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Los dos indios y Viajes de Escaldado: Geografía de resistencia y antillanismo en el pensamiento de Ramón Emeterio Betances

Los dos indios y Viajes de Escaldado: Geografía de resistencia y antillanismo o en el pensamiento de Ramón Emeterio Betances

Rafael R. Díaz Torres

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[geografía-historia-ciencias sociales-literatura]

Introducción

Como activista por la independencia de Puerto Rico y Cuba, el puertorriqueño Ramón Emeterio Betances plasmó sus reclamos de libertad desde distintos frentes y foros. Su militancia no solo se limitó a métodos políticos tradicionales como la diplomacia, el desarrollo de alianzas con diversos sectores y la planificación de conspiraciones contra el poder imperial de España en las Antillas. Betances, además, actuó en defensa de la descolonización de las dos islas caribeñas a través del ejercicio de su profesión como médico, en su rol como masón y por medio de las artes. En este último renglón sobresalen sus trabajos literarios como autor de poemas y cuentos. Aunque estos textos han sido estudiados por un puñado de académicos, nuevas líneas investigativas sobre estos trabajos continúan como asignatura pendiente en la inconclusa tarea de explorar al polifacético galeno de Cabo Rojo, Puerto Rico.

Como defensor de la independencia política de Puerto Rico con respecto a España, Ramón Emeterio Betances propuso un proyecto de Confederación Antillana en el cual su país, junto a Cuba, República Dominicana y Haití establecieran una alianza de estados soberanos que resistiera cualquier intento de expansión en el Caribe de la joven república norteña de los Estados Unidos de América. Su visión de esta unión política antillana fue expresada a través de cartas, ensayos y diversos artículos. Sin embargo, ha sido muy poco estudiada la manifestación de estos ideales políticos en favor de la Confederación Antillana y la independencia de Puerto Rico en aquellos textos de índole literaria de la autoría de Betances. Este ensayo explorará esos vínculos entre el proyecto político betancino y los textos Viajes de Escaldado y Los dos indios. Se hará énfasis en las dimensiones geográficas de sus propuestas por medio del análisis de ambos textos literarios.

La Confederación Antillana como región funcional

Para entender el proyecto de Confederación Antillana como una propuesta geopolítica, es necesario ligarlo al concepto de región en la geografía. Como unidad de estudio y referencia espacial, la región se define como un conjunto de lugares adyacentes que poseen características similares o que están integrados por uno o más tipos de redes de interacción. Desde la geografía como disciplina académica, la regiones se clasifican en tres categorías. Las regiones son divididas bajo las clasificaciones de formal, funcional y vernacular. [1]

En el caso de la región formal, se establece que el conjunto de lugares que la componen poseen uno o varios elementos en común. Estas características comunes pueden basarse en elementos ambientales y fisiográficos o de carácter humano y cultural. Por su parte, una región funcional no necesariamente posee atributos comunes que relacionen localidades de proximidad geográfica. La región funcional se define por la presencia de redes de conexión capaces de integrar diferentes lugares. Las rutas de comercio y transportación entre lugares o países cercanos pueden ser ejemplos de regiones funcionales. En el caso de la región vernacular, los vínculos entre lugares se explican a base de similitudes culturales que sean producto de la percepción y el sentido de pertenencia que sus respectivas poblaciones generen con su entorno geográfico. Por ejemplo, hacer referencia hoy día a varios países heterogéneos en América bajo la etiqueta de Latinoamérica podría analizarse a través del concepto de la región vernacular. La creencia y percepción de que existen lazos históricos, culturales y solidarios entre varios países de Centroamérica, el Caribe y América del Sur lleva a personas y pueblos a catalogarlos como parte de la región vernacular de Latinoamérica.

