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Reflexiones sobre un género literario emergente: Los bestiarios médicos medievales
Reflexiones sobre un género literario emergente: Los bestiarios médicos medievales [1]
Marian Polhill
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[literatura-mitología-medicina-estudios comparados]
Este escrito se basa en una presentación que impartí hace unos años en el Seminario Federico de Onís en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras. En aquel entonces presenté mi libro: una edición, comentario y diccionario acerca del bestiario farmacéutico medieval compuesto en el siglo XV, Das Tierbuch, por un asistente farmacéutico llamado Hans Minner. Cuando la Dra. Carmen Rabell anunció que estaba preparando una serie en su Relevo de Cultura Premoderna y Siglo de Oro sobre ediciones de textos medievales y de temprana modernidad, pensé que este sería el momento ideal para presentar este libro y, también, otra de mis investigaciones recientes en la cual comparo los varios bestiarios médicos medievales compuestos en el alemán (Polhill, ‘Das puch’). Titulé la presentación “ediciones de un género literario emergente: los bestiarios médicos medievales”.
Parece quizás un disparate sugerir que un género literario medieval podría estar emergiendo en pleno siglo XXI. Sin embargo, hay varias consideraciones detrás de este título. Primero, jamás en mi vida he visto tantos paralelos entre la época medieval (por lo menos, la europea) y la situación contemporánea (en Puerto Rico, en Estados Unidos, probablemente ya a nivel global). Quizás no es una casualidad que una de las series más exitosas actualmente sea Game of Thrones, una distopía violenta de grave desigualdad económica, construida sobre paralelos con la Edad Media europea.
En casi todas las clases de mis cursos de literatura medieval tengo la tentación de comparar los contextos históricos, económicos, literarios, u otros aspectos de la Edad Media, con la situación actual, una situación en dónde un grupo pequeñísimo controla los recursos y todos los demás trabajan, rinden servicios y pagan tributos para mantener este sistema de desigualdad cada vez más exagerado. Escuché hace unos años en televisión alterna (desde una perspectiva rusa, por cierto) un comentario político-económico que captó mi atención: según el analista, el capitalismo ha llegado a tal punto que las ganancias del sistema han sido privatizadas y los riesgos financieros socializados, o, en otras palabras: los riesgos de pérdida los han asumido las masas, y las ganancias están en manos de los pocos que no tienen que arriesgar estas ganancias, sino acumular cada vez más, y encima de todo, evitan pagar impuestos sobre sus ganancias. Estos no son comentarios solamente de la izquierda. En pleno enlace desde Yahoo leí un artículo recientemente que supuestamente revela los secretos de la “clase capitalista” y ofrece consejos sobre cómo imitarla y así enriquecerse. Afirma que la meta de la “clase capitalista” que, según el artículo, representa alrededor de 1% de la población de EEUU, es evitar trabajar en el sentido tradicional de la palabra, y establecer algún mecanismo para automáticamente recibir ingresos sin tener que levantarse un dedo (Kennon). El ensayo no mencionó qué sucede en un sistema así con las personas que trabajan a jornal en panaderías, supermercados, granjas, etc., para proveerles la comida a todos en la comunidad. Me venía en mente imágenes del sistema feudal medieval y los textos de la aristocracia medieval que ni mencionan personas que no sean aristócratas. Uno se pregunta si estamos hablando hoy en las noticias de la época medieval o de la contemporánea.
Me parece quizás no tan lejos afirmar, entonces, que en esta aparente situación medieval en que vivimos actualmente, también un género literario medieval podría estar surgiendo. Ciertamente, también quería sugerir con el título que el género literario de los bestiarios médicos medievales está siendo “descubierto” o redescubierto por la investigación en las décadas recientes. Los bestiarios médicos parecen en muchos aspectos a los herbarios, que proveen información sobre los usos medicinales de las plantas. Los herbarios ya son muy conocidos en la academia y en la esfera popular, y todavía forman parte de la medicina tradicional y alternativa. Un ejemplo clásico-medieval es el herbario de Pseudo-Apuleius. [2] Los herbarios contienen capítulos acerca de plantas particulares, las describen y proveen sus propiedades y sus usos médicos. A menudo son ilustrados. En estos tomos, entre muchas otras plantas, se encuentra, por ejemplo, la manzanilla, recomendada para aliviar trastornos digestivos o de nervios, entre otras propiedades.
