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Margarita Navarro Valladares

Margarita Margarita Navarro Valladares Navarro Valladares

“Era mucho más fácil (que para mis padres) elegir un establecimiento educacional, claro que era según quien tuviera para pagar.”

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Mi nombre es Margarita Navarro Valladares, nací en 1969, tengo 51 años, soy mamá de Valentina.

Acerca de mi educación… A los cinco años entré a kínder, en 1974. En ese entonces ya existían los colegios subvencionados y particulares, era mucho más fácil (que para mis padres) elegir un establecimiento educacional, claro que era según quien tuviera para pagar.

De kínder a 4to básico estudié en un colegio municipal, luego mi mamá decidió cambiarme a uno particular, porque creía que los estudios me ofrecerían un mejor futuro y me veía potencial, el cual no iba a poder explotar en el colegio al que asistía.

Luego de 5to a 8vo básico entré al Colegio Particular Elena Requena, el cual era solo de mujeres y no se veían grandes diferencias entre las estudiantes.

Nuevamente, pensando en lo mejor para mi futuro, mi mamá decidió matricularse en un comercial, así, si no llegaba a estudiar en la universidad, tendría igual un título técnico para poder encontrar trabajo.

Fue así como entré en 1ro medio al Instituto Comercial Blas Cañas, que era particular subvencionado. Era un colegio muy exigente y estricto, la disciplina era lo más importante y yo nunca fui muy disciplinada, si bien mi madre era muy dura conmigo, a mí me gustaba pasarlo bien, tenía mucha energía, me gustaba resaltar y participar, me costaba también seguir las reglas, por eso, cuando me echaron de ese colegio, tenía tanto miedo de contarle a mi mamá, porque me iba a sacar la cresta… así que le pedí a una señora en la calle que se hiciera pasar por mi apoderada, para que firmara los papeles de aviso de expulsión. Al final mi mamá igual se enteró y sí me sacó la cresta.

En ese tiempo la relación con adultos era super vertical, así era con mi mamá y mi papá, pero también con mis profesores. A veces sentía que era una relación más dictatorial que de respeto, les teníamos harto temor, siempre tenían la última palabra y no nos quedaba nada más que obedecer.

En 3ro medio, tuve que entrar al Liceo Comercial A29, estuve hasta lo que en ese entonces se llamaba 5to medio, que era un último año de un técnico, yo opté al título técnico de Secretariado Administrativo, con mención en inglés. Ese año conocí a mucha gente y también me abrí a un mundo político muy distinto al de mi hogar…

Mi madre era funcionaria de la FACH, era simpatizante de la dictadura de Au gusto Pinochet. Pero mis compañeras se organizaban para escapar del colegio y hacer lienzos, pasamontañas e ir a las marchas en contra del régimen; yo iba escondida porque mi familia jamás me habría permitido ir a esas cosas.

Nuestros profes eran super exigentes y autoritarios también, pero teníamos por ahí un par de cómplices, que no de cían que nos vieron o nos ayudaban a escaparnos, como el Dióscoro Rojas, el guachaca, era nuestro profe de música. Nos decía que había que luchar, siempre luchar.

Tuve lindos aprendizajes en el colegio, a pesar de todo. Cuando salí, tuve mi primer trabajo como secretaria, pero no duré más de un mes, porque me hicieron servir cafés, y yo les dije que no había estudiado para servirle café a nadie, así que renuncié y nunca más trabajé de secretaria…

Yo estudié de grande, a los cuarenta y tantos. El 2011 saqué un técnico en administración de empresa y el 2016 me titulé de ingeniería en administración de empresa. Fue un proceso difícil, entre trabajar, estudiar y criarlos a us tedes, mis hijos, pero fue muy lindo que ya fueran lo suficientemente grandes para ver mi ceremonia de titulación y que vivieran eso conmigo.

Si yo pudiera volver el tiempo atrás, habría estudiado en la universidad de joven, habría entrado a teatro tal vez, por eso mismo mi deseo como madre es darles educación a mis hijos, es el mayor tesoro que les puedo dejar, es un proceso muy maravilloso, el aprendizaje es una herramienta que les dará futuro.

Mi madre era funcionaria de la FACH, era simpatizante de la dictadura de Augusto Pinochet. Pero mis compañeras se organizaban para escapar del colegio y hacer lienzos, pasamontañas e ir a las marchas en contra del régimen; yo iba escondida porque mi familia jamás me habría permitido ir a esas cosas.

Nuestros profes eran super exigentes y autoritarios también, pero teníamos por ahí un par de cómplices, que no de cían que nos vieron o nos ayudaban a escaparnos, como el Dióscoro Rojas, el guachaca, era nuestro profe de música.

Tuve lindos aprendizajes en el colegio, a pesar de todo. Cuando salí, tuve mi primer trabajo como secretaria, pero no duré más de un mes, porque me hicieron servir cafés, y yo les dije que no había estudiado para servirle café a nadie, así que renuncié y nunca más trabajé de secretaria…

Yo estudié de grande, a los cuarenta y tantos. El 2011 saqué un técnico en administración de empresa y el 2016 me titulé de ingeniería en administración de empresa. Fue un proceso difícil, entre trabajar, estudiar y criarlos a ustedes, mis hijos, pero fue muy lindo que ya fueran lo suficientemente grandes para ver mi ceremonia de titulación y

Si yo pudiera volver el tiempo atrás, habría estudiado en la universidad de joven, habría entrado a teatro tal vez, por eso mismo mi deseo como madre es darles educación a mis hijos, es el mayor tesoro que les puedo dejar, es un proceso muy maravilloso, el aprendizaje es una herramienta que les dará futuro.

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