La Confederación Antillana según propuesta por Betances es un proyecto político regional. Aunque estos territorios insulares comparten características comunes en materia de clima, especies y elementos culturales que son influidos por su ubicación geográfica y recursos naturales, para propósitos de este trabajo se descartará la categoría de región formal como marco conceptual para explicar el proyecto político antillano y antiimperialista del activista puertorriqueño. Para Betances, existía un interés geopolítico de integrar los destinos de las nuevas repúblicas que se forjarían en el Caribe, una vez España se retirara como poder colonial en la región. Este modelo confederativo no tenía el objetivo de limitar el ejercicio de la soberanía de sus estados miembros. Se trataba de una alianza entre países vecinos que, unidos bajo acuerdos de delegación de poderes políticos, combatirían intervenciones extranjeras y estarían en capacidad de resistir los intereses expansionistas de la joven república de los Estados Unidos de América. Según el estudioso francés de Betances, Paul Estrade, la idea de este modelo político regional partía del reconocimiento de “la dificultad de un país aislado de conseguir y luego de garantizar su independencia absoluta –máxime tratándose de una islita. Se sabe que Betances había sacado la conclusión de que era imprescindible la constitución de una Confederación de las Antillas libres e independientes”. [2]

Este principio de incentivar una fuerza o muro de contención por medio de la integración de estados soberanos vecinos puede analizarse a la luz de la categoría de región funcional. Esta Confederación protegería las diferencias entre los gobiernos participantes y las respectivas facultades políticas de cada uno. Sin embargo, dentro de estas diferencias políticas se gestarían acuerdos que transformarían ese mismo proyecto regional en uno basado en el funcionamiento de redes de conexión en los ámbitos diplomáticos, económicos y de defensa. De esta forma, cuatro países diferentes en el Caribe constituirían una región gestada como bloque político a través de la elaboración de tratados.

Podría plantearse que los elementos vinculados al pasado colonial común de los países integrantes de la Confederación, así como los lazos afectivos de estos pueblos, proveen los argumentos para igualmente clasificar a esta región como una de tipo venacular. No obstante, y aunque el propio Betances reconocía la hermandad simbólica entre los pueblos antillanos que formaban parte de su proyecto político, las razones promovidas por el médico puertorriqueño resaltaban primordialmente las dimensiones prácticas de este bloque confederativo regional. Según el historiador puertorriqueño Antonio Gaztambide, Betances veía las Antillas “como escenario concreto y necesario de la guerra revolucionaria”. De esta manera, el mayagüezano vislumbraba a estos territorios caribeños como recursos estratégicos. [3]

El fin práctico promulgado por Betances lo llevó a incluir al territorio de Haití en su proyecto confederativo. Esta propuesta contrastó con la de su contemporáneo independentista y compatriota, Eugenio María de Hostos, quien igualmente promovió el establecimiento de una Confederación Antillana, pero solo con los territorios de Puerto Rico, Cuba y República Dominicana. [4] Para Betances resultaba indispensable mantener la estabilidad política en la isla de La Española, territorio en el cual convivían los países de Haití y República Dominicana. Lograr la convivencia diplomática de ambos estados era de vital importancia para evitar cualquier intento de reconquista de España e igualmente fortalecer la región ante los posibles intereses de expansión de los Estados Unidos. [5] A diferencia de las otras Antillas propuestas como miembros de la Confederación, Haití era un territorio que no era hispanoparlante. Su pasado político estuvo marcado por la colonización de Francia y no por España. Su inclusión en la propuesta confederativa respondía a fines prácticos, más que a elementos vernaculares y culturales en común que pudiera esbozar Betances u otros partidarios de esta unión de cuatro estados soberanos. De esta manera, la Confederación Antillana defendida por el médico puertorriqueño debe verse como una región funcional que no solo luchaba por alcanzar la independencia de Cuba y Puerto Rico con respecto a España, sino que, además, aspiraba a crear cuatro estados soberanos capaces de fortalecerse y protegerse ante amenazas foráneas por medio de acuerdos colaborativos y diversos proyectos solidarios.

Los dos indios y su geografía de resistencia

A pesar de vivir la mayor parte de su vida fuera de su tierra natal, Puerto Rico, Ramón Emeterio Betances nunca cesó en su activismo en favor de la independencia de su país. Para él, la separación política de Puerto Rico de España, con el fin de constituirse en un estado soberano, era un objetivo indispensable que debía preceder la fundación del proyecto de Confederación Antillana en la región. Estando en la ciudad europea de París, Betances consignó su apoyo a la independencia puertorriqueña de varias maneras. Una de sus manifestaciones solidarias con la libertad política de su país fue a través de la redacción de textos, incluyendo aquellos considerados como obras literarias. En el año 1855, Betances escribe la novela Los dos indios mientras cursaba su último año doctoral en París. [6] El texto fue escrito en francés y traducido por el puertorriqueño José Emilio González, previo a su publicación en el 1998, año del centenario de la invasión de los Estados Unidos a Puerto Rico.