El uso de las partes de los animales en la medicina humana es muy documentado. Ya en el Papiro Ebers del Egipto Antiguo, de aproximadamente 1500 años antes de Cristo, hay recetas médicas que incluyen sustancias animales. También la mayoría de los herbarios clásicos y medievales mencionan medicamentos derivados de animales, aunque por supuesto los tratamientos basados en plantas predominan en estos textos. Sin embargo, solo recientemente nos hemos dado cuenta del número sustancial de textos medievales que se tratan exclusivamente (o casi exclusivamente) del uso de los animales en la medicina, y podrían, entonces, llamarse bestiarios farmacéuticos o bestiarios médicos.
Los bestiarios médicos tienen una estructura parecida a los herbarios: están divididos en capítulos dedicados a animales particulares. Esta división del texto por animales también posee semejanza con la estructura de los bestiarios basados en el Fisiólogo, un texto alegórico de los primeros siglos después de Cristo, pero el contenido es muy diferente. Los bestiarios derivados del Fisiólogo son los más famosos bestiarios medievales. Ofrecen interpretaciones de los animales en términos cristianos. Por ejemplo, el león: el bestiario alegórico interpreta cada detalle del león (su físico, sus hábitos) como signos divinos, como una serie de metáforas creando una alegoría de Cristo, en el caso del león. Otros animales son interpretados como signos del diablo (dragón), de Adán y Eva (el elefante), de otras figuras o enseñanzas bíblicas.
Mientras que el Fisiólogo describe la historia natural del animal y su interpretación alegórica en el sistema cristiano, los bestiarios médicos en su mayoría carecen de referencias teológicas para enfocarse en los usos medicinales de las sustancias de animales. Aquí un ejemplo del capítulo de la vaca en Das Tierbuch:
Die gebein der rinder, wenn man sy brent vnd sy trinckt: es stelt den flusß des blütz vnd dero frowen zitt. Die äsch von dem horn der ků, vermist mit essich: ist daz man sich salbet damit, heilt morpheam jn dem antlit; vnd wenn man das tüt jn die nasen, so heilt es den flusß des bluttes. § Item die gall von dem stier, vermist mit honig, heilt die bösen eyssen. (Minner, I, 1-4, citado en Polhill, Tierbuch, 35) [Bovine bones: when one burns them and drinks them (i. e. the ashes), it staunches a flow of blood and menstruation. Ashes from a cow’s horn mixed with vinegar will cure morpheam (skin disorders) in the face, if one anoints oneself with the mixture; if this (concoction) is inserted into the (patient’s) nostrils, it will also stop a flow of blood (from the nose). Also, bile from a steer mixed with honey cures putrid abscesses. (49)]
Los bestiarios médicos contienen varias recetas basadas en propiedades que podríamos llamar fisiológicas. Quizás la ciencia de hoy en día podría confirmar que bilis u otras sustancias animales tienen propiedades secantes y podrían ser útiles en aliviar un flujo de sangre, por ejemplo. Como es conocido, la ciencia medieval estaba basada en los cuatro elementos y las calidades “húmedo-seco” y “fríocaliente”. Cada enfermedad o trastorno tenía ciertas calidades y fue clasificada como enfermedad “melancólica”, “flemática”, etc. El tratamiento médico tenía el propósito de neutralizar las calidades de la enfermedad y reestablecer un balance entre los humores en el cuerpo. Esta es la base fisiológica de varias recetas en los bestiarios médicos y en los herbarios. Otras son más bien recetas del tipo mágico-sugerente, por ejemplo, esta sugerencia para la leche de la yegua:
Vnd die frow, die nut berhaft ist: nimpt die rosß milch, daz sy daz nút weiss, vnd der man glich dar vff mit iro ze schaffen hatt der minn halb: sy enpfacht (Minner, IV, 4, citado en Polhill 37) [If an infertile woman unknowingly drinks mare’s milk, and if one immediately afterwards has sexual intercourse with her, she will conceive. (50)]
También hay recetas con juramentos y amuletos, por ejemplo, la recomendación de llevar consigo la espuela del gallo para triunfar en los procesos jurídicos:
Vnd wenn du wellist erhöcht werden vber dinen wider sträbenden in der sach: § Nim den sporen des hanen von dem rechten füs vnd trag jnn by dir: so vberwindistu. (Minner, XVIII, 3, citado en Polhill 41) [If you want to win against your opponents in a dispute, take a rooster’s spur from the right leg and carry it with you: in this way, you will win. (53)]
Hay varios ejemplos de bestiarios médicos medievales en latín, tales como el Liber medicinae ex animalibus por Sexto Plácito (y De taxone); Liber sexaginta animalium, atribuído a Rhazes; y el “Bestiarium” en Pseudo-Serapion (Ibn Wāfid), De simplicibus medicinis.
