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El escritor y su producción

El escritor y su producción

Julio César Pol

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[economía-literatura]

Introducción

El proceso de producir literatura no es radicalmente distinto al proceso que producir un reloj o un salchichón. Como estos últimos, la literatura requiere de insumos y procesos. En el caso de un reloj se necesita metal, cristal y precisión –entre tantas otras cosas, para darle vida a la máquina. Al igual, para darle forma al salchichón se necesita carne y sazón. En caja negra o cámara oscura de la literatura, se combinan los insumos que proveen la sustancia y dinamismo a la literatura. Lecturas, talento y esfuerzo esos son los insumos básicos que lleva el escritor a su taller de trabajo.

“Basura entra, basura sale” –dicen comúnmente escritores, refiriéndose a la importancia de la calidad de las lecturas en el proceso creativo. Las lecturas son, sin duda, el recurso extrínseco al escritor más importante, que, como decía Francis Bacon hace el “escribir, preciso”. Las lecturas confieren al escritor nociones estéticas, estilísticas y rítmicas. Ofrece advertencias sobre abismos diacrónicos y anacrónicos por los cuales un escritor se puede despeñar. Y aún más importante, en el proceso de innovación, las lecturas señalan los nichos que la literatura no ha sabido atender. Todo este conocimiento, “el saber cómo...”, que transfiere las lecturas no es otra cosa que capital humano.

Borges acuñó la frase “Uno [el escritor] no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”. ¿Pero acaso todo en el escritor son sus lecturas? De ninguna manera. El talento y esfuerzo, como fuerzas intrínsecas del escritor, dictan también el volumen y la calidad de la obra.

Es la dotación de talento quizás uno de los insumos más invocados cuando se habla de la producción de literatura. Henri Frédéric Amiel dijo: “Hacer con facilidad lo que otro hacen con dificultad eso es talento; hacer lo que es imposible al talento, eso es genialidad” (Diario íntimo). Pero, adentrándonos aún más en el concepto, la dotación de talento es la capacidad del escritor, dada por la genética, el temperamento y la formación en la niñez, de comunicarse de forma artística. Es el acervo de creatividad que el escritor carga desde su juventud hasta su muerte.

En cambio, Honoré de Balzac y Doris Lessing cuestionan la función del talento en la literatura y atribuyen a la voluntad y a la constancia toda innovación artística. Thomas Alva Edison se refería a estas como el “99% de transpiración”, nosotros lo llamamos simplemente esfuerzo. Es el esfuerzo, psicológico y fisiológico, invertido en el texto, lo que lleva a ese estado en el que según Leonardo Davinchi “nada falta, ni nada es superfluo”. Pero ese esfuerzo psicológico, no es otra cosa que el tiempo de ansiedad al que sometemos la psiquis a la tarea sobrenatural de balancear conceptos imaginarios. El esfuerzo fisiológico, por su parte, es el peso al que sometemos el trasero, las horas que le arrebatamos al sueño, las privaciones de sexo, alimento y salud a las que imponemos al cuerpo en pos de una pieza pulida.

Este trabajo busca explicar los diferenciales de calidad entre escritores –tanto de piezas artísticas como de técnicas. También, ilustraremos en este trabajo cómo los cambios en insumos de producción afectan el desempeño de los escritores. Proponemos utilizar curvas de producción (a la sazón de la ciencia económica) para analizar, de forma sucinta, la influencia de estos insumos (lecturas, talento y esfuerzo) en la producción de la literatura.

Una función de producción

Se propone un modelo sencillo donde la producción literaria (P) es función de la dotación de talento , el esfuerzo dedicado a la creación (E), y las lecturas (L) (Ecuación 1). Esta función crea una curva de producción del escritor. Una curva de producción es una representación del recorrido de la producción de un escritor dado los distintos niveles de insumo. Una curva de producción también representa la producción óptima o esperada para un escritor con un nivel de insumo dado. Una teoría similar fue propuesta por Cobb & Douglas (1928) y Douglas (1934).