En Los dos indios se presenta la historia de un amor contencioso entre un taíno y la hija de un militar español, a quien se le delegó parte de la defensa de los intereses de la Corona en Puerto Rico. La trama se desarrolla en la aldea de Guanajibo. Partiendo del hecho de que Betances era oriundo del municipio occidental costero de Cabo Rojo, y que en dicha región puertorriqueña está ubicada la cuenca del Río Guanajibo, se puede analizar el referente geográfico que pudo haber inspirado al autor en la creación de la novela. La historia es protagonizada por el indio taíno Otuké, quien es capturado por el grupo de hombres españoles bajo la dirección del comandante Don Pedro Sánchez. Como prisionero, Otuké conoce a la hija de Sánchez, Carmen. Esta joven era respetada por su trato amigable hacia los prisioneros taínos. Los encuentros entre Carmen y Otuké desembocaron en el desarrollo de relaciones afectivas que los llevó a enamorarse y pensar en la fuga como medio de libertad para el prisionero de Guanajibo.

Otuké tenía un hermano llamado Toba. Este taíno era conocido por sus dotes como guerrero y su lucha frente a lo que él entendía que era una ocupación de su territorio por parte de los españoles. Toba simbolizaba la resistencia frente al colonialismo español. Su lucha frente al invasor en la historia era afín con los ideales de independencia y el deseo de desolidarizarse de España, según lo promovió Ramón Emeterio Betances.

Fue el odio y deseo de venganza frente a los españoles, a quienes responsabilizaba por la muerte de su padre, lo que llevó a Toba a desaprobar inicialmente la relación entre su hermano y Carmen. Sin embargo, el propio desenlace de la historia reivindicó la unión entre el taíno y la española. Tras la muerte de Otuké, Carmen permaneció viviendo entre los habitantes originales de Guanajibo y dio a luz un hijo fruto de la relación con el joven indio. El retoño simboliza el nacimiento del puertorriqueño en una patria libre. Cabe destacar que la muerte de Otuké y el nacimiento del hijo ocurren tras un suceso en el cual Toba logra quemar y matar a varios de los soldados españoles.

El aspecto geográfico de la novela es fundamental para entender la intención política de Betances con este texto literario. Los personajes de Toba y Otuké veían en el apego a su tierra un elemento suficiente como para justificar su lucha ante los españoles. Su centro principal de conspiración y espiritualidad era la Roca Árida, espacio que era un punto de altitud aledaño al mar. Los dos indios protagonistas de la historia conocían muy bien la topografía y diversidad de especies en su aldea. Ese conocimiento era vital en sus planes de defensa y resistencia. Sobre este particular, el académico puertorriqueños, Ramón Luis Acevedo comenta que,

El indígena está muy cerca de la naturaleza; conoce sus secretos, la incorpora a su lenguaje, la considera su aliada, instrumento del Gran Cemí. Toba considera que es su dios quien ha enviado la tormenta para confundir a los soldados españoles y que, además, ha derramado la lluvia para borrar las huellas de los indios que huyen. [7]

Al escribir la novela en el 1855, Betances ya era abiertamente un activista separatista que abogaba por la independencia de Puerto Rico. Argumenta Acevedo que el texto “constituye una abierta, dramática y poderosa impugnación de la conquista española que construye la figura del indio como símbolo de la resistencia y la aspiración a la libertad como mito fundacional de la nacionalidad puertorriqueña que subordina lo extranjero a lo autóctono”. [8] Desde la perspectiva de Betances, ya se manifestaba su creencia de que con España no había espacio para continuar bajo la subyugación colonial. A través de Los dos indios, el autor ubica la resistencia anticolonial y el relato fundacional de la patria en la región oeste de Puerto Rico, de la cual él era oriundo.