El Liber medicinae ex animalibus de Sexto Plácito es probablemente el bestiario médico más conocido de la época medieval europea. Está casi siempre transmitido en los manuscritos en conjunto con el anónimo De taxone, un tratado sobre los usos medicinales del tejón, y también en conjunto con el herbario de Pseudo-Apuleius y otro tratado De herba vettonica. Todos estos tratados, incluyendo el de Sextus Placitus están vinculados con la medicina romana y fueron compuestos probablemente en el siglo IV después de Cristo aproximadamente. Existe una redacción larga con más de 30 animales, y una más breve que describe solamente 12 animales. Hay varios manuscritos en latín y también traducciones en los vernáculos europeos. [3]
El Liber sexaginta animalium es atribuído al médico persa Muhammad ibn Zakarīyā ar Rāzī (Rhazes). 4 Contiene capítulos sobre 56 animales, incluyendo a los seres humanos. El original en árabe aparentemente se ha perdido. Fue traducido al latín en la Edad Media tardía y hay numerosas copias en los códices medievales y en los libros impresos de los siglos XV y XVI. En la traducción en latín varios de los animales aparecen con nombres árabes.
De simplicibus medicinis por PseudoSerapion, corresponde en parte con el tratado médico árabe Libro de medicamentos simples por Ibn Wāfid. 5 Este bestiario difiere en su estructura de los otros ejemplos porque contiene capítulos no solamente sobre animales enteros, como “rana” o “caracol”, sino también sobre órganos como “hígado” o “pulmones” y sus usos en la medicina.
En la Edad Media tardía aparecieron traducciones y adaptaciones de estos y otros bestiarios médicos en los vernáculos europeos (francés, alemán, italiano, inglés, etc.). Hay tres ejemplos hasta ahora identificados de bestiarios médicos compuestos en el alemán medieval: adaptaciones alemanas del Liber medicinae ex animalibus por Sexto Plácito, por ejemplo, Das puch von den tieren del ms. Debrecen R 459; el bestiario médico de Johannes Hartlieb en su adaptación del Buch der Natur de Konrad von Megenberg; y Das Tierbuch de Hans Minner. Todos se encuentran en manuscritos del siglo XV. Todos son adaptaciones en alemán de textos medievales, compuestos originalmente en latín o en árabe, pero de distintas índoles. Sexto Plácito representa la medicina romana transmitida a Europa medieval. Nunca contenía muchos animales no europeos. Hubo transmisión continua de este texto desde la caída del Imperio Romano hasta la Edad Media tardía durante la época medieval. El bestiario de Hartlieb proviene de la tradición enciclopédica europea de los siglos XIII-XV. Combina varias tradiciones epistemológicas: la romana, la local, la árabe, la greco-árabe. Finalmente, Das Tierbuch de Hans Minner es evidencia de la predominancia de la influencia árabe en la medicina y ciencia de la Edad Media tardía europea. Sin embargo, los bestiarios de Hartlieb, y sobre todo el bestiario de Minner, han eliminado las referencias a animales del Medio Oriente o Asia, para adaptar sus bestiarios al contexto europeo medieval tardío.
La edición de Das Tierbuch
Mi primer libro fue una edición, comentario y diccionario sobre Das Tierbuch, que significa literalmente “libro de animales”. Este bestiario médico no posee muchos adornos ni cuenta con ilustraciones, sino que fue compuesto por un administrador de una farmacia de estatus social humilde en Zurich en el siglo XV. Hans Minner utilizó varias fuentes para compilar su obra en manuscrito Marburg 81: sobre todo, traducciones latinas de tratados farmacéuticos árabes, notablemente el tratado de Pseudo-Serapión, y, para Das Tierbuch, el Liber sexaginta animalium de Rhazes. Contiene capítulos sobre 23 animales, y un último capítulo con tres animales.
