JURISTA CON SENTIDO HUMANO ALFONSO HERRERA GARCÍA Ex Secretario de Estudio y Cuenta
E
l día que llegué a una ponencia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo hice por indicación del Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Ese día, en el transcurso de pocos minutos, tuvieron lugar acontecimientos que han quedado en mi memoria. Pintan de cuerpo entero la extraordinaria personalidad que tuvo don Sergio. Llegué puntual a la cita para recibir las primeras instrucciones. Habían pasado sólo unos meses desde que había regresado a México después de una larga estadía de 5 años en el extranjero. Mi, desde entonces, querida amiga Adriana Saulés, casi inmediatamente me dio la pauta de entrada a la oficina. Lo primero que el Ministro me expresó fue: “Dr. Herrera. Recibí su tesis de doctorado. Mil gracias. No me gustó su título”. Acto seguido
comentó: “Usted será mi secretario de estudio y cuenta. Pero antes debo advertirle algo. Usted viene de un ambiente en el que seguramente está acostumbrado a lidiar con objetos de lujo: Ferraris, Lamborghinis y no sé qué otras finas carrocerías más. Muy bien. Yo aquí le voy a mandar camiones destartalados, de volteo, de carga pesada. De esos de a kilo. Esté consciente de eso”. Apenas me aprestaba a articular alguna palabra, empezando por mi emocionado agradecimiento, cuando irrumpió otra persona, escoltada igualmente por Adri. No es costumbre en la Suprema Corte —al menos hasta donde me alcanzó mi experiencia— que un Ministro visitara a otro. Quizá eso ya cambió. Yo no lo volví a ver en el tiempo que estuve trabajando en el tercer piso de Pino Suárez 2. Era el Ministro Cossío. Saludé con
Agosto 2020
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