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La alimentación como solución, ciudades como laboratorio

Introducción

La alimentación como solución, ciudades como laboratorio

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¿Qué es una Ciudad por el Cambio Alimentario (Food Smart City, en inglés)? ¿Otro concepto de moda?, ¿o describe algo más allá? Por nuestra parte, se trata de esto último, y el libro en sus manos es prueba de ello. Una Ciudad por el Cambio Alimentario es una ciudad que utiliza los alimentos como palanca para resolver los problemas de nuestra época.

Los alimentos están en la encrucijada de algunos de los desafíos más críticos: cambio climático, seguridad alimentaria, pérdida de biodiversidad, salud, empleo... Hoy, la industria alimentaria mundial emplea a más de 1,000 millones de personas y genera alrededor del 10 por ciento del PIB mundial. Desafortunadamente, la agricultura y la alimentación también son una de las principales causas del cambio climático: el IPCC (PICC - Panel Internacional sobre el Cambio Climático) estima que las emisiones de gases de efecto invernadero del sistema alimentario mundial representan entre 21 y 37 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero humanos. Al mismo tiempo, la agricultura tiene el potencial de compensar y fijar alrededor del 20 por ciento de las emisiones anuales a través de técnicas mejoradas de manejo del suelo. En países de bajos ingresos, el gasto en alimentos en las ciudades puede llegar a dos tercios del gasto familiar. Como resultado, una de cada cuatro personas vive en una situación de inseguridad alimentaria moderada o severa. Todos estos son desafíos no se hacen más pequeños con el tiempo. Para 2050, el mundo tendrá casi 10,000 millones de personas, y dos de cada tres personas vivirán en ciudades. Son muchas personas que tienen que convivir en una superficie limitada, vivir, trabajar... y comer. ¿Y qué pasaria si usamos los alimentos como una solución a todos esos desafíos? ¿Y si las ciudades sirven como laboratorio para descubrir el sistema alimentario de mañana? Se espera que el 80 por ciento de todos los alimentos se consuman en las ciudades. La agricultura urbana solo podrá suministrar una cantidad limitada. Pero las ciudades pueden obtener mucha comida de las áreas circundantes: el 40 por ciento de la tierra cultivable del mundo está en un radio de 20 kilómetros de las ciudades. Las ciudades son más ágiles en la toma de decisiones y pueden actuar más rápido que otros niveles de gobierno para experimentar con soluciones innovadoras. Como pioneras, pueden influir en otras ciudades y actores para que sigan su ejemplo. Las ciudades están cerca de los ciudadanos y pueden involucrarlos en la toma de decisiones, lo que ofrece oportunidades para nuevas formas de participación en las que los ciudadanos se convierten en coautores de la política alimentaria urbana.

Del potencial a la realidad

¿Estamos dando nuestros sueños por hechos? No, porque lo que describimos anteriormente se hace más real a diario.

Entre marzo y agosto de 2019, tres periodistas de la revista Eos Tracé - Marieke van Schoonhoven, Dieter De Cleene y Melissa Vanderheyden - visitaron ciudades asociadas al programa Ciudades por el Cambio Alimentario de Rikolto, denominado Sistemas Alimentarios Sostenibles y Resilientes (SAS) en Latinoamérica. Descubrieron iniciativas que hacen accesibles al ciudadano alimentos más seguros, saludables y sostenibles. En cada visita se reunieron con una docena de actores: agencias gubernamentales, vendedores de alimentos, autoridades de mercado, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones sectoriales, procesadores de alimentos, empresas exportadoras, asociaciones de consumidores, investigadores, políticos y ciudadanos comunes. Este libro presenta las historias de nueve ciudades en Vietnam, Bélgica, Tanzania, Indonesia, Ecuador, Honduras y Nicaragua.

En Vietnam, Marieke van Schoonhoven nos lleva a los mercados de alimentos tradicionales de Hanói, donde se venden verduras que no responden a ningún sistema de trazabilidad y que no cumplen con un estándar oficial. Basado en conversaciones con la ciudad y la cooperativa Dang Xa, investiga las posibilidades de un Sistema de Garantía Participativa (SGP) como una posible solución para llevar alimentos seguros y saludables a los mercados de Hanói. Luego nos lleva tras bambalinas en Da Nang para descubrir cómo la primera ciudad Vietnamita adoptó una estrategia de Ciudad por el Cambio Alimentario.