Pero... ¿Producción de qué, de cantidad de hojas escritas, de calidad de las hojas escritas –presumiendo, claro, que la calidad sea cuantificable o indexable? Cualquiera de estas dos, no importa. Esta función de producción pudiera aplicarse a ambos casos. A pesar de esto, desarrollaremos toda la discusión centrada en la calidad de cada hoja escritas. Esto, porque la calidad de las hojas escrita es mucho más pertinente al escritor al momento de publicar su obra.

Para este trabajo vamos a asumir que la dotación de talento es una constante. Esto implica que nuestro talento, dado por nuestros padres, sea poco o mucho, es un lastre para toda la vida. Esta dotación no deprecia con los años o la senilidad; aunque esta sea presunción inocente.

En el caso del esfuerzo y lecturas nos referiremos al tiempo dedicado a ambos. El esfuerzo no es otra cosa que el tiempo dedicado a la tarea intelectual de crear y limpiar una pieza producida por uno mismo. En oposición, la lectura no es otra cosa que el tiempo dedicado a la tarea intelectual de degustar y examinar una pieza producida por otro. Dado que un día está restringido por 24 horas, es importante destacar, que ambos tiempos, el del esfuerzo y las lecturas son rivales.

En la Gráfica 1, vemos una curva de producción que es función del esfuerzo, en la cual las lecturas se asumen también como constantes. Vemos en esta gráfica que con un pequeño incremento en el esfuerzo, cuando el esfuerzo nace de cero, significa un gran incremento en la producción. Pero una vez se pasa de cierto punto, usualmente donde la curva de producción tiene una pendiente de uno, no importa el grado de esfuerzo que se ejerza, el incremento en producción va a ser ínfimo e insignificante.

La ecuación 2 expresa en términos de matemáticos la curva de producción presentada en la Gráfica 1. En esta ecuación no lineal las lecturas son constantes (L) y el esfuerzo (E) posee un exponente mayor que cero pero menor a uno (0<∂<1). Este exponente genera esta forma cóncava a la curva. Esta función plantea que existe una interacción o una complementación entre estos insumos.

P=DLEi8

Escenarios de producción para dos escritores

En esta sección vamos a discutir tres escenarios de producción para dos escritores. Con el propósito de ilustrar tres eventos que influencian los diferenciales en desempeño entre dos escritores. Primero, vamos a dialogar sobre dos escritores que posean curvas de producción similares y luego, sobre dos escritores que posean curvas de producción diferentes.

En la Gráfica 2 tenemos dos escritores: Pablo (representado por la A) y Federico (representado por la B). Ambos escritores poseen la misma función de producción. Esto implica que tienen el mismo talento, las mismas lecturas y la relación entre calidad de las hojas escritas y el esfuerzo tienen la misma tasa de crecimiento. Pero, existe una diferencia en el tiempo de esfuerzo dado. El tiempo de esfuerzo de Pablo (E 1 ) es por mucho inferior al tiempo de esfuerzo de Federico (E 2 ). Esto ocasiona que la calidad por hojas producidas por Pablo sea inferior.

En la Gráfica 3 tenemos nuestro segundo escenario, en el cual dos escritores, esta vez, Ernesto y Nicanor, tienen el mismo talento, ofrecen el mismo nivel esfuerzo (E 3 ) y la relación entre calidad de las hojas escritas y el esfuerzo tienen una tasa de crecimiento similar, mas no igual. Pero, ambos tienen niveles de lecturas diferentes, por ende poseen niveles de capital humano distintos.

A pesar que ambos inviertan el mismo tiempo de esfuerzo, Ernesto y Nicanor no van a producir trabajos de la misma calidad. De hecho, no importa, si Nicanor incrementa su esfuerzo al máximo, dentro de este rango, jamás va a alcanzar el nivel de calidad de Ernesto. La única forma de que Nicanor alcance la calidad de Ernesto es incrementando sus lecturas al mismo nivel de Ernesto.