Posicionar la trama de la novela en la costa occidental de Puerto Rico acerca geográficamente la lucha anticolonial de estos indios a los territorios de las Antillas que formaban parte del proyecto confederativo de Betances. Debe destacarse que el médico de Cabo Rojo era producto de una relación de una madre puertorriqueña y un padre dominicano. Estando en París, cuatro años antes de escribir Los dos indios, Betances se dirigió a un grupo de jóvenes cubanos en esa ciudad y declaró su oposición al “despotismo español” y a favor de la independencia de Cuba y Puerto Rico. [9] Si bien su apoyo a la liberación de las dos islas precedió su deseo de integrarlas por medio de un proyecto de Confederación Antillana, su activismo, que fomentaba la solidaridad entre las dos últimas colonias de España en América, ya sentaba las bases para una propuesta integracionista entre los futuros estados soberanos en la región.

Ese proyecto de independencia al que Betances aspiraba para las Antillas era uno basado en la solidaridad y respeto mutuo. Esta visión se refleja en Los dos indios con la unión entre Carmen y Otuké. El simbolismo de esta unión puede interpretarse como el deseo de Betances de alcanzar la independencia como instrumento para traer justicia. Esa era la libertad que él deseaba para las Antillas. No aspiraba Betances a una independencia que permitiera el ascenso de gobiernos tiranos. He ahí la importancia del proyecto antillano confederado como modelo de contraste ante otros casos de soberanías recientes en América.

Viajes de Escaldado como reflejo del antillanismo

A pesar de su apoyo incondicional a la independencia de Cuba y Puerto Rico, Betances no estaba exento de preocupaciones en torno a los complejos escenarios que podrían suscitarse una vez las dos islas se convirtieran en estados soberanos. Para este separatista puertorriqueño era importante aprender de los errores de las jóvenes repúblicas en América. No era su deseo que la independencia facilitara el ascenso de gobiernos tiranos en los nuevos territorios soberanos. Tampoco deseaba Betances que las futuras repúblicas en las Antillas se convirtieran en protectorados bajo la influencia y control parcial de los Estados Unidos de América.

Algunas de estas preocupaciones fueron expresadas en su cuento Viajes de Escaldado, escrito en el 1888 durante uno de sus exilios políticos en París. En la historia, el personaje de Escaldado sale de su natal Venezuela ante la frustración que siente con el gobierno del joven país libre en América del Sur. El joven viaja por varios países de Europa y también se establece brevemente en los Estados Unidos. Su experiencia en estas repúblicas con reputaciones de ser sociedades progresistas fue un tanto decepcionante. Como parte de su recorrido por estas naciones, Escaldado se expone al prejuicio, la persecución, el racismo y la corrupción rampante en los diferentes países que visitó. También visita a Puerto Rico, lugar en donde es perseguido y torturado como resultado de confusos incidentes políticos. La indignación que le provocó la situación de esta colonia española en las Antillas lo motiva a acudir a Madrid y denunciar la condición política bajo la cual se encontraba Puerto Rico. Su queja fue ignorada, causando así mayor decepción con respecto a su visión hacia los denominados países “civilizados”. Al final, el protagonista regresa a su país en búsqueda de lo que él entendía eran las virtudes humanas.

A través del personaje de Escaldado, Betances utiliza un texto literario para denunciar nuevamente la condición política colonial bajo la cual se encontraba su país natal. Sobre este particular, Carmen Lugo Filippi expresa que el autor “se vale de la voz narrativa para denunciar los males del coloniaje que su patria, una minúscula isla caribeña, padece en aquel preciso momento histórico”. [10] En el cuento, además, se denuncia dejadez e hipocresía de España para atender los reclamos de las dos colonias que aún poseía en América: Cuba y Puerto Rico. Por medio de Escaldado, Betances consignó su visión en torno a la incapacidad de España de proveerle un régimen progresista a sus dos posesiones en las Antillas.

