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Paradise Lost de John Milton y La Sataniada de Alejandro Tapia y Rivera: El desafío al sistema en verso

Paradise Lost de John Milton y La Sataniada de Alejandro Tapio y Rivera: El desafío al sistema en verso

Jayson J. Cancel López

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[literatura-crítica-estudios comparados]

En sus contextos históricos, Paradise Lost y La Sataniada fueron obras que desafiaron valientemente los sistemas político-religiosos establecidos como las potencias económicas que definían los espacios de sus respectivas épocas. Tanto el poema de Milton como el de Tapia afrontaron el poder establecido, señalando cómo estos utilizaban la religión para establecer el control absoluto de una nación, la Iglesia Anglicana en Inglaterra y la Iglesia Católica en España. Como es de esperar, ambos escritores recibieron en respuesta la opresión, consecuencia inevitable de desafiar un poder autoritario a partir del contenido de sus obras literarias.

Paradise Lost es una adaptación del mito de la creación judeocristiana al estilo de los clásicos griegos y las tradiciones del relato en el verso narrativo de la épica. Comienza con la expulsión de Lucifer del cielo y culmina con el destierro de Adán y Eva del Paraíso. Nos presenta el origen del mal en el hombre, esto a través de la batalla primordial entre el bien y el mal, la creación del infierno y la corrupción del ser humano a través de Satán en los jardines del Edén.

El poema emprende in medias res, con la narración en retrospectiva de la rebelión de Satanás y la gran batalla que tomó lugar en el cielo, causando el destierro de los rebeldes y su líder al infierno. Si revisita- mos una épica griega como La Odisea de Homero, de inmediato hay una similitud. Homero comienza la historia narrando en retrospectiva la gran batalla que tomó lugar en Troya y la eventual destrucción de la ciudad. Otra tradición homérica presente en Milton es la invocación de la Musa para que ilumine al poeta en la creación y narración de la historia que va a contar. Es una actitud similar a la del hablante de La Odisea, en la cual Homero pide a la Musa que narre lo sucedido en Troya.

Lucifer vive en el infierno junto a la alegoría de sus hijas, Pecado y Muerte. En el abismo, el tormento y el caos reinan sobre los ángeles que han caído con Lucifer, y este los une y armoniza en un discurso en el que justifica la acción tomada por estos en el cielo. Argumenta sobre su indisposición a adorar a su creador, critica el régimen de Dios y expresa a sus seguidores que es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo. Proceden a reunirse con Lucifer los ángeles de alto rango junto al resto en una conferencia que culmina con la revelación del plan para vengarse de las acciones de Dios en contra de su gente.

El plan consta en viajar hacia el Edén, la nueva creación de Dios, y sabotearla mediante la corrupción de la nueva raza humana que en este lugar habita. Lucifer cumple su promesa a sus seguidores. En una salida animosase aventuran a descubrir este nuevo mundo viajando por las regiones del caos.

Presenciando Dios la andanza de Lucifer a través del caos, le revela a su hijo Adán la caída del hombre en el pecado, debido a la desobediencia al comer del árbol de la vida. Este evento lleva al hijo a tomar la decisión de expiar con su propia muerte el pecado de la raza humana. La llegada de Lucifer al paraíso pone en peligro la felicidad de la raza humana por lo que Dios envía al arcángel Rafael para que le advierta a Adán y a Eva sobre el enemigo recién llegado al Edén. Rafael le cuenta a Adán el origen de Lucifer y su eterna condena, conversación de la cual Eva no formó parte; ella prefiere escuchar lo discutido en los labios de su compañero.

Convertido en serpiente, Lucifer estudia detenidamente a los humanos hasta descubrir la forma de llevarlos al pecado con la fruta prohibida. La serpiente se aprovecha de Eva en un momento de soledad, le dice que el don de habla y la sabiduría que posee se la debe al fruto del árbol que le prohíbe Dios. La serpiente convence a Eva, y al comer del fruto le lleva de este a Adán para que coma. A pesar de reprocharle a Eva su acto de desobediencia, y advertido de las consecuencias por venir, Adán toma la decisión de condenarse junto a Eva y come de la fruta.

