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Apéndice I: Pobres por patrimonio y pobres por ingreso
Apéndice
POBRES POR PATRIMONIO Y POBRES POR INGRESO
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Uno de los objetivos primarios de la política económica es una distribución justa o equitativa del ingreso (aunque sería discutible si ambos conceptos coinciden). Pese a lo dicho, por lo común en los modelos económicos se trabaja con el objetivo de alcanzar eficiencia, pero no la equidad. Sin embargo, se supone, que definida una asignación eficiente, el Estado es capaz de realizar "redistribuciones globales" en búsqueda de equidad, sin costo y sin afectar adversamente la asignación correcta. Tal situación no acontece en la práctica por razones de ''técnica tributaria", ya que el mecanismo de captación y redistribución del ingreso tiene sus costos operativos y una cierta repercusión en la asignación de los recursos.
Aquí, nos limitaremos a puntualizar sólo algunos aspectos de índole general. Los estudios disponibles apuntan al problema de la pobreza y de la distribución del Ingreso. La distribución del ingreso puede ser medida con diversos instrumentos, habitualmente por el coeficiente de Gini(41) o el de Theil; mientras que la pobreza se estudia por la línea de pobreza(42) o la línea de indigencia.
EL SENTIMIENDO DE SER CLASE MEDIA
Según estudios del Centro Pew (en Washington) en América Latina 1 de cada 2 personas se percibe de clase media, pero sólo 1 de cada 3 lo es realmente. Una familia típica de 4 miembros, para ser de clase media el ingreso mensual debe ser de 1500 a 7500 dólares. Una familia vulnerable debe contar con un ingreso de 1700 a 600 dólares (entre 1700 a 1500 hay una zona gris). Menos de 600, la familia es pobre. “Las personas tienden a proclamarse de clase media, para no sentirse fracasadas ni decepcionadas de su forma de vida” (Cfr. “Cambio”, Año 16, Nº78, abril 2017, Mex.)
A su vez, en el estudio de la pobreza puede darse una combinación entre elementos que
41 El coeficiente de Gini se obtiene relacionando el área encerrada entre una línea de distribución del ingreso perfectamente igualitaria y la curva de distribución real del ingreso. Si la sociedad registra una distribución perfectamente igualitaria, la curva ideal y la real de reparto del ingreso coincidirán; y por ende no habrá superficie alguna entre ellas: el coeficiente de Gini valdrá cero. Si, por el contrario, la realidad demuestra un ingreso completamente concentrado (una sola persona recibe todo el ingreso), el coeficiente de Gini arrojará un valor de uno. 42 El concepto de línea de pobreza consiste en establecer a partir del ingreso (de personas o de hogares), si éstos tienen capacidad de cubrir un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias esenciales.
miren el patrimonio de las personas y elementos que miren el flujo de ingreso. De allí, surge un Cuadro de doble entrada (Cuadro 1).(43)
De tal modo, que pueden darse hogares, los cuales no estaban históricamente ubicados entre los pobres, y así lo revela su patrimonio (superan la línea de las Necesidades Básicas Insatisfechas, NBI); pero, poco a poco, se deslizan a la pobreza a causa de sus ingresos actuales (el caso típico son los "pasivos", jubilados y pensionados, que tal vez poseen una confortable casa pero sus ingresos son magros, por debajo de la línea divisoria, generando una situación de ''pobres recientes'').