La desconfianza manifestada por Betances a través de Escaldado también va dirigida hacia los Estados Unidos y su forma de perseguir a aquellas poblaciones que no formaban parte de los grupos dominantes en los renglones económicos y raciales. La mala experiencia del protagonista en la república norteamericana debe entenderse a la luz de las denuncias políticas que el autor del cuento expresaba constantemente en torno a los intereses expansionistas de los Estados Unidos en el resto de América y la desconfianza que esto le generaba hacia ese país. Como defensor de la independencia de Puerto Rico y Cuba, Betances repudiaba cualquier relación de dependencia o protectorado que ambas islas pudieran establecer con los Estados Unidos en un eventual escenario de soberanía para ambos territorios. Esa precaución geopolítica era una de las justificaciones utilizadas por el médico puertorriqueño para defender el proyecto de Confederación Antillana entre Cuba, Puerto Rico, República Dominicana y Haití.

Betances pudo prever el interés geopolítico de Estados Unidos en el Caribe. Esa visión antiimperialista llevó a Betances a promover el proyecto de Confederación Antillana. Había, además, cierta frustración en torno a cómo se habían desarrollado los gobiernos en algunos de los nuevos países independientes de América. Esa frustración es plasmada en Viajes de Escaldado con el caso de Venezuela, país natal del protagonista. Escaldado emprende sus viajes como medida de escape a la inestabilidad política en su patria. A través de su personaje en el cuento, Betances aboga por la independencia de Puerto Rico y Cuba, al tiempo que desconfía tanto de Estados Unidos, como de algunos países soberanos latinoamericanos.

A diferencia del año en que escribe Los dos indios (1855), la publicación de Viajes de Escaldado (1888) marca un período en la vida de Betances en el cual su propuesta de Confederación Antillana era ampliamente conocida por quienes tenían constancia del activismo y visión política del puertorriqueño. Más de una década antes, a fines de 1873, Betances había fundado la “Liga de las Antillas” en París. Esta organización promovía y buscaba apoyo para las causas de la independencia de Cuba y Puerto Rico, así como el eventual establecimiento de la Confederación Antillana. La redacción de Viajes de Escaldado no puede desvincularse del hecho de que su autor tenía como proyecto de vida la fundación del modelo confederativo en la región donde ubicaban las Antillas. Es necesaria una lectura entrelíneas que integre tanto la ponderación de las experiencias del autor, como el contexto político que este vivió como exiliado en París. La frustración y desconfianza que el personaje de Escaldado expresa tras sus travesías son cónsonas con las mismas preocupaciones y cautelas que utilizaba Betances para justificar su proyecto de Confederación Antillana.

Comentario final

La Confederación Antillana, según propuesta por el puertorriqueño Ramón Emeterio Betances, constituía una región funcional que aspiraba a fortalecer la soberanía de sus miembros, una vez Puerto Rico y Cuba alcanzaran su independencia de España y se unieran por medio de acuerdos políticos a los estados vecinos de Haití y República Dominicana. Su activismo en favor de este bloque regional antillano se manifestó en diversos medios y a través de diferentes estrategias. Aunque el trabajo literario de Betances no es extenso y no representaba la forma de expresión principal por la cual se le conocía, sus publicaciones no dejan de ser importantes referentes de su pensamiento político. La importancia de este médico puertorriqueño en el activismo separatista independentista del siglo XIX posiciona a algunos de sus cuentos y poemas como textos fundamentales en el estudio de la Literatura Puertorriqueña de la época.

Tanto en Los dos indios, como en Viajes de Escaldado, Betances utiliza la voz de personajes protagónicos para reafirmar su defensa de la independencia completa de Puerto Rico y la necesidad de que la población de esta isla antillana se desolidarice de España. Ambos textos presentan la geografía como elemento de cuestionamiento y resistencia ante el colonialismo y opresión política. En Los dos indios, los protagonistas se aferran a su tierra y al conocimiento que tenían de ésta para resistir a los españoles y forjar la nueva sociedad liberada del yugo del invasor. La ubicación de esta historia de resistencia en la costa occidental de Puerto Rico acerca geográficamente esta lucha pro independencia a los otros territorios que Betances propuso como integrantes de la Confederación Antillana.