En términos generales, para hacer una edición de un texto medieval, hay que tomar en cuenta las diferentes versiones del escrito en los varios manuscritos. Si hay más de un manuscrito con el mismo texto, entonces un editor tiene que decidir cuál o cuáles de los manuscritos va a utilizar como base para su edición. Variantes de otros manuscritos pueden aparecer en el aparato crítico. Das Tierbuch de Hans Minner es un autógrafo, y único ejemplar. Entonces, en mi caso, no tuve que decidir cuál manuscrito usar como base para la decisión, pues solamente existe una versión. El aparato crítico en mi edición, en vez de incluir variantes textuales de otros manuscritos, demuestra diferencias entre la versión que aparece en el manuscrito y mi edición.
Para hacer la edición, había que primero descifrar el texto y hacer una transcripción. Descifrar el texto involucra aprender y acostumbrarse a la escritura del escriba o autor. También hay que conocer qué significan las abreviaturas. Los manuscritos medievales contienen muchas abreviaturas ya que el papel era costoso y había que conservar espacio.
Después de haber descifrado y transcrito el texto, había que optar por normalizar el texto en la edición o dejarlo en su apariencia original. Decidí intentar reproducir el texto tal como aparece en el manuscrito en la medida que fuera posible. Esto es ahora la tendencia en el campo de Estudios Medievales. Cuando se comenzó a hacer ediciones críticas, sobre todo en el siglo XIX, intentaron reproducir “el texto original” e hicieron muchas intervenciones en los textos que aparecen en las ediciones críticas, corrigiendo palabras y pasajes, y a menudo cambiando el sentido del texto. Ahora se reconoce que quizás no hubo un “original” de un texto, y de todas formas cada versión encontrada en los manuscritos es válida como objeto de estudio en su propio contexto histórico, literario y lingüístico. Por lo tanto, las ediciones recientes intentan preservar el texto encontrado en los manuscritos. Intentan describir también el contexto específico del códice. Con la digitalización y la época de Internet, es posible hacer ediciones hipertextuales y demostrar todas las variantes en los manuscritos a la vez. El Internet y las computadoras están revolucionando los Estudios Medievales. Por ejemplo, en algunas bibliotecas y universidades están digitalizando los manuscritos medievales y los libros de la temprana modernidad, lo que aumenta drásticamente la disponibilidad de estos textos para investigadores y, a menudo, para el público en general. Si el acceso sigue abierto y gratis, esto será una gran herramienta para mi campo de investigación. En cambio, si empiezan a restringir el acceso, o a exigir pago para el acceso, entonces esto va a cerrar los Estudios Medievales para la mayoría de los investigadores que no trabajan en las Universidades adineradas. Tengo que advertir, lamentablemente, que esto ya está pasando con algunas de las bases de datos, por ejemplo, con una que es importante para los estudios medievales alemanes, el Verfasserlexikon, que ahora cuenta con una versión nueva en línea, pero desafortunadamente el acceso no es público ni gratis. Crea otra desigualdad entre los que cuentan con recursos y los que carecen de ellos.
Mi libro contiene varias herramientas necesarias de la disciplina: edición crítica y comparativa, traducciones, y un diccionario. Casi siempre en los Estudios medievales y premodernos o modernidad temprana es necesario este tipo de trabajo descifrando y contextualizando el texto, antes de poder hacer un análisis crítico del contenido. Mi libro me ha servido para varias de mis investigaciones posteriores en estudios culturales donde analizo las implicaciones de género y clase social, por ejemplo, de las recetas médicas. En otras investigaciones vinculo esta receta y otras parecidas con la tendencia que vimos en Das Tierbuch y otros tratados farmacéuticos del siglo XV de intentar controlar la sexualidad y reproducción de las mujeres.
Después de mi edición de Das Tierbuch, el Dr. Gerold Hayer de la Universidad de Salzburg y Dr. Bernhard Schnell de las Universidades de Göttingen y Würzburg confeccionaron una edición del bestiario farmacéutico de Johannes Hartlieb. Los Drs. Schnell y Arthur Groos de la Universidad de Cornell acaban de publicar una edición de das puch von den tieren. Participé en este último proyecto, junto a otros investigadores de Europa y las Américas. En mi contribución investigo el desarrollo del género literario-científico de los bestiarios médicos medievales alemanes. Comparo los bestiarios médicos alemanes con sus respectivas tradiciones para apoyar mi hipótesis de que este género literariocientífico se desarrolló de tradiciones farmacéuticas y textos muy diversos (Das puch von den tieren, una traducción de Sexto Plácito, proviene de la tradición romana; el bestiario de Hartlieb surgió de la tradición enciclopédica; y Das Tierbuch de la influencia árabe). Los tres tipos de bestiario médico alemán, entonces, se desarrollaron de tradiciones distintas: farmacéuticas y no farmacéuticas, europeas y no europeas. Sin embargo, para el siglo XV las traducciones de los textos han reorganizado y reinterpretado la información de tal manera que forman textos con una estructura y contenido parecidos. Entonces, designo ellos los bestiarios farmacéuticos o médicos alemanes, textos que se enfocan en los animales y sus usos en la medicina, y que incluyen sobre todo los animales europeos (hay muy pocas referencias a animales no europeos en ellos).
