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SEMILLAS MAJO BUSCA APORTAR CALIDAD AL CAMPO GUANAJUATENSE

Cada año con productos de la empresa celayense Semillas Majo se siembran en el país 30 mil hectáreas.

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En los campos guanajuatenses y de estados como Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Michoacán, Jalisco, Puebla, Oaxaca y Veracruz se siembran maíces de riego, temporal, precoz, intermedio, sorgo intermedio y precoz; frijol flor de junio, flor de mayo, negro, pinto, saltillo, y peruano; además de avena, garbanzo blanco y forrajero, ebo, triticale, alfalfas y pasto.

La empresa comenzó sus primeros trabajos hace más de 30 años, aunque formalmente se fundó en el año 2016 como Sociedad Cooperativa.

“Nació con el sueño de poder apoyar a nuestro campo, sobre todo guanajuatense, y viendo las necesidades que existen en el campo, buscando aportar semillas de calidad a bajo costo, produciendo semilla aquí mismo en Guanajuato, para el campesino que no tiene la fluidez económica, que tiene la necesidad de trabajar para autoconsumo, es la gente que realmente tenemos que voltear a ver”, expresó Irma Álvarez Administradora de la Semillas Majo (SEMMAJO).

“Nosotros fundamos la empresa con la idea de bajar el costo de los insumos para la siembra, pero no bajar la calidad al contrario incrementarla”, agregó.

Para ofrecer semillas que se adapten al clima, y generen un mayor rendimiento trabajan con genetistas y realizan investigación.

“Estamos inscritos ante el SNICS (Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas) que es la institución que regula a las empresas semilleras, tenemos afortunadamente la marca Guanajuato que es algo que nos da el orgullo”.

“Se hace la investigación, la producción genética para tener la semilla de calidad, trabajamos principalmente forraje para la producción de carne y leche, pero nos estamos metiendo poco a poco en otros ámbitos para tener una gama más amplia y poder apoyar más. Nuestro eslogan es ‘Caminando de la mano con el campo mexicano’ y esa es nuestra idea porque el campo es el que nos da de comer y nos saca adelante”.

Estas semillas además reciben un tratamiento adicional que ayuda a la planta a que esté protegida en etapas tempranas, favorece el control de insectos y enfermedades, previene ataques de plagas, y no afecta a organismos benéficos y polinizadores.

“Tratamos de ponerle un tratamiento que nos ayude a que la semilla desde el momento que cae en la tierra la proteja contra las bacterias, hongos, insectos, durante 21 días que es la base principal de la nacencia de la semilla; también le ponemos un enraizador para que se haga más fuerte y absorba de mejor manera los nutrientes”.

Además de semillas maneja fertilizantes, paquetes de nutrición y tienen una línea orgánica que están tratando de fortalecer.

“Los químicos nos están haciendo mucho daño a los seres humanos y estamos buscando regresar al campo de nuestros abuelos, hoy día podemos producir cantidades grandes y meterle productos orgánicos”.

“Estamos trabajando con empresas amigas que están intentando innovar, queremos desarrollar productos orgánicos, trabajamos alrededor de 10 a 15 diferentes productos o variedades de semillas”.

Actualmente, explicó, para hacer llegar sus productos al campo buscan el contacto directo con los productores y de esta manera también evitar intermediarios y mantener sus precios accesibles, también lo hacen a través de los gobiernos.

“Nosotros empezamos a trabajar con el gobierno y lo hacemos de diferente forma a muchas empresas que daban lo que ya no les servía, trabajamos con precio pero con calidad y le damos seguimiento a los agricultores para que siembren lo que les estamos dando, les damos asesorías gratuitas para que ellos sigan impulsando al campo y se den cuenta que estamos abiertos a que nos soliciten el apoyo, damos seguimiento a lo que está pasando en el proceso de su siembra, para que ellos al final de su cosecha se den cuenta que podemos vivir de esto”.

“Estamos trabajando hoy por hoy directo con los agricultores, hace tiempo cerramos nuestros puntos de venta y hoy estamos analizando si los volvemos a abrir”.

Álvarez, con tres décadas de trabajo en la producción y venta de semillas habló de la situación que vive el campo y la importancia de que más personas se interesen en esta actividad.

“Hoy día estamos descuidando esa parte fundamental en todos los niveles, Celaya se está haciendo más industrial, ya la gente que está sembrando es gente mayor, yo te puedo decir que el 60 por ciento de la gente sembrando tiene arriba de 70 años, la gente joven hoy quiere meterse a estudiar para sentarse atrás de un escritorio y mandar, pero no quieren meterse a trabajar al campo, mucha gente sigue yéndose a Estados Unidos a trabajar lo que pueden hacer aquí”.

“Estamos tratando de impulsar, hemos tratado de acercarnos a Roque y jalar a ingenieros agrónomos, enseñarles lo que hacemos y que se enamoren del campo y que vayan a sembrar y cosechar”.

Hoy día, señaló, mujeres y personas mayores son quienes están sembrando el campo, coincidió en que el reto es enamorar a la juventud de este sector.

“Es un sueño el que tenemos el poder ayudar a la gente que está apostando con nosotros por hacer productivo al campo, queremos demostrar que el campo sí funciona, que la gente sí puede trabajar en sus tierras”.

“Debemos sembrar y cosechar nuestro alimento porque de lo contrario el día de mañana no tendremos qué comer, yo le digo a los muchachos que estudien, se superen y trabajen en el campo porque es muy bonito y diferente a lo que estamos acostumbrados”.

Semillas Majo, dijo, tiene la misión de “Ser una de las empresas mexicanas que lleguen desde el norte al sur, apoyando al campo mexicano de escasos recursos principalmente”.

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