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4. El Sector Minero:motor regional
EL SECTOR MINERO: MOTOR REGIONAL
I. Introducción
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La influencia de las condiciones geográficas (formación geológica y grado de accesibilidad) es de gran importancia en lo atinente a minería. La minería abarca la explotación de distintas clases de minerales, los cuales por condición se clasifican en: a) combustibles: carbón, petróleo, gas; b) radiactivos: por ejemplo, uranio, tono, cobalto; c) metalíferos: por ejemplo, platino, níquel, aluminio; d) no metalíferos: por ejemplo, sal, fluorita, vermiculita, sales de litio. e) rocas de aplicación: arcilla, granito, canto rodado, y en general los destinados a construcción.
Si se excluyen los combustibles, el peso de la actividad minera en nuestro país ha sido reducido en nuestro tiempo(18), alcanzando habitualmente sólo el 0,4 % del PBI (incluyéndolos alcanza al 2 %), destacándose la minería dirigida a las “rocas de aplicación”, que se aprovechan para fabricar cemento (y cuya actividad principal, en volumen y valor, se encuentra en el litoral pampeano, y sobre todo en el sur bonaerense).
Este desarrollo primitivo, que hasta poco tiempo atrás era lo predominante, data desde los tiempos coloniales. Sin embargo, en la colonia, se destacaron las explotaciones auríferas de Incahuasi, en la Puna; las de plata, oro y plomo de Castaño Viejo en San Juan; la de oro de Intihuasi, en Catamarca; las de plata y oro de Famatina, en La Rioja. En 1870, y para incentivar el despegue de un sector que, cada vez más, profundizaba su depresión, el gobierno de Sarmiento estableció un premio de $ 25.000 para quien descubriera una mina de carbón o de hierro económicamente explotable (parece ser que fue por entonces que se descubrió el yacimiento carbonífero de Río Turbio; cuya explotación recién se inició hacia 1948).
A partir del descubrimiento de petróleo, en Comodoro Rivadavia, en 1907, se incorporan al sector los combustibles. Más tarde, y como consecuencia de la guerra del ‘14, que cortó los abastecimientos del exterior, se inició la explotación de los yacimientos de caliza (y otras rocas de aplicación) para fabricar cemento portland. No obstante su expansión, la actividad minera no alcanzó un verdadero desarrollo hasta la última década del siglo XX.
Las condiciones mínimas de estabilidad económica (necesarias para evaluar un proyecto de largo plazo y alto riesgo como el minero) y la Ley de Inversiones Mineras de mayo de 1993, así como la reestructuración de YPF, otorgaron dinamismo al sector, tanto en combustibles como en minerales metalíferos y no metalíferos. Hasta la década del 90 la minería (con excepción de combustibles) estuvo realmente aletargada en Argentina. Los expertos señalaban que no era lógico que la cordillera de los Andes tuviera ricos yacimientos minerales del lado chileno y no del argentino. Lo que sucedió es que no se contaba con condiciones propicias para el desarrollo minero y, además, había muchos impedimentos: restricciones a la inversión extranjera, especialmente en zonas de frontera, inseguridad jurídica para los capitales extranjeros e inestabilidad fiscal y cambiaría. A todo esto había que sumar la presencia estatal con Fabricaciones Militares (FM), que a veces jugó como rémora.(19)
18 Aunque, en los siglos XVI, XVII y XVIII, el núcleo minero de Potosí (hoy Bolivia) fue el factor dinámico de lo economía: el inductor del crecimiento 19 Un caso paradigmático fue el de Hiparsa, creada para explotar yacimiento de mineral de hierro en Sierra Grande, provincia de Río Negro. Diversos consultores habían señalado que el proyecto en esos momentos era económicamente dudoso. A pesar de ello, FM insistió. El resultado fue que se invirtieron más de U$S 1.000 millones y finalmente hubo que cerrar la mina, ya que las ventas, que apenas alcanzaban los USS 30 millones anuales, no alcanzaban para cubrir el costo variable (bien es cierto, que según tengo entendido, y en consideración de los nuevos precios de los minerales, una empresa china se ha hecho cargo hacia el 2005 del yacimiento, paralizado por tres lustros).
II. El sector desde los noventa
EL MITO DEL ORO AMERICANO…
Por último, señalemos que la “estima” mundial del oro (luego del dinero fiduciario) ha sido irracional. Su uso, históricamente generalizado, se fundó en su escasez, su maleabilidad, y especialmente su bajo punto de fusión (esto último permitió que pueblos primitivos, como mochicas o incas, incapaces tecnológicamente de producir hierro, trabajaran ampliamente el oro). Como dato interesante, el “riquísimo” Perú, en tres siglos de dominio español, produjo 128 toneladas de oro (450 kg promedio por año), hoy, el mundo produce en un solo año 2000 Tm (o sea, 15 veces más que Perú en 300 años).
