), Culebra Island, Puerto Rico. Report submitted to Department of Homeland Security, FEMA Natural and Cultural Resources Recovery, and Department of Interior, p. 130. León-Pérez, M. C., Armstrong, R. A., Hernández, W. J., Aguilar-Perera, A., Thompson-Grim, J. (2020) Seagrass cover expansion off Caja de Muertos Island, Puerto Rico, as determined by long-term analysis of historical aerial and satellite images (1950–2014). Ecological Indicators 117: 106561. León-Pérez, M. C., Hernández, W. J., Armstrong, R. A. (2019) Characterization and distribution of seagrass habitats in a Caribbean nature reserve using high-resolution satellite imagery and field sampling. Journal of Coastal Research 35(5): 937-947. National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) (2018) A Broad Scale Assessment of Seagrass Physical Disturbance after Hurricanes Irma and Maria. Assessment Report submitted by NOAA to the FEMA Natural and Cultural Resources Recovery Support Function, 17 pp. Unsworth, R. K. F., McKenzie, L. J., Collier, C. J., Cullen-Unsworth, L. C., Duarte, C. M., Eklof, J. S., Jarvis, J. C., Jones, B. L., Nordlund, L. M. (2019) Global challenges for seagrass conservation. Ambio 48: 801-815.

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Foto: JP Zegarra

Armstrong, R. A. (1981) Changes in a Puerto Rican coral reef from 1936–1979 using aerial photoanalysis. Proceedings of the 4th International Coral Reef Symposium (Manila, Philippines) 1: 309-315.


Foto suministrada por: Fabiola Nieves

Conoce a tu equipo de trabajo Fabiola Nieves Guerrero Por Cristina D. Olán Martínez Fabiola Nieves Guerrero es una talentosa estudiante de Artes Plásticas y Teoría del Arte en el Departamento de Humanidades, Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Mayagüez. Le encanta el dibujo y el arte digital lo que la condujo a trabajar en el Programa Sea Grant de la UPR (PSGUPR), gracias a la recomendación de uno de sus profesores.

Su familia ha sido clave en el desarrollo de sus destrezas de arte. Fabiola describe a su familia como una “creativa, que siempre está realizando nuevos inventos”. En sus años de escuela, sólo le gustaba la clase de Historia y luego se percató que disfrutaba las artes. Su familia la apoyó en el desarrollo de sus destrezas artísticas.

Amante de las artes desde pequeña, Fabiola llegó al Programa Sea Grant en el verano 2018. En el PSGUPR ha preparado ilustraciones para publicaciones tales como la Guía de cambio climático, el Manual educativo de olas (en colaboración con CARICOOS), el Manual de laboratorios, algunos Datos Marinos y la revista Marejada.

“Cuando comencé la escuela superior fue cuando me di cuenta de que en ciertas universidades ofrecían bachilleratos en arte y decidí que era arte lo que quería estudiar. Más adelante, mis padres querían que llegara a la universidad preparada. Ya que en las escuelas no ofrecían clases de arte, me matricularon en una pequeña academia de arte en San Sebastián y estuve dos

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años hasta el 2016 que ingresé en el Colegio (UPRM). Fueron dos años en los que aprendí mucho y me ayudó bastante en mis primeros años universitarios,” nos comparte Fabiola.

Aparte de estudiar, el dibujo ocupa la mayoría de su tiempo, ya sea para trabajo o por entretenimiento. No obstante, sus mascotas y sus plantas también ocupan un espacio importante en sus actividades diarias.

Fabiola reconoce en las artes un gran potencial de expresión y comunicación. Es este mismo potencial que en Sea Grant se transforma en ilustraciones concretas que permiten educar a muchas personas, complementar los textos y aportar belleza.

“Me gusta pasar tiempo con los animales, tengo varias mascotas (perro y peces) y suele ser una parte muy divertida del día. Otro pasatiempo es sembrar; me encantan las flores y siempre intento dedicar las tardes para darle un poco de amor a mis plantas,” nos cuenta Fabiola.

“Una de las cosas que hace que el arte sea arte es que siempre logra comunicar y transmitir algo, causa algún tipo de placer en nosotros. El arte está lleno de símbolos que comprendemos, los cuales tienen un significado y así es como comunica algo. Es la manera en que nos expresamos, plasmamos nuestras ideas, creamos nuevos mundos, y todo lo que nos rodea. Nos ayuda a comprender mejor el mundo; es una de las herramientas más simples y rápidas de las cuales el humano se vale para dar una explicación y comunicar de una manera más eficiente una información,” afirma Fabiola.

Sobre sus planes futuros, Fabiola desea continuar trabajando en Sea Grant, compartir más de su arte en las redes sociales, hacer una maestría, y, lo más deseado, poder viajar por todo el mundo, especialmente, poder visitar Florencia, Italia.

Las imágenes muestran algunos de los trabajos de arte realizados por Fabiola en sus clases y tiempo libre. La imagen a la izquierda es una serigrafía titulada Venus Boricua (2020) la cual fue un trabajo para un curso de Grabado. Las imágenes a la derecha se titulan Japón y Egipto (2020) y fueron dibujos digitales realizados por entretenimiento; los mismos muestran lugares que a Fabiola le gustaría visitar. 31


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