Lucifer triunfador es recibido en el filo del mundo por sus hijas, Muerte y Pecado, las cuales construyen un puente conectando la tierra y el infierno para celebrar el logro de su padre. Ambas llegan a la tierra por primera vez. Lucifer entra triunfante al infierno revelando a su legión el triunfo de su hazaña, pero en vez de aplausos este ve como todos los habitantes del infierno se convierten en serpientes junto a él, castigo que impone Dios por sabotear su creación.

En el paraíso, el arcángel Miguel es enviado por Dios para expulsar a la pareja de humanos como castigo por su transgresión, no sin darles una noticia de esperanza; la salvación de la humanidad y su reunión con Dios está en sus propias manos, en las decisiones que ésta, la humanidad, tome en su existencia. Con este rayo de esperanza la pareja sale del paraíso y comienza su aventura mortal en un nuevo mundo.

Paradise Lost está escrito en verso blanco inglés sin rima, en diez libros con una totalidad de más de 10,000 versos en su primera edición (1667), y en doce libros en su segunda edición del 1674; esta segunda, en alusión a la Eneida de Virgilio. La elección de este estilo se debe tanto a razones de estética como del sustrato ideológico que acompaña la forma. Recordemos que este poema fue escrito en el periodo de la restauración de la monarquía inglesa, evento que Milton repudiaba fervientemente. En esta época el verso blanco se consideraba anticuado por los poetas más influyentes de la restauración, prefiriendo las coplas heroicas con rima. y convirtiéndolas en el estilo popular de la época. El principal patrocinador fue el laureado vate John Dryden.

En la introducción a la edición del 1674, Milton prologa al lector una breve explicación sobre su apuesta por el verso narrativo en contraste a la popularidad de las coplas heroicas:

The measure is English heroic verse without rhyme, as that of Homer in Greek and Virgil in Latin; rhyme being no necessary adjunct or true ornament of poem or good verse, in longer works specifically, out the invention of a barbarous age, to set off wretched matter and lame meter; graced indeed by the use of some famous modern poets, carried away by custom but much to their own vexation, hindrance and constraint to express many things otherwise, and for the most part worse than else they would have expressed them. (Milton, 2)

Esta introducción es entre otras cosas un desafío intelectual a la escena literaria de la monarquía inglesa formalmente reestructurada. Posiblemente, no apareció en la primera edición del 1667 para evitar más contratiempos de los que este se encontró para obtener las licencias de publicación, debido a su reputación y percepción ante la mirada de la autoridad monárquica inglesa.

Sin duda alguna, Paradise Lost es una de las obras más influyentes en la literatura inglesa, especialmente a partir del siglo XIX donde los escritores de la época prefirieron de nuevo el uso del verso narrativo inglés por sobre las coplas heroicas popularizadas en el siglo XVIII. Ejemplos de esto son las obras de Percy Bysshe Shelley, los poemas de William Wordsworth, entre muchos otros poetas del denominado romanticismo inglés del siglo XIX. En esta línea de pensamiento Tapia ve en Milton el ideal de la literatura satánica y, en su poema épico, una obra con un personaje revolucionario del movimiento, este siendo Satán.

El pensamiento literario de Tapia se expone en su libro Conferencias de estética y literatura (1881) donde entabla una discusión sobre la subjetividad de la belleza en el arte. En tal marco, la referencia al modelo de Satán de Milton resulta un claro ejemplo en su línea de pensamiento:

Pero para probaros, en fin, que la belleza moral esto es: la conformación del objeto con las leyes del bien, o sea, lo bueno, no es siempre la belleza del arte, sí que esta deja de ser substantiva y completa por no ser aquella, os preguntare, si Satán, que es la perfección, el ideal de lo malo, porque es la significación de este principio, no es acaso la figura más artística de la creación, tal como nos la pinta Milton en su Paraíso Perdido para el hombre, y que yo llamo ganado para el arte. (Tapia, 59)

Después de este ejemplo Tapia hace énfasis en aclarar la diferencia del Satán de Milton con el diablo de las creencias y supersticiones religiosas:

No se trata por supuesto del diablo con cuernos y con rabo, como lo suponen las viejas, como sirve de bú a los niños, y como lo imaginó la edad media, aquella edad de niños gigantes y de hombres viejos. (Tapia, 59)

El impacto que tuvo este personaje en Tapia se concreta en la creación de su poema épico La Sataniada (1874) presentando una necesidad artística por expandir y abundar más en el tema partiendo del modelo épico miltoniano. Esta influencia en la obra de Tapia demuestra el alcance transatlántico de la obra de Milton en el siglo XIX, alcance que llega hasta la isla de Puerto Rico al sistema versado de Tapia.