Desde los noventa, los emprendimientos en el Sector se multiplicaron, destacándose por su importancia Bajo de La Alumbrera y Salar del Hombre Muerto (en Catamarca), y Cerro Vanguardia (en Santa Cruz). El más destacado, Bajo de La Alumbrera, perduró durante más 20 años, con producción de cobre y oro. El proyecto se estimaba que
ocuparía, en el 2000, el noveno lugar entre las minas de cobre del mundo y la deci-
mocuarta posición en el ranking mundial de minas de oro (con una producción anual de 23 Tm) (El Economista, 13/6/1997, pág. 9)(20) .
El proyecto minero Bajo de La Alumbrera tuvo un importante efecto en las cuentas fiscales de Catamarca, aunque no tanto en el nivel de empleo. Algo lógico pues la minería es capital intensiva, si bien llegó a emplear en forma directa unas 2000 personas y en su etapa de explotación no menos de 3.500 empleos indirectos.
El sector minero metalífero es la principal actividad económica de la provincia por su participación en el producto bruto provincial, en las exportaciones, en el nivel de inversiones y por los ingresos que esta actividad aporta al erario público provincial. Bajo de la Alumbrera produjo un promedio anual de 100.000 toneladas de cobre y 300.000 onzas troy de oro. Actualmente se encuentra en el proceso de cierre de botaderos, que implica la cobertura y revegetación de escombreras (sólo para el cierre se invertirán u$s400 millones). Además se trabaja en el mantenimiento de la infraestructura que se utilizará en el gran Proyecto MARA, en Agua Rica, a unos 35 km. (para ampliar, ver artículo de S. Penelli, Ámbito Financiero, 22/04/22), cerca de Andalgalá.
La minería metalífera argentina concretó, desde que se implementó la nueva política minera en la década del 90 hasta el 2005, más de USS 3.000 millones en inversiones importantes, en especial en cobre, oro, plata y litio. Durante el último lustro del siglo XX y la primera década del siglo XXI, las grandes empresas mineras internacionales invirtieron en nuestro país por tres motivos principales: 1) La fuerte suba de los precios de los metales debido a la gran demanda mundial; y ya se prevé escasez (por el despertar de India y de China). 2) La Argentina aparentemente presentaría un gran potencial minero inexplorado, especialmente en cobre, pero también en oro, plata y potasio. En el caso del oro, expertos reunidos hace algunos años en un congreso mundial dijeron que la producción de oro se desplazaría de Sudáfrica a Ghana (Africa) y a la Argentina (!!!).
20 Un dato es la fluctuación de] precio internacional del oro, que desde enero a noviembre de 1997 pasó de 385 a 295 dólares la onza troy (aproximadamente 31 gramos). En los años ‘70, el precio había superado los 800 U$S; y diez años después, durante el 2007, el precio, consecuencia de la crisis financiera, ya ha superado los valores de los años setenta. El “fabuloso” rescate del Inca Atahualpa (más de 6 Tm de oro) se valuaría hoy, en apenas unos 150 millones de dólares (el contrato de tres años de una de las grandes estrellas de basketball de la NBA, o la venta de los derechos federativos de un par buenos jugadores en las ligas europeas de fútbol). En los noventa, se estimaba que Argentina se encontraría entre los tres principales productores mundiales en unos 15 años. Desde ya que una eventual caída del precio resta retomo a los recientes emprendimientos (aunque en nuestro país el oro, contrariamente a Sudáfrica, es subproducto de la explotación cuprífera; de modo que se puede cargar el costo conjunto a la explotación del cobre).
3) La Administración Kirchner inicialmente respetó la ley de minería de la época de Menem-Cavallo, que concede estabilidad fiscal y de reglas cambiarias, de modo que para
la nueva minería no rigen los derechos de exportación, ni la obligación de liquidar
las divisas en un plazo perentorio, ni los controles para la remesa de dividendos o para pagos de deuda. Tal vez haya influido el hecho de que Kirchner provenía de una provincia minera (la primera en importancia si incluimos los combustibles, la segunda si no los consideramos). Pero desde inicios del 2007, se rompió el respeto a los contratos, y “por acuerdo” forzado, las empresas mineras comenzaron a pagar “retenciones”.