Algo similar ocurriría en el caso del talento. En el caso de que dos escritores que ofrezcan el mismo nivel de esfuerzo, tengan las mismas lecturas y la relación entre calidad de las hojas escritas y el esfuerzo, tienen una tasa de crecimiento similar, pero, que exista una diferencia marcada en talento, las curvas de producción lucirían igual que en la Gráfica 3. El problema es que el talento no es lo que se conoce en inglés como un “choice variable” o una variable a ser determinada o escogida: lo que implica que el escritor no posee control sobre las cantidades de talento. En este caso no importa el esfuerzo, el escritor no va a poder subsanar la brecha.

En esta sección hemos estudiado el efecto de las brechas de insumo entre dos escritores. Tanto las brechas de esfuerzo o lecturas son reparables. En cambio, las brechas de talento no son corregibles. En la próxima sección vamos a hablar del concepto de eficiencia. En específico, discutiremos como la eficiencia afecta la producción del escritor.

Calidad y eficiencia

La eficiencia no es otra cosa que el uso óptimo de los recursos (Charnes, Cooper, y Rhodes, 1978); de forma contrapuesta, la ineficiencia el desperdicio de insumos de producción (Mathison, 2005). En este caso, estamos hablando del desperdicio de la producción de unas hojas de calidad. Vamos a considerar en esta sección dos tipos de eficiencia: la eficiencia técnica y la eficiencia de escala (Coelli y Battese, 1998). El análisis de este tipo de eficiencia nos va a permitir estudiar eventos que pueden incidir en la producción del escritor. Además, nos va a permitir entender el potencial de las curvas de producción como herramienta de análisis del proceso de producción del escritor.

La eficiencia técnica se define como la subutilización de un insumo específico de producción (Coelli y Battese, 1998). Por ejemplo, si se espera que un escritor produzca una página de alta calidad con un nivel dado de esfuerzo, pero el escritor, con ese nivel de esfuerzo sólo produce una página de calidad mediocre, entonces esta producción es ineficiente. La eficiencia técnica (TE) se mide como la distancia entre el desempeño del escritor y la curva de la función de producción (la producción esperada) (Coelli y Battese, 1998). En la Gráfica 4 la distancia entre los puntos D y A, y los puntos B y C es generada por ineficiencia. Esta distancia se supone que es causada por lo que Ortega y Gasste llamaba “las circunstancias”. Por ejemplo, shocks emocionales, falta de motivación o llanamente cansancio pueden generar ineficiencia (Kumbhakar y Knox-Lovell, 2003).

En el ejemplo presentado en la Gráfica 4, unos escritores que produzcan en los puntos A o B poseen una eficiencia técnica plena (es decir, el nivel más alto de eficiencia técnica posible), ya que están produciendo en la curva de producción (la producción esperada u óptima) (Kumbhakar y Knox-Lovell, 2003). Por el contrario, un escritor que produce en el punto D (P 1 ) no está produciendo lo esperado, siendo su producción óptima A (p2) dado un esfuerzo E 1 . El nivel de eficiencia técnica (ET) se mide como la razón de la producción actual en D (P 1 ) y la producción óptima en A (P 2 ) (ecuación 3) (Farrell, 1957).

ET = P 1 /P 2

La eficiencia de escala es el nivel de eficiencia que se alcanza en el nivel óptimo de utilización del insumo. En términos técnicos, la eficiencia de escala se alcanza en el punto donde la pendiente de la curva de producción es igual a uno (Fried, KnoxLovell, y Schmidt, 2008). Conocer este punto de inflexión es de vital importancia para el escritor, porque luego de este punto, cualquier trabajo adicional sobre la pieza no va a incrementar la calidad sustancialmente. Presentado de otra forma, cualquier trabajo adicional va a ser un desperdicio de tiempo y no va a incrementar la calidad de la pieza. La línea entrecortada en la Gráfica 5 representa una línea tangente a la curva con una pendiente de uno, la cual se conoce como curva de producción con rendimientos constantes (RC), en contraposición con la curva cóncava, antes discutida, que se conoce como la curva de producción de rendimientos variables (RV). Como se muestra en la Gráfica 5 un aumento en el esfuerzo de E 1 a E 2 (ΔE 1) genera un aumento en producción (Δp 1) relativamente mayor que el aumento en producción (Δp 2) generado por un aumento en el esfuerzo de E 2 a E 3 (ΔE 2). La razón de esto es que después de un punto “a”, o del nivel de esfuerzo E 2 , un aumento de una unidad en el esfuerzo genera un aumento de menos de una unidad de calidad. Por lo tanto, el concepto de eficiencia de escala sugiere que, no debería utilizarse un insumo de producción mayor de E 2 ya que cualquier esfuerzo adicional a E 2 va a generar un aumento insustancial en la producción de calidad.