Para concluir, me gustaría comparar mi edición del Tierbuch en ciertos aspectos con los bestiarios medievales alemanes que investigo. Estos bestiarios del siglo XV son algunos de los últimos textos que aparecen en códices medievales antes de las ediciones hechas con la imprenta. Igual, mi edición representa (probablemente) una de las últimas ediciones impresas. Su forma principal es un libro, aunque tengo los archivos en Word que puedo subir en línea. Si fuese a hacer una edición nueva de otro texto medieval, optaría por una edición hipertextual, completamente en línea. Con una edición en línea se podría añadir enlaces a fotos de los manuscritos, enlaces a la literatura secundaria relevante, enlaces a diccionarios y entradas de enciclopedias. Las posibilidades para interconectar una edición en línea con otros recursos son mucho más amplias que en el caso de un libro aislado. Este aspecto de nuestra época, la transición de medios para la transmisión de información, es obviamente parecido a la situación en el siglo XV y la transición que se llevó a cabo entre los códices medievales y los libros impresos. Es otro paralelo que compartimos con la época medieval tardía: la redistribución y nuevo acceso a la información.
Notas
1 Agradezco la ayuda editorial de mi ayudante de investigación, la estudiante graduada del Departamento de Literatura Comparada, Denise Salas Pitre, y el apoyo financiero (PEAF) por parte del Decanato de Estudios Graduados e Investigación de la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras.
2 Para un ejemplo de un manuscrito de Pseudo-Apuleius, vea MS. Ashmole 1431: St. Augustine’s abbey, Canterbury; 11th century, c. 1070-1100. Universidad de Oxford, Bodleian library. http://www.bodley.ox.ac.uk/ dept/scwmss/wmss/medieval/mss/ ashmole/1431.htm
3 Para más información sobre las redacciones del Liber medicinae ex animalibus, vea Santos Paz. 4 Para más información sobre el Liber sexaginta animalium, vea, por ejemplo, Ventura. 5 Vea, por ejemplo, Dilg y Pormann, sobre todo pp. 236-238, confirmando los hallazgos de Juan Carlos Villaverde.
Obras citadas
Dilg, Peter. “The Liber aggregatus in medicinis simplicibus of Pseudo-Serapion: An Influential Work of Medical Arabism”. Islam and the Italian Renaissance, editado por Charles Burnett y Anna Contadini, The Warburg Institute, 1999, pp. 221-231.
Hayer, Gerold y Bernhard Schnell, editores. Johannes Hartlieb ‘Kräuterbuch’, Reichert, 2010.
Kennon, Joshua. “10 Secrets of the Capitalist Class, or the One Percent”. The Balance: Make Money Personal, 27 de octubre de 2016, https://www.thebalance. com/secrets-of-the-capitalist-class-358174. Consultado 18 de abril de 2018.
Polhill, Marian. Hans Minners >Tierbuch< (ca. 1478): Edition – Kommentar – Wörterbuch, Königshausen & Neumann, 2006.
___. ‘Das puch von den tieren’: A Late Medieval Pharmaceutical Bestiary. Das ‘Debrecener Pflanzen- und Tierbuch’, editado por Arthur Groos y Bernhard Schnell, Reichert, 2018.
Pormann, Peter E. “Yūhannā ibn Sarābiyūn: Further Studies into the Transmission of His Works”. Arabic Sciences and Philosophy, vol. 14, 2004, pp. 233-262.
Santos Paz, José C. “Acerca de la doble redacción del Liber medicine ex animalibus de Sexto Plácido: Notas previas a la edición”. Les Études classiques, vol. 80, 2012, pp. 343-63.
Ventura, Iolanda. “Medicina, magia e Dreckapotheke: sull’uso delle sostanze animali nella letteratura farmaceutica tra XII e XV secolo”. Terapie e guarigioni. Convegno internauzionale, Ariano Irpino, 5-7 ottobre 2008, editado por Agostino Paravicini Bagliani, SISMEL, Edizioni del Galluzzo, 2011.