En Bélgica, Dieter de Cleene nos lleva a un recorrido por Gante, la primera ciudad del mundo con un “día de verduras” oficial. Hace seis años, la ciudad adoptó una política alimentaria para ayudar a alcanzar sus objetivos climáticos. Desde entonces, la implementación de ese plan se encuentra bastante avanzado, como lo demuestran iniciativas como la de Foodsavers en Gante, que se centra en reducir el desperdicio de alimentos mediante la distribución a grupos desfavorecidos y escuelas en Gante. También nos da una visión general del programa GoodFood@ School, que apunta a una política alimentaria sostenible para todas las escuelas en Flandes para el 2021. En Lovaina, Marieke van Schoonhoven describe el nacimiento de Kort’om Leuven, una nueva plataforma que distribuye alimentos locales sostenibles a restaurantes y supermercados en la ciudad.

En Honduras, Selene Casanova y Aäron De Fruyt, colegas de Rikolto, nos presentan al Consorcio Agrocomercial de Honduras, conformado por ocho organizaciones de agricultores que suministran alrededor del 90 por ciento de todas las verduras del supermercado local La Colonia. Este modelo no solo permite alimentar a un gran número de consumidores en Tegucigalpa con verduras confiables y seguras,

sino que también es muy beneficioso para los agricultores, que entre 2014 y 2017 vieron aumentar sus ingresos en un 59 por ciento, en promedio.

En Tanzania, investigaciones recientes han demostrado que la población está altamente expuesta a productos químicos agrícolas. Por ello el ayuntamiento de Arusha, la asociación de productores de vegetales de Tanzania, el Instituto de Investigación de Pesticidas, Rikolto y otros socios trabajan juntos en el Comité de Seguridad Alimenticia de Arusha. Dieter de Cleene explica cómo los socios están desarrollando un nuevo modelo que alienta a los vendedores del mercado a vender alimentos seguros de productores cercanos y al mismo tiempo garantizar precios justos para todos.

En Indonesia, las autoridades se enfrentan a una paradoja bastante desagradable: hasta el 35 por ciento de los niños sufre de alguna deficiencia de nutrientes, mientras que el país es el segundo mayor productor de desperdicios de alimentos per cápita del mundo. Marieke van Schoonhoven comparte la historia de grupos cívicos y organizaciones de la sociedad civil en Solo, quienes establecieron un sistema para redistribuir y procesar los excedentes de alimentos de acuerdo con la antigua tradición de repartición de Indonesia. También nos presenta el programa para comedores escolares saludables, una iniciativa que se enfoca en promover hábitos alimenticios saludables en los niños.

En Ecuador, Melissa Vanderheyden investiga cómo la estrategia alimentaria de Quito contribuye a la resiliencia de la capital ecuatoriana. Esta ciudad andina de 2,6 millones de habitantes depende en gran medida del resto del país para su suministro de alimentos. Con más de 3.600 huertos urbanos se considera que la agricultura urbana sería una solución para nutrir la ciudad de una manera sostenible, especialmente en situaciones de emergencia.

En Nicaragua solo tenemos cinco años para salvar el lago Apanás en Jinotega. Un lago en cuyos alrededores se produce el 60% de los vegetales que alimentan a las principales ciudades del país y que, sin embargo, se encuentra amenazado por la sedimentación y la contaminación ambiental. Selene Casanova nos presenta la iniciativa MASLAGO, un grupo de 17 organizaciones que elaboraron un plan de acción para la sostenibilidad ecológica, económica y social del lago, y que lo implementan con un enfoque integrado de gestión del paisaje.

Con esta publicación, esperamos inspirar a más ciudades y actores a comenzar iniciativas que mejoren la calidad y la sostenibilidad de los alimentos. Tal revolución no es sencilla; como muestran las historias en este libro, no existe un enfoque estándar. Cada ciudad es diferente y requiere un trabajo particular.

El camino hacia sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos no es un proceso lineal y los obstáculos en nuestro camino a veces parecen interminables. Nuestra capacidad de aprender y adaptarnos a entornos complejos será decisiva. A través del ensayo y error, los exploradores de hoy sientan las bases para que la próxima generación garantice la accesibilidad de alimentos saludables y sostenibles para todos, hoy y en el futuro.

Esperamos que disfrute leyendo estas historias, tanto como nosotros disfrutamos conociéndolas durante nuestro viaje de descubrimiento.

“Cuando soñamos solos, solo es un sueño. Pero si soñamos juntos, es el comienzo de una realidad nueva.”

Friedensreich Hundertwasser

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