El Centro de Estudios para la Producción (dependiente de la Secretaría de Industria del Ministerio de la Producción) aporta en uno de los números de su Boletín datos sobre la minería. De cuatro empresas extranjeras que operaban en minería en 1992, pasamos a 80 en 1997, número que luego bajó a 55 en el 2000 y 50 en el 2002. De 17.000 metros de perforaciones para exploración minera en 1992 se pasó a 240.000 en 1998, con una baja a 165.000 en 2001 y a 135.000 en 2002. El estudio de marras señala que a partir de 1997 se observó un importante incremento de capitales extranjeros para proyectos Pymes en no metalíferos: yeso, pórfidos, mármoles, sulfatos de sodio anhidro, bentonita, calizas y dolomitas. Si bien las circunstancias económicas de 2002 tuvieron un efecto negativo sobre la inversión en general, en minería continuó la actividad, aunque a ritmo menor. La ley de minería les dio cierta protección, al punto de que obtuvieron la libre disponibilidad de divisas. Por otro lado, siendo empresas básicamente exportadoras, la mega devaluación las favoreció.
El CEP calcula que la producción minera, que 1993 representaba un valor de USS 481 millones y que en 1999 saltó a USS 1.150 millones (por La Alumbrera en Catamarca), bajó luego hasta U$S 809 millones en 2002, creciendo hasta unos U$S 1.913 millones en 2005. A su vez, las exportaciones pasarían de U$S 24 millones en 1993, USS 150 millones en 1996, U$S 775 millones en 1999 y 771 millones en 2002, a aproximadamente U$S 1.440 millones en 2005. ¡En diez años se multiplicaron por sesenta! En el año 2006, Argentina era el tercer productor mundial de boratos, el decimosexto de cobre y el decimoctavo de oro.
Como mero ejemplo, presentamos en el Cuadro el año 2003 (no se incluyen combustibles): la provincia más importante es Catamarca (tanto en valor total como en metales y no metales). Luego sigue Santa Cruz, que se destaca sólo en minerales metalíferos. En no metalíferos, en el segundo lugar se encuentra Salta; en rocas de aplicación (de uso general en la construcción), se destacan Buenos Aires (en las Sierras de Tandilia), Córdoba y Mendoza.
Por su parte, la producción petrolera tuvo también una expansión inusitada. Entre 1990 y 1996, creció a un promedio anual de 8,5 %; (comparativamente, en los ‘70, su aumento fue de 2,3 %, y en los ‘80 cayó un 0,2 %), acumulando un aumento de un 60 %, al pasar de 28 millones de metros cúbicos al año a 45 millones. Las exportaciones, a su vez, se multiplicaron por 18 veces desde 1990 a 1996. Además, no debe olvidarse la producción de gas, que en la década del ‘90 acumuló un aumento del 51 %. (El Economista, 13/6/97, pág. 10). Destacándose en estas producciones de hidrocarburos la llamada Cuenca Austral (en Santa Cruz) y la Cuenca del Golfo de San Jorge (en Chubut).
Sin embargo, la salida del tipo de cambio fijo y la devaluación complicó el panorama del subsector de combustibles, ya que para evitar una traslación a precios internos de la megadevaluación y del aumento del costo de los combustibles a nivel internacional, el gobierno aisló el sector del mercado mundial a través de retenciones y permisos de exportación(21). Así, el petróleo, con un precio mundial que rondó los 80 dólares el barril (los 160 litros) en 2007, en Argentina se pagaba U$S 52 (el 65% del costo de oportunidad). Todo esto explica la enorme caída de la producción petrolera desde 1998, de 49.2 millones de metros cúbicos por entonces a 30 (2019) y 28 en 2020. Hubo una caída entre puntas (1998/2020) del 43%.