LA POBREZA MULTIDIMENSIONAL
Un conocedor del tema, como Jorge Paz de la UNS escribió en El Economista, en abril de 2014: “Esta nueva manera de (…) medir la pobreza fue impulsada por Sabina Alkire, economista directora del Oxford Poverty & Human Development Institute (OPHI) de la Universidad de Oxford. El planteo es simple (…): la pobreza es mucho más que carecer de medios económicos (…). Incluye privaciones de distinta naturaleza como el vivir en una vivienda inadecuada, carecer de acceso al saneamiento básico, procurarse la subsistencia con estrategias precarias (como la mendicidad, la caridad o el trabajo infantil), estar excluida/o de las instituciones que corresponden a las distintas etapas del curso de vida: la escuela, el mercado de trabajo, los ingresos monetarios y la seguridad social. Y así, la lista podría continuar (…). Medir la pobreza multidimensional requiere definir primero las dimensiones relevantes (…), y luego decidir cuántas privaciones consideraremos relevantes para catalogar a un hogar (…) como “pobre” multidimensionalmente hablando. (…). Pensemos el problema de manera multidimensional. Agreguemos pues a la pobreza monetaria las privaciones en vivienda, en saneamiento, en estrategias de supervivencia y en inclusión social. Para hacer esto necesitamos incorporar veintiséis indicadores más, aparte del ingreso monetario de las familias.”(44)
Un año después, en abril de 2015, en una Jornada organizada por el IEF de la UNC, Jorge Paz apuntó que según estudios del Ielde (UNS) que conduce, y considerando las 27 dimensiones en juego, agrupados en cuatro conjuntos (capacidad económica, vivienda adecuada, saneamiento e inclusión social), y considerando pobres a quienes tengan carencias en al menos 6 dimensiones (en línea con estudios mundiales), el nivel de pobreza en Argentina (en 2013) era de 16% (más de seis millones de personas)(45). Destacó grandes diferencias regionales: con un 40% en la provincia con mayor proporción, Salta; mientras en los niveles más bajos se encuentra Tierra del Fuego y Santa Cruz (con 2.5%) y Ciudad de Buenos Aires (5%). Acotemos que Córdoba registraba un nivel de un 13,5% y Catamarca algo más del 25%.
43 Hoy se estudia la llamada pobreza multidimensional, que considera la posibilidad de, por ejemplo, 27 dimensiones sujetas a privación (como es el caso del estudio de Jorge Paz, ver Recuadro). 44 Es obvio que el propósito es considerar, a través de 27 dimensiones, el complejo fenómeno que hace a la exclusión social. Allí con toda justicia podrían incluirse aristas de la salud, particularmente las discapacidades, que constituyen un potente factor de exclusión. Muy posiblemente más potente que los factores económico-financieros. ¿Y qué del aspecto físico?. Bien sabido es que una joven bella tiene muchas puertas abiertas. En cambio, a veces quien no cuenta con belleza tiene cerradas hasta las ventanas. Con esto quiero decir que el tema multidimensional de la pobreza o exclusión es muy amplio, y con ese criterio casi todos caeríamos en alguna arista (o dimensión). De allí el corte de considerar pobre a quien lo es en al menos seis dimensiones (aclaremos que la belleza no está contemplada). Pero ¿por qué considerar seis y no tres o cuatro dimensiones? Ingresamos al plano de lo subjetivo. 45 En esa misma Jornada, otro especialista, Leonardo Gasparini, apuntó que según trabajos del Cedlas el porcentaje de pobres por ingreso era del 21,4%.
Tomado de https://jazzandcash.com/2021/03/31/alarmante-la-pobreza-en-argentina-llego-al-42-y-afecta-a-194- millones-de-personas/
OTRAS CATEGORÍAS DE POBREZA
El francés Serge Paugan, en “Les formes élémentaires de la pauvreté“ (París, PUF,2005) señala tres formas: la integral, la marginal y la descalificadora. En ellas cruza la objetividad de las cifras con la sensación de quien la sufre (por la forma en que lo valora la sociedad). La pobreza integral es típica de áreas geográficas en las cuales la situación de pobreza tiene perfil social, pues está muy extendida, y quien la sufre no es “marginado” precisamente porque muchos están en similar situación; además existe, por cultura, un cuadro de solidaridad familiar: pone el ejemplo de Andalucía, España. La pobreza marginal es menos social y más individual pues se limita a una fracción de la población. Esto es doloroso para quien la padece, ya que puede ser “estigmatizado”, pero mirado en el agregado no es grave pues dado el reducido número de pobres, pueden ser sencillamente asistidos por el Estado (p.ej. en Suiza o en Alemania). La pobreza descalificadora se aproxima a la tradicional de “pobres recientes”. Suele ser habitual ante crisis económicas y la pérdida de puestos de trabajo. Paugan dice que es común en el caso de países o regiones que sufren reconfiguraciones económicas (un caso podría ser el área de Pittsburg, en EE.UU.)