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CON DRONES LA TECNOLOGÍA 4.0 TAMBIÉN ATERRIZA EN EL CAMPO

Para 2050, el planeta Tierra tendrá alrededor de 2 mil millones de personas más que en la actualidad, según proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Ante este panorama, los agricultores deberán trabajar de la mano de las nuevas tecnologías para hacer más eficiente la producción de sus cultivos con el fin de abastecer la creciente demanda de alimento.

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En ese sentido, los drones son una innovación que forma parte de la Agricultura 4.0 y constituyen una herramienta adicional que complementa el portafolio de tecnologías con los que cuenta el agricultor.

El uso de drones en la agricultura presenta un continuo crecimiento, principalmente en países asiáticos, donde los avances y la regulación dan un marco legislativo y operativo para el uso de estos vehículos.

El uso de drones o vehículos aéreos no tripulados (VANT) tiene una amplia presencia en países asiáticos como Corea, Japón y China.

De acuerdo con un análisis de Goldman Sachs Research, dedicada a la gestión de inversiones, el sector agrícola no es ajeno a la revolución digital que se está desarrollando en el mundo actual.

Goldman Sachs Research afirmó que en el último lustro el sector agrícola fue el segundo mayor usuario de drones en el mundo, solo después de la construcción.

Los drones son una tecnología desarrollada para fines militares, pero actualmente sus aplicaciones son muy amplias.

En el sector agrícola los drones se usan para mapeo de campos; vigilancia y monitoreo de cultivos, plagas y enfermedades; irrigación más eficiente; y aplicación de productos de una forma más segura (por el menor riesgo de contaminación del usuario).

Además traen múltiples beneficios como las aplicaciones de productos fitosanitarios con drones que garantizan una eficiencia del 80 por ciento comparada con otras tecnologías de aplicación como la bomba de espalda o la mochila, que es la herramienta más utilizada en los países andinos y en Centroamérica.

“Este nivel de eficiencia se refiere a que el producto llega a donde tiene que llegar, es decir, la precisión para llegar al objetivo biológico es alta”, explicó Fernando Mora, capacitador en CropLife Latin America.

Otra de las ventajas que tiene el uso de drones para aplicar los plaguicidas es que no hay exposición con el operador, porque no hay contacto directo.

El ahorro de tiempo también hace la diferencia, la aplicación con un dron es 50 veces más rápida que hacerla con una bomba de espalda o mochila.

Finalmente, y no menos importante, se ha comprobado que existe una reducción de hasta el 90 por ciento del agua requerida para la mezcla.

“Estos beneficios relacionados a una mayor productividad, a más seguridad para el operario y a una mayor protección al medio ambiente permiten afirmar que el uso correcto de los drones para la aplicación de agroquímicos contribuye al avance de una agricultura más sostenible en la región”, así lo destacó José Perdomo, presidente de CropLife Latin America, la organización gremial internacional que representa a la Industria de la Ciencia de los Cultivos.

Cada vez más, las regulaciones de los países requieren que los pilotos de los drones sean capacitados y certificados, pero las regulaciones generalmente no estipulan que estén capacitados en el conocimiento y uso responsable de los productos químicos.

Si bien los beneficios del uso de drones son amplios, también existen riesgos, como la deriva hacia cultivos no objetivo, cuerpos de agua y transeúntes; contaminación del equipo e interferencia con el control del operador.

Para minimizar estos riesgos y aprovechar todo el potencial de los drones es fundamental entonces que los pilotos de los drones sean capacitados, y de ser posible certificados, pero no solo en el uso de la tecnología, sino también preferentemente en lo referente al conocimiento y uso responsable de los productos químicos.

Y como toda innovación está en proceso de adopción y de regulación en América Latina.

“Poco a poco las autoridades en Latinoamérica comienzan a emitir legislaciones que regulan la aplicación de agroquímicos con drones. Brasil, Colombia, México, Ecuador y Costa Rica avanzan en el tema, lo relevante a la hora de regular es motivar y facilitar la adopción de la tecnología y no frenarla”, resaltó José Perdomo.

La industria de la protección de cultivos considera que el uso de drones para la aplicación de productos fitosanitarios es muy prometedor para mejorar la vida de los agricultores.

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