EL CASO DE LOS HIDROCARBUROS
Un recuadro aparte merece el caso de los hidrocarburos (especialmente el petróleo). A fines de los ochenta, YPF era una empresa estatal con enorme potencial pero con una difícil realidad: contaba con gran volumen de personal (60.000 empleados, inaudito para una empresa que no es mano de obra intensiva) y carecía de capacidad financiera, operativa y tecnológica. Era la única petrolera del mundo, en aquel momento, que producía pérdidas, pese a que sus precios no eran, como lo son hoy, precios políticos (es decir, los consumos de energía no estaban subsidiados). La solución que se adoptó fue la privatización, que redujo el nivel de personal a unos razonables 4500 empleados, y, al mismo tiempo, elevó sustancialmente su nivel de producción y pasó a obtener fuertes ganancias. Al principio, fue un paso exitoso, que incluso llevó al sector a tener un peso decisivo en el rubro exportaciones. Pero con los años, y al vender el Estado, con el fin de cubrir el alto gasto público y déficit fiscal, la llamada “acción de oro” (que le permitiría “regular” la empresa desde “dentro del Directorio”), la situación cambio sustancialmente. Se dio una rodada cuesta abajo que se vio agravada con una medida gubernamental sobre RepsolYPF (la empresa española) que “la forzó a cuasi regalar a un grupo local afín la cuarta parte de la empresa, le preanunció lo que venía después: que se iban a quedar con la empresa”. La reacción de Repsol YPF fue vaciarla: “acelerar el proceso de desguace de YPF a favor de Repsol España” (Cfr. R. Esteves, “Los costos de mirar sólo el corto plazo”, La Nación, 30/5/2014, pag. 29). Finalmente, la empresa en plena crisis fue estatizada como una única salida…, ya anunciada. Lo relatado puede ser discutible pero lo que es muy objetivo es la caída de los niveles de producción y de reservas entre 1999 y 2009. En ese período, las Reservas cayeron, en petróleo, 19%; y en gas, el 50%. A su vez, la producción de petróleo cayó hasta 2020 en 43%; y la de gas mantuvo el nivel. Así, un gran sector exportador se transformó en un sector importador de relevancia y contribuyente (como en los años ´50 y ´60) a generar la Restricción Externa. Con la devaluación de 2002, para evitar un proceso inflacionario se optó por subsidiar tanto combustibles como energía en general…, pero la estrategia de corto plazo, se transformó en estructural. Ha sido una equivocada política de precios relativos: precios no rentables para las empresas (que dejaron deteriorar su infraestructura) y que, a la vez, han
21 Esta suele ser una medida atendible en el muy corto plazo, pero en el largo plazo las experiencias revelan lo desacertado de mantenerla. Un parangón muy próximo puede establecerse con los precios del agro, aislados con las políticas de comercio vía el IAPI (Instituto Argentino de promoción del Intercambio), a fines de los cuarenta y durante los cincuenta, y que condujeron al estancamiento de la producción agropecuaria por treinta años
implicado un fuerte subsidio al consumo (con obvio impacto sobre el gasto público y el déficit fiscal). Esta política de precios ha generado una caída en la oferta y un aumento en la demanda, con un exceso de demanda, con ineludible efecto sobre una Restricción Externa, con gran componente energético. Por ejemplo, en los años 2012 y 2013, el déficit de la balanza comercial de energía estuvo en el orden de los 5000 y 6000 millones de dólares.
III. Reflexiones finales
IMPORTANCIA REGIONAL DE LA MINERÍA La minería no sólo constituye un aporte importante a la economía total y, en especial, a las exportaciones, sino que genera actividad económica, empleo y más bienestar en zonas pobres, como lo son la mayor parte de las áreas cordilleranas. En
un primer momento, por la construcción de obras civiles y de infraestructura
(que suelen demandar gran cantidad de mano de obra). Más tarde, la presencia de yacimientos explotados da lugar a una “economía de renta” regional, generándose lo que se conoce en economía espacial como una “base exportadora”; y constituyéndose la minería en un factor de dinamización regional. El efecto multiplicador del sector es amplio, y la infraestructura que crea constituye una externalidad positiva para los otros sectores de la región.
Tal como se desprende de estas breves líneas, el sector minero se encuentra en con-
diciones de un nuevo “boom”, que por sus características de generar una “renta
pura” (o “renta ricardiana”; es decir, beneficios “extraordinarios”) puede dar lugar a un despegue de las economías regionales donde se localicen, atrayendo recursos humanos y de capital. Es importante, sin embargo, señalar que tal desarrollo regional se vinculará al grado en que dichos “beneficios económicos” permanezcan como remuneración a factores productivos de la región (o compra de insumos locales). Situación ésta que no es lo más habitual, ya que lo común, como lo demuestra la historia mundial, es que las explotaciones mineras se constituyan en verdaderos “enclaves económicos”, con todas las “contras” que esto significa.