Subtitulada como la “grandiosa epopeya dedicada al príncipe de las tinieblas,” La Sataniada se ocultó entre pseudónimos y publicaciones secretas por un círculo de personas en Puerto Rico, para proteger, tanto al texto como al autor, de los inevitables conflictos que este podía encontrar con la autoridad española de su época. El poema nos remonta en un viaje simbólico a través de las distintas aéreas del infierno a través del foco narrativo de Crisófilo Sardanápalo, narrador y personaje principal del mismo. Junto a Satán, este explora ampliamente el mundo del príncipe de las tinieblas, un mundo dividido en tres ciudades: Diablópolis, Limbópolis y Leprópolis. Cada una de las urbes presenta un estado del hombre, ya que el infierno de que visita Crisófilo, más que uno teológico es uno filosófico, una sátira a la maldad en el ser humano.

El poema nos ubica en un sueño que tiene Crisófilo Sarandápalo, narrador de la aventura y aparente autor. Este sueña con montañas de oro que despiertan en él la avaricia y el deseo de poder a cualquier costo, momento perfecto en que interviene el propio Lucifer, prometiendo oro y riquezas a Crisófilo. El poeta duda de la oferta, pero al escuchar el testimonio de la caída de la divinidad despierta en el narrador un estímulo de simpatía, y cuando Lucifer argumenta sobre la semejanza entre ambos, lo invita a su hogar reiterando las promesas. Aunque un poco escéptico, Crisófilo parte con Satán hacia Diablópolis.

Se erige en el infierno la lujosa capital del príncipe de las tinieblas y el centro de toda negación cristiana. A la llegada de Crisófilo lo recibe en el palacio una ceremonia en que personajes vestidos de clero la dedican a la estatua de Belcebú. El lugar es uno lleno de mujeres que evocan la lujuria. En este lugar Crisófilo conoce a Francisca de Rímini, la cual Satán conduce para que cometa adulterio con el narrador épico.

La presencia del narrador en Diablópolis antagoniza con la de los ministros de Satán, los cuales protestan por las libertades que goza Crisófilo en las regiones del demonio. Satán, para destruir los argumentos de la horda, presenta la cara de Voltaire, temida por todos como símbolo de burla satánica. Explorando la capital, Crisófilo encuentra a Cristo, apresado en un oscuro calabozo. Satán revela cómo utiliza a un Cristo falso para controlar la humanidad a través de la religión. Lucifer otorga total libertad a Crisófilo para que visite las otras regiones del infierno. A la salida de Diablópolis, presencia la prometeica condena de Gutenberg, sentenciado por su luminosa creación: la imprenta.

Acompañado luego por Lord Byron, Crisófilo visita la ciudad de Limbópolis donde rige la neutralidad en sus habitantes, que ni odian ni aman. De aquí parte hasta Leprópolis, lugar del bien, del amor y la sabiduría. Un río de sangre corre por esta ciudad de contenido triste y ruin. Esta ambientación lo lleva a regresar a Diablópolis, donde Satán lo recibe con un palacio y una gran fortuna para él. En agradecimiento, el narrador le ofrece una gran fiesta a Lucifer y en esta se enamora de Laura, la inspiradora de Petrarca. Al casarse Crisófilo y Laura, se aparece Eva, habitante de Leprópolis, e intercede para que se anule el matrimonio, lo cual Satán de mala gana se obliga a acatar.

Eva busca a Confucio y a Sócrates para armar la revolución contra Satán, y al ellos aceptar motivan a Gutenberg a desencadenar a Cristo en el momento en que sus torturadores se distraen, evento que da comienzo a una batalla en el infierno. Cristo y Sócrates se hermanan, llevando a Satán a la ira y la maldición, derrotado por esta unión de amor y fe. Procede aquí Satán a viajar con Crisófilo, esperando recobrar la fuerza necesaria para reclamar la capital perdida. En la travesía ambos pasan una noche en un convento. Satán se esconde detrás de una imagen de Cristo para burlarse de una monja que rezaba en el lugar, evento que es interrumpido por Eva y Cristo nuevamente, quienes aparecen irradiando de una fuerte luz. La monja se asusta, y al pensar que esta luz es el diablo continúa rezándole desesperada a la imagen para gozo de Lucifer.

