RAZONES CIENTÍFICAS Foto: Pichón Duarte
Las barreras costeras en Puerto Rico: ¿Causa perdida?
Vista del área de Playuela, Cabo Rojo, PR. Por: Prof. Aurelio Mercado Irizarry, MS con la colaboración de Cristina D. Olán Martínez, MA
Anualmente, el archipiélago de Puerto Rico, debido a su localización en el trópico, se encuentra amenazado por huracanes y tormentas tropicales. Estos sistemas traen consigo lluvias, marejadas ciclónicas e inundaciones que forman parte del ciclo natural de la temporada ciclónica. La naturaleza, por su parte, también posee los mecanismos para mitigar los efectos de las tormentas y los huracanes. Los manglares, los humedales y las dunas, por ejemplo, funcionan como áreas de amortiguamiento antes estos fenómenos atmosféricos. En otras palabras, nos protegen y resisten el embate de las lluvias, la marejada ciclónica y las inundaciones. A su vez, los recursos naturales que ofrecen funciones y mecanismos de protección forman parte de la infraestructura verde del País.
Sin embargo, con el paso de los años y el desarrollo desmedido, muchas de las áreas naturales que sirven como zonas de amortiguamiento han sido alteradas para propósitos de construcción de viviendas, apartamentos de veraneo, hoteles, negocios, carreteras, aeropuertos y estructuras para contener la erosión, entre otros tipos de edificaciones e infraestructura que podemos mencionar. Junto a la construcción viene, entonces, la deforestación, la remoción de arena, la alteración de las dinámicas de erosión y acrecentamiento de nuestras playas y el secado de humedales. Las áreas que antes nos servían de infraestructura verde y ofrecían servicios de protección, quedan cubiertas por edificaciones y estructuras que, con frecuencia, también limitan el acceso de las personas a las playas, las cuales son un bien de dominio público. 17