A tal situación negativa, se suman los problemas ambientales, siempre presentes en las zonas mineras (en especial, a cielo abierto y con alto consumo de agua), y que sería muy extenso comentar aquí (ver artículos sobre ecología hacia el final del libro). Famosas son las playas inertes (sin vida) de la zona norte de Chile, debido a la gran cantidad de desechos de la actividad minera, con grandes concentraciones de metales pesados (que por supuesto pasan a los moluscos y peces, que de existir todavía en las áreas aledañas serán luego posiblemente capturados, vendidos y consumidos quien sabe en qué lugar lejano, sin conciencia del riesgo que se está corriendo)
Pese a lo antedicho, señalemos que los medios masivos difunden inexactitudes aunque bien intencionadas. Quizás porque los periodistas tienen formación inespecífica. Una de esas inexactitudes es que el uso de cianuro es generalizado en la explotación minera argentina, pero que está prohibido en todo el primer mundo. En primer lugar, no es exacto que el cianuro se utilice de modo generalizado ya que el proceso industrial a aplicar (flotación, gravitacional, cianuración, etc.) dependerá principalmente de las características del mineral en la roca. En segundo lugar, en todo el mundo hay más de 800 minas de oro y plata que utilizan cianuro en la parte industrial de su proceso (se usan soluciones muy diluidas…, lo cual no significa que no sean dañinas), pero son contadas las jurisdicciones que lo han prohibido (Cfr. Todo es Historia 511, febrero
2010, número monográfico dedicado a la minería).
BAJO DE LA ALUMBRERA y AGUA RICA
La principal explotación minera argentina ha sido Bajo de la Alumbrera, que ingresó en proceso de cierre en 2018. Desde el cese de la explotación, será necesario un tiempo para el proceso de remediación ambiental para que las áreas utilizadas retornen a condiciones similares previas al emprendimiento. Para tener un conocimiento bastante conveniente sobre todo el proceso que fue, y que seguirá, ahora en Agua Rica, es conveniente recurrir al artículo de Sebastián Pinelli (abril 2022) https://www.ambito.com/energia/mineria/cierra-la-mina-la-alumbrera-como-es-el-plan-remediacion-ambiental-y-que-se-usara-n5413995
Otro error es señalar que la minería es intrínsecamente insegura, y además limitada, en otros países, a áreas totalmente alejadas e inhóspitas. Sin embargo, el poblado Estado de California, en E.U.A., cuenta con 629 minas, y además la minería tiene para todo E.U.A. mejores índices de seguridad industrial (en frecuencia y gravedad de accidentes) que el comercio (Cfr. Todo es Historia, op. cit.).
Pero sin duda es muy sano mostrar preocupación por los costos del tema minero. Lo que no es sano es no ver la conexión de la insaciable búsqueda de consumo (y crecimiento) que nos embarga como sociedad, y el deterioro del medio ambiente por ex-
plotación minera. Cuanto más consumamos más contaminaremos, cualquiera sea
el método de extracción…, solamente habrá una diferencia de grado, no de esencia. Es decir, que el daño es una culpa concurrente, compartida, entre nosotros (consumidores) y los eventuales emprendimientos (aunque sobre estos últimos, recaiga una responsabilidad mayor). La alternativa entonces es reducir nuestro consumo…, reutilizar y reciclar. Allí está nuestra responsabilidad.
¿BOOM O ESTANCAMIENTO?
Nuestra minería, desde 1995 y durante quince años, vivió un boom pero luego se dio el estancamiento, centralmente por un problema de precios relativos. Los precios internacionales han venido cayendo de manera importante desde 2012; y, en muchos casos, dejan de ser rentables. Algunas medidas de diciembre 2015 (devaluación y eliminación de retenciones) han mejorado las perspectivas, pero la minería se basa en proyectos de largo plazo. Un nuevo proyecto puede tardar en producir de 5 a 7 años. Por eso aunque el inversor minero, por naturaleza del sector, es un inversor de riesgo, las muy altas inseguridades económicas (p.ej. nivel de TCReal, futuro nivel tributario) y jurídicas de Argentina conspiran contra su desarrollo. Argentina cuenta con gran potencial minero (en cobre, potasio, oro, plata, litio). Los recursos están. Solo falta un entorno nacional e internacional favorable.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
• Centro de Estudios para la Producción, Secretaría de Industria del Ministerio de la Produc ción, Boletines. • Indec, Censo Nacional Económico, 2004/2005 • Penelli, Sebastián, 2022, Cierra Bajo de la Alumbrera, Ambito Financiero, 12/04/2022 https://www.ambito.com/energia/mineria/cierra-la-mina-la-alumbrera-como-es-el-plan remediacion-ambiental-y-que-se-usara-n5413995 ) • Strazzolini, M. G, www.fnmorg.ar • Todo es Historia Nº 511, febrero 2010, número monográfico dedicado a la minería