En su plan para reconquistar sus dominios, Satán se vale del ateísmo como el arma para la crucifixión del bien, y engañando a Eva con una falsa demostración de arrepentimiento logra encadenar a Cristo y retoma su lugar en Diablópolis. Al verse derrotada Eva profetiza el fin de Satán mientras éste la ignora y declara fiestas especiales para la celebración de su retorno triunfal.

Al concluir esta aventura, Crisófilo procede a presentar la escritura de la misma a los académicos de Satán. Estos tildan la obra de herética porque en ella ha llamado Diablo a Satán e Infierno a su dominio y conducen al narrador a una hoguera. En el humo y el calor que se apodera de su cuerpo Crisófilo lanza un grito de agonía y despierta. Todo ha sido un sueño y mientras medita sobre lo atestiguado se le presenta Minerva con una noticia de esperanza: la liberación del verdadero Cristo se puede lograr a través de la humanidad.

El estilo del poema es la octava real y consiste de 8,101 versos repartidos en treinta cantos, utilizando la simetría con fines satíricos para darnos una impresión de orden satánico. El estilo de la octava real y sus armonías compactas eran mucho más populares en el siglo XVIII y siglos anteriores que en el siglo XIX. Posiblemente Tapia adopta este estilo para darle un toque de antigüedad a la par con clásicos de siglos anteriores como Jerusalén Liberada de Tasso (1544-1595) La Araucana de Ercilla (1553- 1594) y la Fábula de Polifemo y Galatea de Góngora (1561-1627), entre muchos más.

fue publicada secretamente en la isla en una edición de diez ejemplares y Alejandro Tapia Díaz, hijo de Tapia y Rivera, le explicó al ya citado Martin que “no se publicaron para su venta y su impresión fue costeada por varios amigos del autor para la conservación de la obra” (Martín 3). No se sabe con exactitud en qué fecha se publicó esta versión secreta, aunque la misma debió ser antes de la versión madrileña, ya que posiblemente esta fue la que se utilizó como modelo para la edición de Madrid del 1878.

Aunque no se esperaba, La Sataniada tuvo éxito y se vendió a un gran público y a los intelectuales de la época, recibiendo Tapia no solo de España, sino de Nueva York y el resto del mundo, varios elogios a su poema. La creciente fama de Tapia fue bruscamente entorpecida en el siglo XX por la crítica de Don Marcelino Menéndez y Pelayo en 1911, autoridad que hizo caer sobre la obra el olvido y el desprecio. Además de La Sataniada otras obras suyas fueron desdeñadas por los críticos de estas primeras décadas en aras de ordenar una literatura nacional como fue el caso de La Cuarterona y la crítica hacia la misma por Antonio S. Pedreira el cual veía este drama como uno lejos del núcleo literario nacional:

Sus dramas y novelas más importantes no tienen la sazón de nuestra biología y nuestra geografía […] distanciando su obra en otros climas. (Pedreira, 73)

El último en investigar La Sataniada para una disertación fue Alejandro Pérez Rojas en el 1996, con su disertación de tesis Lo popular y lo culto en La Sataniada de Alejandro Tapia y Rivera. Recibió su grado de maestría póstumamente en el 2002 y nos comenta en su conclusión:

Todavía falta mucho que analizar de esta gran obra monumental que es La Sataniada. Hay muchos ángulos que estudiar y puntos de vista elípticos. (Pérez, 103)

Bibliografía

Martín, José L. Análisis estilístico de La Sataniada de Tapia. Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1958.

Milton, John. Paradise Lost: A Norton Critical Edition. Ed. Gordon Teskey, Norton, 2005.

Pedreira, Antonio S. Insularismo: Ensayos de interpretación puertorriqueña. Clásicos comentados de la literatura puertorriqueña, Editorial Plaza Mayor, 2001.

Pérez, Alejandro. Lo popular y lo culto en La Sataniada de Alejandro Tapia y Rivera. Disertación, Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 2002.

Tapia, Alejandro. Conferencias de estética y literatura. 1881.

___. La Sataniada. 1867. Editorial Edil, 1975.

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