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De la Pluma y el Tintero….
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Arq. Alberto Pérez Quiroga
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corrupaka@gmail.com
Cuidemonos Usemos El Cubrebocas
Gracias por su participación desinteresada durante este 2022 a Vanesa Chico, Don Guillermo Usabiaga, Ing. Federico Gunter
#RESCATA UNA PALABRA# HUSO HORARIO
Para referirse a “Cada una de las veinticuatro partes imaginarias e iguales en que se divide la superficie terrestre, y en las cuales rige la misma hora”, se dice huso horario y no uso horario. La confusión proviene de la creencia que se trata del verbo usar: uso
“Aunque la Escuela sea de Excelencia, la educación necesita familias que enseñen buenos valores”
Un Viejo Sabio Dijo
“En la vida uno tiene que ver en cinco direcciones”.
ADELANTE: Para saber a dónde se va.
ATRÁS: Para no olvidar de donde se viene.
ABAJO: Para fijarse si no se está pisando a alguien en el camino.
A LOS LADOS: Para ver quien te ayuda en el camino.
ARRIBA: Para tener presente que siempre hay alguien que nos cuida y nos protege.
DE TODO CORAZON LES DESEO UN FELIZ 2023 LLENO DE SALUD, AMOR, DE MILES DE BENDICIONES Y EL SEÑOR LOS PROTEJA POR SIEMPRE AL IGUAL QUE A SUS FAMILIAS
Recuperar el sentido de las palabras. Jesús Silva-Herzog Márquez, en su libro La casa de la contradicción , señala, con tino, que el presidente ha colonizado el espacio público con un lenguaje del que muchos se apropian y otros reproducen y que ahoga la posi bilidad de cualquier intercambio productiv o. “La mafia en el poder”, “Ya sabes quién”, “Fifí”, “El Innombrable”, “no lo tiene ni Obama”, etc., no son solo ocurrencias que a algunos les parecen graciosas, sino fórmulas para nombrar sin nombrar, o peor aún, para hacer referencia a entidades nebulosas e inasibles. Escribe JSHM: “La ‘mafia en el poder’ dejó de ser solamente referencia a un grupo político más o menos compact o para convertirse en el malvado imaginario de todos. El diablo personal era algún ‘innombrable’ y el ‘Salvador’ era ‘ya sabes quié n’”.
Esas fórmulas retóricas no sólo resultan brumosas, sino que generan “realidades” inexistentes que acaban conformando ejército s de zombis que las repiten de manera mecánica como si con ello entendieran lo que se encuentra en juego. Se vuelven un sucedá neo del pensamiento y se convierten en una metralla de frases hechas que inundan la conversación pública y la nulifican.
¿Qué decir de la tan traída y llevada Cuarta Transformación? Un dictado del presidente que la emparenta, nada más y nada menos, con la Independencia, la Reforma y la Revolución. Por decreto del titular del ejecutivo estamos viviendo una epopeya. Utiliza el resorte nominalista: los dichos son, de manera inmediata, realidades. Y como bien dice JSHM, no sólo lo repiten sus seguidores, sino e n ocasiones hasta sus críticos. Así, una política errática, destructiva en muchos terrenos, anti ilustrada y que añora el pasado, se transforma por la magia de las palabras en la Cuarta Transformación. Una especie de hechizo del lenguaje que se independiza de la realidad para crear otra alterna, en la que habitan, al parecer, varios millones de conciudadanos.
Dice JSHM y dice bien: “la primera tarea de la crítica es, quizá, recuperar el lenguaje”. Ofrece varias claves: “hablar con e se idioma común que registra la complejidad, que practica el respeto en la descripción del otro. Restablecer la paleta de los claroscuros. Respetar el dato. Escuchar el razonamiento técnico… Apreciar la pluralidad de razones válidas e intereses legítimos”. Creo que le asiste la razón. El debate en el espacio público se está adelgazando. Los razonamientos son sustituidos por dichos mecánicos, los hechos por datos inexistentes, la complejida d de nuestros problemas reducidos a fórmulas simplistas, la diversidad de opiniones realmente existente convertida en dos bandos impermeables. Las descalificaciones además de groseras suelen ser ad hominem. No se valora la argumentación, se leen intenciones (por supuesto perversas). Y el insulto, último recurso de quien se queda sin razones, está presente desde el inicio. Sí, hay que recuperar el lenguaje. Intentar construir un piso común que por lo menos nos permita discernir lo que está ocurri endo. Porque parece que demasiadas personas están viviendo en un mundo edificado con palabras: llamativa s, simples y vacías José Woldenberg Escritor y ensayista.