Por lo general, la eficiencia de escala se calcula como la distancia entre la curva de producción con rendimientos constantes (RC) y la curva de producción con rendimientos variables (RV) (Glass, McKillop y Hyndman, 1995). Por ejemplo, en la Gráfica 6 la eficiencia de escala se calcula como la distancia entre la producción de puntos B y C (P2/P3). En la Gráfica 6, el punto “a” alcanza la eficiencia de escala plena. En el punto a la eficiencia de la escala será igual a uno (p1/p1) (Coelli y Battese, 1998).

En el caso de que la curva de producción asumiera una función cuadrática en forma de U invertida el problema de encontrar el punto óptimo de producción es aún más crítico. Esto debido a que un aumento en el esfuerzo más allá del punto óptimo pudiera generar una reducción en el nivel de calidad (Gráfica 7). Por ejemplo, los puntos a y c producen la misma calidad, pero el punto c se produce con una cantidad mayor de esfuerzo. En el caso presentado en la Gráfica 7, resulta en pérdida invertir esfuerzos más allá de E 2 . Esto ocurre comúnmente con los escritores que se obsesionan con una obra, pero su obsesión lejos de mejorar la obra, lo que hace es, cuestionar y eliminar los atinos en la pieza.

A manera de conclusión

Como pudimos evaluar, el esfuerzo del escritor no es lo único que afecta su desempeño. El desempeño del escritor depende de la intrincada relación entre el talento, las lecturas, el esfuerzo y las circunstancias. Todos estos factores restringen la calidad de la producción del escritor. Encontramos que los detrimentos sobre la calidad del producto (las páginas) generados por un esfuerzo y unas lecturas pobres pueden ser subsanados con trabajo duro. En cambio, el efecto de un talento pobre es irreversible, por lo menos con la tecnología actual.

Por último, vimos que el estado anímico y emocional del escritor suelen generar ineficiencias o rendimientos por debajo del óptimo. Así también, las obsesiones con un texto pueden generar disminuciones de calidad o círculos viciosos que conducen a ninguna parte.

Referencias

Charnes, A., Cooper, W. W., y Rhodes, E. (1978). “Measuring the efficiency of decision making units”. European Journal of Operational Research. 429-444.

Cobb, C. W. y Douglas, P. H. (1928). “A theory of production”. American Economic Review, 18, (Supplement): 139–165.

Coelli, D. S. P. R., y Battese, G. E. (1998). An introduction to efficiency and productivity analysis. Dordrecht: Kluwer Academic Publishers.

Douglas P. H. (1934). The theory of wages. Macmillan Co., New York.

Farrell, M. J. (1957). “The measurement of productive efficiency”. Journal of the Royal Statistical Society, 120(3), 253-290.

Fried, H. O., Knox-Lovell, C. A., y Schmidt, S. S. (2008, February 4.) Efficiency and productivity. The measurement of productive efficiency and productivity growth. Oxford University Press, USA.

Glass, J. C., McKillop, D G., y Hyndman, N S. (1995). “The Achievement of Scale Efficiency in UK Universities: A Multiple-Input Multiple-Output”. Analysis Education Economics, 3(3): 249-263.

Kumbhakar S. C. y Knox-Lovell C. A. (2003). Stochastic frontier analysis. Cambridge University Press.

Mathison, S., (2005). Encyclopedia of evaluation. Sage Publications, Thousand Oaks.

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