En Viajes de Escaldado, la movilidad constante del protagonista era su manera de cuestionar la opresión política, tanto en su país Venezuela como en los otros territorios que visitó en su prolongada travesía. Cada parada de Escaldado en una localidad diferente le brindaba nuevos referentes para aumentar su inconformidad y ampliar los cuestionamientos políticos ante lo que él entendía que eran injusticias hacia las poblaciones más vulnerables de estos territorios. Su crítica a los estados soberanos de Venezuela y Estados Unidos es cónsona con algunas de las preocupaciones que el propio Betances tenía con respecto a los países libres de América. El proyecto de Confederación Antillana era visto como una propuesta alternativa capaz de contrarrestar los fracasos políticos de países como Venezuela y la amenaza de los Estados Unidos. Al pensar en su año de publicación (1888) y en la manera que había evolucionado el pensamiento de Betances en esa época, la trama y mensaje en Viajes de Escaldado deben entenderse como parte de las diversas manifestaciones del activista y médico puertorriqueño en defensa de la independencia de Puerto Rico y en favor del establecimiento de una Confederación Antillana entre su país, Cuba, República Dominicana y Haití.

Notas

1. Frank Spellman. Geography for non-geographers (Maryland: Government Institutes, 2010), p. 20.

2. Paul Estrade. Pasión por la libertad (San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2000), p. 7.

3. Antonio Gaztambide. “La geopolítica del antillanismo de fines del siglo XIX”, en Tan lejos de Dios… Las relaciones del Caribe con los Estados Unidos (San Juan, Puerto Rico: Ediciones Callejón, 2014), pp. 59- 60.

4. Gaztambide, p. 64.

5. Para referencia del período histórico, ver trabajo de Luis Álvarez López y Apolinar Matos González. “Naciones, Estado y ciclo revolucionario en el Caribe, 1844-1898”, en Boletín del Archivo General de la Nación (36.131), pp. 571-584.

6. Francisco Moscoso. “Prefacio” En Los dos indios: Episodio de la conquista de Borinquen, en Ramón Emeterio Betances. Los dos indios (San Juan, Puerto Rico: Congreso Nacional Hostosiano, 1998), pp. i-iv.

7. Ramón Luis Acevedo. “Los límites de la narrativa indianista, en Puerto Rico: Tapia, Betances y Marqués” en Revista de Estudios Hispánicos (San Juan: Universidad de Puerto Rico-Facultad de Humanidades, 1998), pp. 93-111.

8. Acevedo, p. 108.

9. Gaztambide, p. 59. 10 Carmen Lugo Filippi. “Betances y Voltaire: Para un Scarmentado un Scaldado (Problemas de intertextualidad, en un cuento de Betances) en Revista Caribe (3.4, 1982), pp. 115-120.

Referencias

Acevedo, Ramón Luis.“Los límites de la narrativa indianista en Puerto Rico: Tapia, Betances y Marqués”, en Revista de Estudios Hispánicos 25.1-2 (1998): 93-111.

Álvarez López Luis y Apolinar Matos González. “Naciones, Estado y ciclo revolucionario en el Caribe, 1844-1898”, en Boletín del Archivo General de la Nación 36.131 (2011): 571-584.

Betances, Ramón Emeterio. Los dos indios (traducido por José Emilio González). San Juan, Puerto Rico: Congreso Nacional Hostosiano, 1998.

___. “Viajes de Escaldado (Cuento)” en Caribe 3.4 (1982): 121-129.

Gaztambide Géigel, Antonio. “La geopolítica del antillanismo de fines del siglo XIX”, en Tan lejos de Dios… Ensayos sobre las relaciones del Caribe con Estados Unidos. San Juan, PR: Ediciones Callejón, 2014.

Lugo Filippi, Carmen. “Betances y Voltaire: para un Scarmentado un Scaldado (Problemas de intertextualidad en un cuento de Betances), en Caribe 3.4 (1982): 115-120.

Ojeda Reyes, Félix y Paul Estrade, eds. Pasión por la libertad. Actas del Coloquio Internacional. “El independentismo puertorriqueño, de Betances a nuestros días”. París, septiembre de 1998. San Juan: Instituto de estudios del Caribe / EDUPR, 2000.

Spellman, Frank. Geography for nongeographers. Maryland: Government Institutes, 2010.

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